El fracaso politico en Argentina

La famosa pandemia de origen chino ha puesto en evidencia, además del drama sanitario, el fracaso político del progresismo argentino, encubierto bajo el manto de una revolución imaginaria.
Publicado en junio 13, 2020, 2:19 pm

En una nota publicada el 29 de marzo en el diario Infobae (“El número de camas disponibles para enfrentar el coronavirus, un dato clave que por ahora es una incógnita”), la periodista Silvia Mercado dio a conocer unos datos que, sin proponérselo, ponen de manifiesto en el ámbito de la salud el fracaso de las políticas liberales o neoliberales aplicadas en 13 años posteriores a la última dictadura militar (desde 1989 a 1999 y desde 2016 a 2019), sino también el de las políticas progresistas en 19 años (desde 1984 a 1989, 2000 a 2001 y desde 2003 a 2015).

Lo que en realidad denuncia la autora del artículo es que los márgenes de maniobras son muy estrechos para afrontar la crisis sanitaria actual en Argentina, porque como muestran los datos a disposición -que llegan sólo hasta el año 2018- el total de camas hospitalarias disponibles, en instituciones públicas y privadas, es de 220.910 unidades en todo el país, cifra que incluye 8.293 unidades de terapia intensiva para adultos y 1.823 unidades de terapia intensiva pediátricas. Pero de este total, por cierto, la disponibilidad de camas en hospitales y clínicas para atender pacientes infectados o contagiados por el Covid-19 se reduce a la mitad: 110.007 unidades.

En este caso en particular, tan importante hoy en día, la Argentina presenta un déficit preocupante, ya que la cifra de camas mencionadas constituye el 5,02% del total su población, mientras que la OMS recomienda el 8%. En números: la Argentina tiene hoy 45 millones de habitantes y debería contar con 360.000 camas, según el criterio del organismo sanitario mundial.

Pero si se toma en cuenta el criterio expuesto en el libro Teoría del Hospital (1951) por el doctor Ramón Carrillo, quien fue el primer ministro de Salud en Argentina, el porcentaje de camas respecto al total de habitantes debería ser de 1 a 1,3%, es decir, el país debería contar con 450.000 a 585.000 camas hospitalarias. Es decir, un déficit aún mayor al criterio expuesto por la OMS.

¿No sería este problema el motivo por el cual el gobierno argentino ha mantenido hasta ahora -83 días en forma ininterrumpida- el aislamiento en el hogar y el distanciamiento social, con la economía productiva en franco retroceso y reducida a su mínima expresión, no tanto porque le preocupe “cuidar la vida de los argentinos”, sino que parecería más bien para impedir que colapse y se derrumbe el sistema sanitario nacional?

Pero esta disminución en la logística del sistema de salud contrasta con el aumento incesante y cada vez mayor de la deuda pública externa, que desde 1976 hasta hoy, no ha dejado de incrementarse, tanto con los gobiernos de signo liberal o neoliberal como en los de signo socialdemócrata, a pesar del gran volumen de pagos hechos en ese mismo lapso por todos los gobiernos, cuya suma total supera con creces el capital inicial contratado.

A mayor endeudamiento externo, menor calidad y cantidad de servicios sanitarios. ¿No habrá llegado la hora de emprender de una vez y para siempre un camino auténticamente nacional, independientemente de los antagonismos ideológicos o seudo ideológicos que sólo sirven para someter a los pueblos a la esclavitud financiera eterna del globalismo cabalístico?

Corresponsal de Argentina

Corresponsal de Argentina

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