En los últimos días las legislaturas de tres Estados norteamericanos -Iowa, Mississippi y Tennessee- aprobaron leyes provida que ponen severos límites al aborto.
El Congreso de Tennessee aprobó una prohibición del aborto por 23 votos a 5, luego que fuera aprobada en la Cámara de Representantes.
Marjorie Dannenfelser, del grupo provida “Susan B. Anthony List”, alabó la nueva ley, destacando que “Tennessee marca un hito ahora, porque incluye algunas de las mayores protecciones en la nación para los niños por nacer y sus madres”.
La legislación prohíbe el aborto si es que se detecta el latido del corazón desde las seis semanas de gestación. También lo impide si es que la mujer solicita el aborto por razón de sexo, raza o si el no nacido tiene síndrome de Down.
También rechaza el aborto para jóvenes bajo custodia del Servicio Infantil del Departamento de Estado y retira la posibilidad de que pidan la autorización a un juez para practicarlo.
La norma permite el aborto si la vida de la mujer está en riesgo pero no si el bebé fue concebido por violación o incesto.
Además, el médico está en la obligación de hacer un ultrasonido o ecografía y mostrarle las imágenes a la madre con las explicaciones precisas sobre el desarrollo del bebé.
Ashley Coffield, presidenta y CEO de Planned Parenthood [Paternidad Planificada] de Tennessee y North Mississippi, rechazó la ley acusando a los legisladores de “usar las vidas de las mujeres como un instrumento para empujar su agenda política”. Como si la institución que ella preside no hiciera lo mismo.
Junto con Planned Parenthood, la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU) y el Centro de Derechos Reproductivos han presentado una demanda contra la ley, alegando que es inconstitucional (¿¿¿¿???).
Por su parte, el Senado de Iowa aprobó una ley que exige un periodo de espera de 24 horas a cualquier mujer que quiera someterse a un aborto. La norma establece además que la madre debe ver el ultrasonido de su bebé y recibir información sobre adopción.
La republicana Shannon Lundgren comentó que la aprobación de la ley muestra que su partido “siempre piensa hacia futuro y en cómo podemos avanzar con el movimiento provida en el estado de Iowa”.
Los senadores demócratas objetaron la norma y acusaron a los republicanos de aprovechar la pandemia del coronavirus para aprobar estas leyes. Como si la ONU y la Organización Mundial de la Salud no hubieran declarado que “los servicios de aborto deben ser considerados esenciales” en el medio de la pandemia por el coronavirus.
Y en el Estado de Mississippi, el Congreso aprobó una ley para restringir el aborto por raza, sexo o anomalías genéticas. Con la aprobación inicial del Senado local, la Cámara de Representantes local aprobó el 19 de junio la norma por 91 votos a 25.
Beth Orlansky, directora del Mississippi Center for Justice, comentó que “esta es una restricción inconstitucional que afecta negativamente a las mujeres pobres que no tienen los medios para buscar asistencia en otros lugares”.
La violación de la ley podría costarles hasta diez años de prisión a los médicos u otros profesionales de la salud. La norma establece que la mujer que solicita el aborto no será penada.
Sue Liebel, de la plataforma provida “Susan B. Anthony List”, explicó sobre la ley que “el aborto que se realiza en razón del sexo, raza o potencial discapacidad del bebé, como el síndrome de Down, constituye la eugenesia del mundo moderno”.
Se espera que el gobernador de Mississippi, el republicano Tate Reeves, promulgue la ley, y que los grupos abortistas presenten alguna medida legal para intentar bloquearla.
A pesar de su aparente fuerza, las potencias siniestras que pretenden imponer el asesinato prenatal como derecho encuentran firme resistencia, no sólo por parte de la mayoría de las poblaciones, sino también en dirigentes y estadistas que tienen clara conciencia que ninguna comunidad humana puede subsistir en el tiempo si se funda en la sangre derramada de los seres más inocentes e indefensos de todos.