El COVID-19 proviene de un Laboratorio de Wuhan (China). Es una Creación Artificial.

El origen artificial del virus que ha sido instrumentalizado para provocar en el mundo un derrumbe económico del que costará mucho salir adelante. Descartado por completo el origen natural del virus. Producto de laboratorio, con participación militar
Publicado en agosto 10, 2020, 8:47 am

El doctor Joseph Tritto es italiano, con una carrera médica y académica internacional, experto en biotecnología y nanotecnología, presidente de la Academia Mundial de Ciencias y Tecnologías Biomédicas, una importante academia fundada en 1987 bajo la égida de la UNESCO. Con este bagaje, acaba de publicar un libro-revelación, que salió a la venta en Italia el 4 de agosto, China Covid 19La quimera que cambió el mundo (Editorial Cantagalli, 288 pp.). destinado a provocar un debate global, en cuanto demuestra, con pruebas científicas, que el coronavirus responsable del Covid-19 fue el resultado de una ingeniería de laboratorio. En este caso, del laboratorio de alta seguridad situado en Wuhan.

Lo que motivó al dr. Tritto a escribir este libro fue cumplir con el objetivo que tiene la Academia mencionada que preside: analizar éticamente el impacto de las biotecnologías sobre el ser humano.

El autor considera científicamente que el virus que causó el Covid-19, el SARS-CoV-2, no tiene origen natural, ya que es una quimera recombinada que ha sido creada en laboratorio (En biología, la quimera es un organismo cuyos tejidos derivan de dos o más líneas celulares genéticamente diferentes, originado a continuación de fenómenos espontáneos o inducidos experimentalmente).

Algunos han sostenido que el origen del virus es natural, una combinación de un virus de murciélago con uno de pangolín. Pero científicamente no está demostrado, además de ser casi imposible, ya que el factor que impide que esa combinación sea natural es el hecho de la presencia de pequeñas inserciones -residuos de aminoácidos del virus VIH-1, responsable del SIDA. Esas inserciones permiten que el virus Sars-CoV-2 se ancle a las células humanas y penetre en ellas, lo que hace al virus altamente infectable, ya que se multiplica en su interior.

Esta constitución del virus es lo que demuestra su carácter de creado. Aquí se plantea la pregunta: ¿Cómo arma de bioterrorismo o sólo con fines de estudio científico?

Para responder a esta pregunta, el dr. Tritto se remite a la fundación del Instituto Wuhan de Virología en el 2005 y a los trabajos de investigación llevados a cabo por su directora, la doctora Shi Zheng-Li, quien obtuvo coronavirus de algunas especies de murciélagos y los recombinó con otros componentes virales, con la intención de crear vacunas.

Luego de varios ensayos, en el 2017 la doctora Shi combina en vitro un virus de murciélago con un virus de pangolín y publica sus resultados, los cuales atraen la atención del sector militar y médico biológico chino, el cual se ocupa de estudiar las armas biológicas utilizadas como elemento disuasorio con fines defensivos y ofensivos.

El trabajo conjunto de ambos sectores -el científico y el militar- lleva a investigaciones y a la creación de una nueva quimera, un nuevo virus H-nCoV-19 (Nuevo Covid-19 Humano), no derivado del Sars.

Pero el dr. Tritto excluye que el virus haya sido expandido intencionalmente -eso habría dañado a los chinos, según él- o que haya sido robado -ya que el nivel de control que existe en los laboratorios lo hace imposible. La opción que él considera es la de una fuga accidental.

Atribuye la reticencia de las autoridades chinas a proporcionar el genoma completo del virus a la OMS o a otros países al hecho de no tener que reconocer que el SARS-CoV-2 fue creado en laboratorio.

Para lograr una vacuna contra este nuevo virus el experto cree que Estados Unidos se habría allanado a posponer la responsabilidad china, de la cual tiene las pruebas, para que China entregara el virus matriz que permitió que se intente desarrollar una vacuna universal.

Proceso que hoy está en curso a un ritmo que no es el habitual en la creación de vacunas, con intenciones no muy claras y que van más allá del interés “filantrópico” de curar.

Este trabajo del médico italiano confirma por otra vía lo denunciado por la doctora Ly Meng Yang, viróloga de la Escuela de Salud Pública de Hong Kong, respecto al origen artificial del virus, fabricado en una instalación militar.

Corresponsal de Argentina

Corresponsal de Argentina

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