Increíblemente, el Genocidio Nuclear sigue siendo un Genocidio impune. Sus responsables jamás fueron juzgados ni castigados. Y no sólo esto, sino que muchos fueron premiados (algunos hasta con el premio Nobel) y su memoria es festejada por el establishment científico-político del Nuevo Orden Mundial, esto es, del globalismo cabalista.
Tal es la impunidad que en Estados Unidos, bajo la presidencia de George Bush, se ha fundado la nefasta Atomic Heritage Foundation (AHF), fundada por la Cynthia Kelly en el 2002 como una “nonprofit organization” en Washington, DC, dedicada, según cínicamente dice su página oficial, “a la preservación e interpretación del Proyecto Manhattan y la Era Atómica y su legado” .
Esta fundación que se alegra del Genocidio Nuclear firmó un acuerdo en el 2019 con el National Museum of Nuclear Science & History sellando una alianza para “preservar la historia del Proyecto Manhattan y la Era Atómica”. Es como si el Museo Nacional de Mongolia buscase preservar el Proyecto de Atila y su legado. Es una burla a los cientos de miles de víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagazaki.
Como se sabe, las dos bombas atómicas que, en pocos segundos, devastaron dos ciudades. En Hiroshima, se calcula, la bomba mató a más de 120.000 personas, causando otros 70.000 heridos y destruyendo la ciudad casi absolutamente. En Nagasaki, hubo 50.000 muertos, según se estima, y 30.000 heridos. A su vez, hay que sumar las víctimas causadas por los efectos de la radiación nuclear, que pudieron sobrepasar el medio millón de personas inocentes, de las cuales murió entre 200.000 y 250.000 personas, según se estima (los datos difieren según las fuentes).
Como admite la Atomic Heritage Foundation (AHF), el gran responsable del genocidio nuclear no es sino el científico judío Albert Einstein, de lo cual se hizo eco hasta la revista Time.
La AHF relata los hechos sin disimulo alguno: “Albert Einstein fue el físico más famoso del mundo y un ganador del Premio Nobel”. Luego dice: “Leo Szilard, Eugene Wigner y Edward Teller persuadieron a Einstein para que advirtiera al presidente Franklin D. Roosevelt sobre la posibilidad de que Alemania pudiera desarrollar una bomba atómica e instar a FDR a considerar un programa similar en los Estados Unidos”.
Esto es, los judíos Leo Szilard, Eugene Wigner y Edward Teller convencieron al judío Einstein para que este convenza a Roosevelt a que haga bombas nucleares. Consiguieron su resultado: Einstein escribió una nefasta carta, Roosevelt aceptó la propuesta y el masón 33º Salomón Truman tiró dos bombas que devastaron las dos zonas más católicas de Japón.
A continuación reproducimos la criminal carta del genocida Einstein, tomada portal de la Atomic Heritage Foundation (AHF) y traducida por Imperium News.
“Señor:
Algunos trabajos recientes de E. Fermi y L. Szilard, que me han sido comunicados por manuscrito, me llevan a esperar que el elemento uranio se convierta en una nueva e importante fuente de energía en el futuro inmediato. Ciertos aspectos de la situación que ha surgido parecen requerir vigilancia y, si es necesario, acción rápida por parte de la Administración. Por lo tanto, creo que es mi deber llamar su atención sobre los siguientes hechos y recomendaciones:
En el transcurso de los últimos cuatro meses se ha hecho probable, a través del trabajo de Joliot en Francia, así como de Fermi y Szilard en Estados Unidos, que sea posible establecer una reacción en cadena nuclear en una gran masa de uranio mediante la cual se generarían grandes cantidades de energía y grandes cantidades de nuevos elementos similares al radio. Ahora parece casi seguro que esto podría lograrse en el futuro inmediato.
Este fenómeno también conduciría a la construcción de bombas, y es concebible, aunque mucho menos seguro, que se puedan construir bombas extremadamente potentes de un nuevo tipo. Una sola bomba de este tipo, transportada por barco y explotada en un puerto, podría destruir todo el puerto junto con parte del territorio circundante. Sin embargo, tales bombas podrían ser demasiado pesadas para el transporte aéreo.
Estados Unidos tiene solo minerales muy pobres de uranio en cantidades moderadas. Hay un buen mineral en Canadá y la antigua Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio es el Congo Belga.
En vista de esta situación, puede pensar que es deseable mantener un contacto permanente entre la Administración y el grupo de físicos que trabajan en reacciones en cadena en Estados Unidos. Una posible forma de lograr esto podría ser confiarle esta tarea a una persona que tenga su confianza y que quizás pueda servir en una capacidad no oficial. Su tarea podría comprender lo siguiente:
a) acercarse a los departamentos gubernamentales, mantenerlos informados sobre el desarrollo futuro y presentar recomendaciones para la acción del gobierno, prestando especial atención al problema de asegurar un suministro de mineral de uranio para los Estados Unidos.
b) acelerar el trabajo experimental, que actualmente se lleva a cabo dentro de los límites de los presupuestos de los laboratorios universitarios, proporcionando fondos, si se requieren, a través de sus contactos con personas privadas que estén dispuestas a hacer contribuciones para este causa, y quizás también mediante la obtención de la cooperación de laboratorios industriales que cuentan con el equipo necesario.
Entiendo que Alemania en realidad ha detenido la venta de uranio de las minas checoslovacas de las que se ha hecho cargo. Tal vez debería haber entendido que debería haber tomado medidas tan tempranas por el hecho de que el hijo del subsecretario de Estado alemán, von Weizsäcker, está adscrito al Kaiser-Wilhelm-Institut en Berlín, donde parte del trabajo estadounidense sobre uranio es ahora se repite.
Atentamente,
Albert Einstein”.
Los hombres del siglo XXI deben execrar el Genocidio Nuclear.
¡Nunca más!