El doctor Vernon Coleman es un médico generalista británico, quien trabajó durante muchos años en el National Health Service (Servicio Nacional de Salud) del Reino Unido. Fue uno de los primeros en el mundo en plantear sospechas sobre el pánico en torno a la actual pandemia de covid-19 y la conmoción a la que se llevó a la población mundial.
Ya en febrero había comenzado a señalar los grandes errores que se estaban cometiendo para combatir la enfermedad y en marzo último publicó en YouTube un primer video titulado “El pánico por coronavirus, ¿engaño del siglo?”, que no tardó en difundirse masivamente.
Posteriormente grabó otro medio centenar, a causa de la “desinformación y el miedo” generados. En esas publicaciones desestimó por infundadas las recomendaciones de aislamiento generalizado, el uso del barbijo y el distanciamiento social. Advierte también que los ancianos han sido el «blanco» de esta pandemia, con el objetivo de reducir la población mundial y los costos vinculados con su atención.
La dictadura cibernética que impera en el ámbito comunicacional ha logrado censurar algunos de sus videos en YouTube, aunque varios de ellos pudieron ser restablecidos.
La trampa del confinamiento obligatorio universal
Considera que un gran número de médicos está de acuerdo ahora en que los gobiernos han cometido grandes errores en la forma en que han tratado este virus y que su propaganda ha generado mucho miedo, pero paradójicamente el número de personas que mueren debido a los confinamientos será mucho mayor que el número de personas que morirán por el virus en sí.
A su criterio, la actual campaña sanitaria es el engaño del siglo. Porque la gripe mata regularmente hasta 650.000 personas en una temporada, pero el coronavirus nunca estuvo matando a ese ritmo. Pero las autoridades tomaron cifras de muertes de un pequeño grupo sin tomar en cuenta a las personas que tenían el virus pero sin síntomas graves o asintomáticas. Ya en febrero expresó su escepticismo, pero no fue escuchado.
Según él, nunca hubo necesidad alguna de cerrar las economías ni de restringir las áreas hospitalarias [como se hizo en Argentina]. En marzo advertió que cerrar áreas de los hospitales mataría a más personas que el coronavirus. Las autoridades manipularon las cifras para aumentar el total de muertos, incluyendo las muertes por gripe, por cáncer y por enfermedad cardíaca, pero aun así la mortalidad total no está cerca de las 650.000 personas.
Al día de hoy, 12 de julio de 2020, los fallecidos en el mundo son 568.511 víctimas fatales.
La irracionalidad del distanciamiento social
Respecto al distanciamiento social implementado, sostiene que un estornudo o tos pueden viajar hasta entre 6 y 9 metros, pero eso haría la vida imposible, por lo que ajustaron las recomendaciones de distanciamiento a uno o dos metros. Afirma contundentemente que nunca vio evidencia científica que pruebe el valor del distanciamiento social. Los barbijos pueden causar hipoxia y pueden matar. La relación riesgo-beneficio nunca se evaluó. Incluso el gel sanitizante puede ser peligroso, en especial, si se exagera su uso.
Los beneficios políticos de la pandemia
No tiene duda alguna que hay quienes se benefician por el estado de terror mundial implementado: las grandes corporaciones e inversionistas multimillonarios que han “reseteado” el mundo para obtener más dinero, poder y control social, apuntando a contar con una población mundial más pequeña.
Los grandes medios de comunicación han colaborado para imponer la aceptación de una vacuna que no está adecuadamente testeada.
En esta línea de análisis denuncia la complicidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con estos objetivos geopolíticas a raíz de su Bill Gates-dependencia, razón por la cual alaba la decisión del presidente Donald Trump de dejar de financiarla. A su juicio, es una institución “peor que inútil y debería cerrarse”.
Un testimonio excelente para tener en cuenta, tanto en su evaluación científica como en las proyecciones políticas que pone de manifiesto.