Un virólogo italiano desafía a la OMS

Cada vez más famosos médicos y especialistas cuestionan la falta de profesionalismo y seriedad científica de la OMS, sospechada de estar en connivencia con el negocio corporativo privado de la fabricación masiva de vacunas
Publicado en julio 27, 2020, 4:05 pm

Andrea Crisanti es director de del laboratorio de microbiología en la Universidad de Padua y autor del llamado Milagro Véneto, ya que logró frenar inicialmente la pandemia del Covid-19 en una de las dos regiones de Italia donde estalló el virus.

Crisanti enseñó en el Imperial College de Londres y ha ganado notoriedad en Italia por dos motivos. El primero, por su incuestionable trabajo en el Véneto al lograr contener el virus en el pueblo de Vo’Euganeo, una de las once primeras localidades aisladas en Italia cuando estalló el virus a finales de febrero. Mientras la epidemia fue un desastre en Lombardía -el motor industrial italiano, con casi 17.000 víctimas-, en el Véneto ha habido poco más de 2.000 muertos, con la mitad de la población.

El segundo de los motivos por el que Crisanti se ha hecho conocido es por desafiar a las recomendaciones que propone la OMS. Desde el principio, cuando le preguntaban por el secreto del Véneto, Crisanti explicaba sin ningún reparo que el truco era ignorar las directrices de la organización cuando indicaba que solo se debía hacer pruebas a las personas que presentaban síntomas o venían de China.

El virólogo reclama una organización mundial con gente más joven y más presencia en continentes como África o América Latina. Y además la mejoraría profesionalmente. Según sus propias palabras, “dejaría en Ginebra [sede de la OMS] a un puñado de personas, […] ya que es una estructura descomunal, costosísima, y para mantenerse necesita tanto de donantes privados como de la industria farmacéutica, algo completamente inaceptable”.

Como ejemplo de la actual falta de profesionalmente, está la cuestión de los asintomáticos que ha provocado continuas polémicas entre los científicos y la OMS. El mes pasado, la jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes de la organización internacional, Maria van Kerkhove, sostuvo que la transmisión entre asintomáticos era “muy rara”, algo que volvió a dar munición a Crisanti para criticar a la OMS. “No tenían datos para decir una cosa de este tipo, y si los tenían no los habían compartido”, aseguró el médico italiano.

La crítica del famoso virólogo resulta sumamente creíble, vistos los mensajes y definiciones contradictorias del organismo sanitario, que muestran incoherencias que resultan funcionales a los minúsculos, pero ultra poderosos, sectores intereses económicos y financieros que se han beneficiado y se siguen beneficiando, paradójicamente, con el derrumbe de la economía productiva mundial.

Incoherencias que en definitiva benefician también a las industrias farmacéuticas multinacionales, que con las “soluciones” sanitarias que propone la OMS y su verdadero dueño, el empresario William Henry Gates III (“Bill Gates”), que desembocan en un negocio multimillonario.

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