San Benito de Nursia, patrono de Europa y patriarca del Monacato occidental

El 11 de julio se conmemora a San Benito abad, fundador de la Orden religiosa que lleva su nombre y que se constituyó históricamente como faro de irradiación de las virtudes cristianas y custodia de la cultura occidental precristiana.
Publicado en julio 11, 2020, 3:35 pm

San Benito de Nursia nació en la Umbría (Italia) en el 480 d.C y falleció en Montecasino, región del Lacio (Italia) el 21 de marzo del 547 d.C. Monje cristiano, fue el que inició la vida monástica en Occidente. Fundó la orden de los benedictinos, sobre la base de monasterios autárquicos. Es considerado patrono y patriarca de Occidente.

Hijo de un noble romano de Nursia, fue enviado a Roma para estudiar. Pero se decepcionó y desencantó por el estilo de vida que imperaba en Roma, razón por la cual se marchó para vivir una vida de ermitaño en una cueva, en las cercanías de Subiaco,

Hacia el año 530 comenzó a fundar monasterios cerca de la región, entre ellos el que se convirtió en la casa madre de la Orden, en Monte Cassino, una colina situada entre Roma y Nápoles.

Falleció el 21 de marzo de 1543.

El siglo en el que vivió fue de grandes convulsiones en Europa. La invasión de los bárbaros durante ese siglo destruyó el Imperio Romano y las civilizaciones surgidas en su interior. Desaparecieron las organizaciones estatales, sólo quedaron en pie las ciudades.

San Benito organizó la vida monástica como un Estado, que tenía a su frente a un abad (padre de la comunidad), que gobernaba con el consejo y consentimiento de todos los monjes, mediante los capítulos o asamblea monacal.

En esta organización la vida espiritual formaba una unidad con la vida laboral, resumida en el famoso lema ora et labora (reza y trabaja). 3 horas y media se dedicaban a la oración, media hora a la meditación, 4 horas a la lectura y el estudio, 6 horas y media al trabajo, 8 horas y media al sueño y 1 hora a las comidas.

Los monasterios fundados por san Benito no sólo practicaban la caridad, ofreciendo hospitalidad a los peregrinos y caminantes. En muchas oportunidades constituyeron el centro inicial de formación de poblaciones y fueron centros irradiadores de cultura, ya que ellos funcionaron también como escuelas de oficios, de artes y de filosofía.

En los monasterios también se custodiaron durante siglos las obras más preciadas de literatura y filosofía, paganas y cristianas, gracias a lo cual se conservaron y conocieron obras que se habrían perdido para siempre, si no fuera por las bibliotecas conventuales

En reconocimiento a su aporte a la vida religiosa cristiana y a su labor cultural y civilizadora, el papa Pablo VI nombró a san Benito de Nursia patrono espiritual de Europa y patriarca del Monacato occidental.

Corresponsal de Argentina

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