La sagrada Comunión; seguramente sea el acto más íntimo y más sagrado que un creyente puede realizar con Cristo en este mundo. Sin entrar a juzgar ni a los que lo hacen en la mano ni los que lo hacen en la boca, hay que desmontar un mito que circula, incluso en boca de sacerdotes; que argumentan que la cristiandad antes de comulgar en la boca, estuvo siglos comulgando en la mano.
Monseñor Schneider, obispo de la Iglesia católica, auxiliar de Astaná (Kazajistán) hombre de virtud probada y Experto en Patrística e Iglesia primitiva; señala las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia primitiva y la actual práctica en la mano, desmontando el mito con estas palabras:
Aunque esto fuese verdad (que durante siglos se comulgaba en la mano), retornar a una práctica del siglo IV o V; eso es anacrónico, y va contra la ley del crecimiento. Además, la comunión era distribuida de distinta forma a como se hace hoy. A nadie le era permitido tocar con los dedos el Santo Sacramento; es importante notar esto, a los laicos no les estaba permitido tocarla con los dedos. El Santo Sacramento era puesto en la palma de la mano derecha, no de la mano izquierda; se hacía una profunda reverencia con la cabeza y se tomaba con la boca. Era más una comunión en la boca que en la mano; con una inclinación profunda y un gesto de gran reverencia.
Los fieles antes de comulgar, tenían que lavarse las manos porque se tocan muchas cosas, no se puede tocar el Santo Sacramento después de haber tocado multitud de cosas. Después de comulgar con la boca, tenían que tomar todos los fragmentos para que ninguno cayese por descuido (algunos padres de la iglesia, vienen a decir, que con cada fragmento miles de personas pueden ser salvadas). A pesar de todo esto, la Iglesia intuyo, que había que mejorar los gestos de reverencia y disminuir los riesgos de que cayese alguno de esos fragmentos. Como consecuencia de esta preocupación, se implantó la obligación de comulgar en la boca.
La comunión en la boca, es una regla de la Iglesia que ningún papa ha suspendido. Cuando a comienzos de nuestro siglo XX, algunos seculares quisieron alcanzar de San Pío X autorización para comulgar de pie; alegaron el siguiente hecho: “Los israelitas comieron de pie el cordero pascual”. Querían que la humanidad diera marcha atrás. El Papa les respondió: “El Cordero Pascual era tipo (símbolo, figura o promesa) de la Eucaristía. Pues bien, los símbolos y promesas se reciben de pie, Más la realidad se recibe de rodillas y con amor”.
En el año 1969, el Papa Pablo VI hizo la siguiente pregunta a todos los obispos de la Iglesia Latina: ¿Se ha de acoger el deseo de que además del modo tradicional, se permita el rito de la Comunión en la mano?: Por las respuestas dadas se vio que la mayor parte de los obispos estimaron que no se debía cambiar la disciplina vigente; más aún, que el cambio sería dañoso; tanto para el sentimiento como para el culto espiritual de los mismos obispos y de muchos fieles.
El día 1 de marzo de 1989, en la Iglesia del Santísimo Nombre de María de Roma, el Papa Juan Pablo II dijo lo siguiente: Por lo tanto, una vez más; yo os advierto de todas las formas de infamia, como por ejemplo la prohibida comunión en la mano. Yo no revoqué lo que uno de mis predecesores (Pablo VI) dijo acerca de ello (comunión en la boca). Ello sucede bajo vuestra responsabilidad, mis queridos obispos de otras diócesis; y pido que reconozcáis a tiempo cuan equivocado es vuestro camino. Solo permitiré la comunión en la lengua y de rodillas. Cualquier otra cosa importada y extendida por foráneos Está prohibida. Os digo esto como Obispo vuestro.
Santo Tomás de Aquino; vino a decir también: “Por reverencia a este Sacramento, nada lo toca si no lo que está consagrado”.
Visto todo lo anterior; y mucho más que no se refleja en este articulo. Podríamos concluir, que comulgar en la mano no es algo óptimo. El cierre del seminario Santa María Madre de Dios en la diócesis de San Rafael (Argentina) por decisión del obispo, Eduardo María Taussig; por la oposición de los seminaristas a comulgar en la mano; vendría a ser como darle la vuelta a la cuestión. Lo que se puede prohibir es comulgar en la mano, pero no se puede prohibir comulgar en la boca. Es obligatorio desde hace siglos, comulgar en la boca; y es excepcional comulgar en la mano. El mandato de la Iglesia, es que se comulgue en la boca, y con la dispensa de Roma, se puede hacer alguna excepción que permita comulgar en la mano. El obispo Taussig, lo ha hecho al revés; ha convertido la excepción en ley y ha derogado la ley.