Un nuevo estudio sobre las tendencias de la población mundial, llevada a cabo por investigadores del Instituto para las Mediciones y Evaluaciones de Salud, un organismo de la Universidad de Washington, ha llegado a la conclusión que la caída de los índices de fertilidad llevará “al final de este siglo a una declinación dramática de la población mundial”.
Este estudio fue publicado por la famosa revista The Lancet. Uno de los médicos que dirigió la investigación, Christopher Murray, dijo que los hallazgos “son asombrosos”.
Según el informe, en 1950 había un promedio de 4,7 hijos por mujer, pero en el 2017 ese número ha descendido a 2,4. Pero se espera que ese promedio siga cayendo significativamente en los años venideros.
En muchos países el índice de fertilidad ya es de 2,1 por mujer, que es el número promedio mínimo de reemplazo de una población.
Japón, Italia, España, Portugal, Tailandia y Corea del Sur están entre los 23 países que se espera vean disminuir sus poblaciones a menos de la mitad hacia el 2100.
El estudio dice también que la caída en las tasas de fertilidad afecta a las mujeres que se desempeñan en los ámbitos laborales y educativos, y a las que tienen mayor acceso a los métodos anticonceptivos, lo que lleva a que las mujeres elijan tener menos hijos, lo cual constituye a juicio de los investigadores una historia exitosa.
En este sentido, es raro y extraño el criterio “científico” que considera exitoso que la humanidad esté marchando hacia el envejecimiento poblacional, objetivo primordial de la oligarquía financiera depredadora que ha impuesto el Imperialismo Internacional del Dinero, depredador y sembrador de la miseria en la que se encuentra sumergida la mayor parte de la población mundial.
Los autores consideran también que probablemente la disminución de la población se convierta en una preocupación política primordial en muchas naciones, pero afirman enfáticamente que eso no debe comprometer los planes anticonceptivos y antinatalistas impulsados en la mayoría de los países del mundo.
El estudio también predice que la población del África subsahariana triplicará su tamaño a más de tres mil millones de personas para 2100, y Nigeria se convertirá en el segundo país más grande del mundo. En consecuencia, habrá muchas más personas de ascendencia africana en muchos más países a medida que pase el tiempo.
Los demógrafos en general han argumentado durante mucho tiempo que las políticas en todo el mundo que promueven la anticoncepción y el aborto están conduciendo a un inevitable «invierno demográfico». Ya en el 2007 un informe de Naciones Unidos describió las tendencias demográficas mundiales de disminución de la fertilidad y el envejecimiento de las poblaciones como “un proceso sin paralelo en la historia de la humanidad”.
Muchos comentaristas sociales han notado que si bien las tasas de natalidad continúan disminuyendo en los sectores poscristianos secularizados que habitan en las naciones europeas, la tasa de natalidad entre las comunidades islámicas en esos mismos países es considerablemente más alta.
Para no confundirse, hay que tener bien presente que este proceso de declinación del crecimiento poblacional mundial ha sido planificado en detalle en el famoso Memorando 200/74 de Seguridad Nacional, elaborado por Henry Kissinger en 1974 cuando se desempeñaba como Consejero de Seguridad Nacional durante las presidencias de Richard Nixon y Gerald Ford. Informe que planificó el control del crecimiento poblacional mundial, para beneficio de la oligarquía financiera angloamericana que configuró el Nuevo Orden Mundial Liberal al que están sometidos todos los países y naciones del mundo.
