El obispo auxiliar de Astana, en Kazajistán, monseñor Athanasius Schneider, está llamando al clero y al laicado católico de todo el mundo a unirse en una Cruzada de Reparación por los pecados cometidos contra Jesucristo en la Santa Eucaristía.
El llamado se efectúa cuando los casos de profanación y sacrilegio contra el Santísimo Sacramento se han disparado a causa de las respuestas al coronavirus, y después de cinco décadas de lo que el obispo llama abuso sin precedentes contra el Señor de la Eucaristía.
En una declaración publicada hoy en una página web, el prelado dice que dicho abuso incluye la práctica generalizada de la «Comunión en la mano», la recepción de la Eucaristía “por los que no recibieron durante años el sacramento de la Penitencia” y “la admisión a la Sagrada Comunión de parejas que viven en un estado público y objetivo de adulterio”, es decir, católicos divorciados y vueltos a casar.
Agrega que “En la actual llamada ‘emergencia pandémica COVID-19’ han aumentado más todavía los abusos horribles del Santísimo Sacramento”. Se refiere al hecho que muchas diócesis de todo el mundo ordenaron que se practique la Comunión en la mano, y en esos lugares el clero -de una manera a menudo humillante- niega a los fieles la posibilidad de recibir de rodillas y en la lengua al Señor, demostrando así un clericalismo deplorable y exhibiendo el comportamiento de los rígidos neopelagianos.
En esta Declaración monseñor Schneider denuncia también la práctica –decretada por el gobierno italiano en consulta con la Conferencia Episcopal italiana– de sacerdotes que usan guantes desechables para distribuir la Hostia Santa. Afirma tajantemente que “el adorable Cuerpo Eucarístico de Cristo es distribuido por el clero y recibido por los fieles con guantes domésticos o desechables. Tratar al Santísimo Sacramento con guantes adecuados para tratar la basura es un abuso eucarístico incalificable”.
Basándose en la sabiduría de los grandes santos eucarísticos de la Iglesia, así como en los escritos del papa Juan Pablo II sobre la Santa Eucaristía, monseñor Schneider explica que Jesús “es afectado y tocado en su Sagrado Corazón por los abusos y ofensas contra la Majestad divina y la inmensidad de su amor en el Santísimo Sacramento”.
Afirma que “Jesucristo continúa en una forma misteriosa su Pasión en Getsemaní a través de los tiempos en el misterio de Su Iglesia y también en el misterio eucarístico”. Es por eso que el prelado kazajo urge a los católicos a imitar el ejemplo de los niños de Fátima y a “consolar al Jesús oculto”, es decir, al Señor de la Eucaristía.
En esta situación, agrega monseñor Schneider, “ningún católico, sea obispo, sacerdote o fiel laico puede permanecer indiferente y simplemente esperar y observar”, sino que, por el contrario, “se debe iniciar una cruzada mundial de reparación y consuelo del Señor Eucarístico”. Sugiere concretamente que cada católico prometa ofrecer mensualmente al menos una hora completa de Adoración Eucarística, ya sea frente al Santísimo Sacramento en el sagrario o frente al Santísimo Sacramento expuesto en la custodia.
También compuso una Oración de Reparación que se puede ofrecer a Jesús en el Santísimo Sacramento.
Dijo además que sería “pastoralmente urgente y espiritualmente fructífero” para la Iglesia establecer un “Día anual de Reparación por los crímenes contra la Santísima Eucaristía”.
En especial invita a sacerdotes y seminaristas a participar en la Cruzada y a promoverla, así como también a las monjas de vida contemplativa.
La Cruzada está pensada como una cadena viviente, adorante y expiatoria en todo el mundo, frente al mayor número posible de sagrarios.
La intención del obispo es invitar también a los Santos Ángeles a acompañar a todos los que participen en la Cruzada.