Colapso productivo argentino, sin antecedentes históricos

Una contundente serie de datos aportados por el economista Esteban Domecq se sumó a recientes comparaciones del consultor Miguel Ángel Broda y un también reciente estudio de Marcelo Capello, de la Fundación Mediterránea, para poner en perspectiva la situación por la que atraviesa la economía
Publicado en julio 07, 2020, 12:03 pm

Según los últimos informes económicos oficiales, la caída del 26,4% de la actividad económica en el mes de abril -comparada con abril del año pasado- fue “la peor de la historia argentina”, y completó una caída del 11,4% en los cuatro primeros meses del año.

Estos números negativos se igualaron con los registros del año 2004, lo que significa un retroceso de 16 años y una demolición total de la economía. En definitiva, se trata de la peor crisis económica de la historia argentina.

Si bien todos los países entrarán en recesión este año a causa del Covid-19, la recesión argentina será mucho más grave, por dos motivos: por su vulnerabilidad económica y por la rigidez de la cuarentena. Esta combinación hará “difícil que el PBI caiga menos de 13/14% con la nueva extensión”.

Desde 1880 a la actualidad que la economía nacional atravesó recurrentes fases recesivas, pero el colapso actual supera todos los anteriores.

Pero la Argentina está estancada desde el 2011. En este sentido, no es lo mismo enfrentar el Covid-19 con una economía creciendo, que con una economía arrasada como la argentina. Por eso es engañoso recurrir a la comparación internacional analizando sólo el año 2020. ¿Por qué?

Porque en base a proyecciones para diversos países sobre el resultado económico del 2020, las economías que venían sólidas -Perú, Uruguay. Colombia, Chile y Brasil, entre otros- estarán entre 10% y 20% mejor que lo que estaban hace una década, y su recuperación será rápida; por el contrario, Argentina estará 25% abajo, en una situación de extrema fragilidad social.

La pregunta del millón es por qué el gobierno nacional se ha aferrado en forma excluyente a la cuarentena, cuando se sabía de antemano que proceder de esa manera iba a resultar dañino para la economía. Mucho más cuando no había ningún plan de salvataje pensado, sino solo paliativos de cortísimo plazo, sin ningún contexto presente ni proyección futura.

Las tareas claves a encarar son las de tener una macroeconomía consistente, un plan de contención microeconómico y la reconstrucción del tejido productivo, necesarias para encarar una recuperación. Con el riesgo de que el país se quede sin divisas y llegue a una inflación del 100% anual.

 

Corresponsal de Argentina

Corresponsal de Argentina

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