Así resumía nuestro querido Padre Jorge Loring (Barcelona, 30 de septiembre de 1921 – Málaga, 25 de diciembre de 2013. Fue un sacerdote jesuita, ensayista, experto en apologética) un pasaje del libro de la Sabiduría (Sabiduría 13-1), También podemos leer “Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras (Romanos 1-20)”. Analizando desde la pura razón humana nuestro entorno, se puede aseverar ciertamente que es una necedad no reconocer que nuestro mundo es un maravilloso programa y que existe un programador.

Véase conocemos a Dios por su obra





Este programa, está construido con una serie de ladrillos que son los elementos de la tabla periódica (Sodio, Litio, Potasio etc. Todo lo que es tangible en este mundo está formado por elementos de esta tabla). Creer que los ladrillos se conjugan solos para que surja una universidad, es menos ofensivo, que creer que la naturaleza y el ser humano son construcciones casuales y resultados del azar.
Los hermanos Wright (ingenieros, inventores y pioneros de la aviación); viendo volar a los pájaros inventaron el avión; ¿es posible que un avión surja de la casualidad?; se puede pensar que no. Pues podríamos llegar a la conclusión, de que si el pájaro fue el modelo a seguir para inventar el avión, y el avión es imposible que se construya solo… pues el pájaro tampoco. Es más difícil construir un pájaro que un avión (el hombre construye aviones y no sabe construir pájaros), siendo el primero modelo que hace descubrir cómo fabricar al segundo y estando los dos hechos a partir de los mismos ladrillos químico, la conclusión cae por su propio peso. Si el avión no puede crearse solo, el pájaro menos. El que viendo a la Naturaleza ignora a Dios es un necio.
Isaac Peral, viendo nadar a los peces, inventa el submarino. Los dos están hechos de los mismos ladrillos químicos y el pez es más complejo que el submarino (porque el hombre sabe hacer submarinos y no sabe hacer peces). Si se piensa que jamás una maquina como el submarino pudo ser obra del azar; muchísimo menos puede serlo el pez, ya que ambos están construidos con el mismo material, y para colmo, el primero fue copiado del segundo. El que viendo a la Naturaleza ignora a Dios es un Necio.
No hace falta ver a Dios, para saber que existe. Imaginemos un naufrago que llega a una isla desierta; ve una cabaña, pero no ve a nadie. La primera conclusión razonable sería pensar que esa cabaña, aunque no haya nadie en la isla, no es fruto del azar, si no, que alguien la construyo; aunque ya no se encuentre en la isla.
Si una simple cabaña no puede ser fruto del azar. Por lógica; una persona muchos menos. Ambos están construidos con los mismos materiales, mezclados de manera distinta (los de la tabla periódica). El ser humano es la maquina más perfecta que existe en la Naturaleza, si pensar que una simple choza no puede hacerse sola o de manera casual; pensar que la persona Si; escapa a toda lógica. El que viendo la Naturaleza ignora a Dios es un necio.
Cuando se tiene un problema con las tuberías, se busca un fontanero. Cuando se tiene un problema con el coche, se busca un mecánico, y cuando se tiene un problema con la programación se busca un programador. Creo que llega el momento de dejarse llevar por este gran programador que diseño la naturaleza y que dentro de ese diseño también esbozo al hombre. El hombre debe guiarse por quien lo diseño, pues es el que mejor lo conoce.
Dejar que el hombre guié al hombre es una temeridad. Hay que volver a poner a Dios en el centro de la vida, hay que dejar de seguir las pautas de gente sin Dios, que han demostrado a lo largo de la historia que no dan buenos resultados. Cristo tiene que volver a reinar para que el hombre crezca.
La principal obra del padre Loring fue “Para salvarte”, un compendio de la doctrina cristiana, con más de un millón de ejemplares vendidos, que afronta la cuestión de la FE desde la razón.





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