Adrián Suar habló del estado actual de Polka y aseguró: «Lo que más me dolería es quebrar». Los argentinos de bien esperan que la empresa quiebre ya que esta empresa produjo obras ofensivas a Dios y a la Patria.
¿Qué obras produjo Polka? Obras disolventes que evocan anti-modelos, vidas degeneradas y sujetos pervertidos. Mencionemos algunas…
Por el nombre de Dios: es una obra cabalística cuyo argumento es el siguiente. En una vasija, una profecía del pasado nos dice que el verdadero nombre de Dios será revelado con un niño nacido en el último año del milenio. Este nombre será escrito en el cuerpo del bebé nacido en el nuevo mundo de una doncella virgen, Ariana (Carina Zampini), y un hombre en la plenitud de sus fuerzas. Este hombre, Pablo (Adrián Suar), abre, en el presente, una segunda vasija y le serán otorgados los poderes especiales necesarios para proteger a la madre y al niño ante cualquier. El inquisidor español, De la Serna (Alfredo Alcón), ha sobrevivido desde el siglo XVI y tratará también de alcanzar sus propios planes divinos.
Culpables: esta obra hace una cierta propaganda de la sodomía. Su argumento incluye esto: una divorciada de un marido golpeador Rubén (Víctor Hugo Vieyra), tiene una hija lesbiana, Sofía (Florencia Bertotti), que a su vez tiene a su pareja Romina (Gloria Carrá). Él es un productor de música que se enamora perdidamente de ella, pero ella no siente exactamente lo mismo por él.
Durmiendo con mi jefe: es la historia de un hombre que no sabe que su esposa Edith (Patricia Palmer/Luz María Jerez), con la que lleva veinticinco años de casado y que le ha dado dos hijos, le está preparando una venganza perfecta. Edith, harta de tantísimos engaños, decide quitarle todo, incluida la empresa Tempone Publicidad. Es así como Enzo/Gael se queda sin auto, sin casa y sin familia.
La fragilidad de los cuerpos: cuenta la historia de Verónica, que conocerá a Lucio Valrossa (Palacios), que la ayudará a revelar algunos de los misterios y con el que además mantendrá una relación clandestina, marcada por un sexo salvaje, sin inhibiciones ni tabúes.
Suar se refirió a la situación que atraviesa Polka, la nefasta productora que fundó hace un cuarto de siglo y que vio profundizada su crisis a partir de la declaración de pandemia, a tal punto de decir no estar en condiciones de pagar a sus empleados los sueldos correspondientes al mes de julio.
Suar dice no poder pagar. Deberá pagar rematando su casa si hiciera falta pues omitir el pago del salario a los obreros, clama al Cielo.
A la hora de definir cuál es la situación real de la productora, declaró lo siguiente: «Hoy, Polka está cerrada. Más adelante, no sé. No sé que va a pasar, no sé cuándo se vuelve. Y muchas de las cosas que Polka tenía están en stand by. Al no tener una tira, que es el caballito de Polka de toda la vida para que el drenaje funcione…(…) tengo el desafío de ver cómo me reinvento, si puedo«. Y sumó, al borde del llanto, tal vez actoral: «Yo quiero pelear. A mí, internamente, con mi terapia, con mis amigos, lo que más me dolería es quebrar«.
Con respecto a la situación que atraviesan los trabajadores, indicó: «Yo sé lo que la gente de Polka está pasando. Lo sé porque, no a todos, pero a la mayoría los conozco. (…) ¿Quebrar? Y, si tenemos más gente que horas de televisión, se puede mantener un mes, dos, tres, cinco, siete, pero si eso no se puede revertir es muy difícil «.
Los trabajadores de Polka afirman que Adrián Suar miente.
En efecto, Suar declaró que contaba con fondos listos para otorgar indemnizaciones pero no así para cumplir con sus obligaciones en concepto de salarios.
Pero los trabajadores replicaron al Suar lo siguiente: “Los trabajadores de Polka, su Comisión Interna gremial y el Consejo Directivo Nacional rechazan estas afirmaciones, ya que se trata de una productora de vanguardia en la ficción argentina, que gracias a la labor diaria de sus trabajadoras y trabajadores, desde hace 25 años viene realizando éxitos televisivos que le valieron el reconocimiento de la audiencia nacional e internacional por la calidad de sus productos. El STASAID exige la reconversión de la productora hacia nuevas formas de ficción y no ficción durante la pandemia y el mantenimiento de los puestos de trabajo”, sostiene en una parte del comunicado la entidad que mañana llama a la movilización de sus afiliados y de aquellos trabajadores de la industria audiovisual del país.
Suar admite que hizo las cosas mal: «Seguramente he hecho cosas mal«.
Las hizo muy mal. Que quiebre. Y que los empleados se queden con lo que le corresponde y hagan una nueva productora, pero de contenidos y códigos católicos.