El 3 de agosto un joven matrimonio concurrió al Hospital Distrital Las Heras, en la provincia de Santa Cruz, la más austral del país. La joven mujer estaba cursando su primer embarazo, con dos niños en su seno, y se vio obligado a concurrir al establecimiento por complicaciones que estaba sufriendo. Pero los médicos se negaron a internar a la joven, a pesar de que en ese solo día concurrió en cuatro oportunidades.
Sólo le dieron una fármaco que se utiliza para dolores estomacales.
Sin recibir la más mínima atención, la joven dio a luz anticipadamente en el baño del hospital a los dos bebés.

Miguel, con los gemelos en sus brazos que Carolina dio a luz en el baño del hospital
Pero como eran prematuros –la mamá cursaba un embarazo gemelar primerizo de 26 semanas– ambas criaturas fallecieron a los pocos minutos.
Ambos padres, Carolina y Miguel, pudieron tener un ratito a los bebés en sus brazos. Estaban vestidos, abrigados en mantas, pero no hubo ninguna orden para derivar a los prematuros al hospital de una ciudad cercana, lo que hubiera evitado la muerte de ambos recién nacidos.
El joven padre presentó más tarde la denuncia correspondiente para que se investigue si los médicos que revisaron a su esposa en la guardia siguieron los pasos correspondientes para su correcta atención.

Carolina y Miguel reclaman justicia por la muerte de sus gemelos. Denunciaron por mala praxis a los médicos del Hospital Las Heras, en Santa Cruz
Al conocerse la noticia, la comunidad de la ciudad de Las Heras se manifestó públicamente en las puertas del hospital, para exigir la renuncia del doctor Néstor Hernández, director del hospital local”.
Luego de la concentración en el hospital, los manifestantes se dirigieron al Juzgado, donde ambos infortunados padres estaban radicando la denuncia. “Es un momento muy difícil. Siento mucho dolor por mi hermana, realizaron una denuncia en el Juzgado. Estamos destruidos, no hay otra palabra”, expresó Priscila, hermana de Carolina, la consternada mamá.
Una tía manifestó en declaraciones radiales: “Esto no tendría que haber pasado, es una injusticia. La verdad que siempre hacen lo mismo con aquellas familias que no tienen obra social. Siempre pasa lo mismo, no es a la primera mujer que le hacen esto”.
La impotencia y la furia de los habitantes de la provincia no cesa. Porque están indignados a causa del silencio del gobierno municipal y de la ausencia de funcionarios provinciales de derechos humanos. Se quejan de que el intendente de la ciudad de Las Heras, José María Carambia, no emitió declaraciones al respecto. Pero tampoco lo hizo el Ministerio de Salud de Santa Cruz, al igual que la oficina de Derechos Humanos, que no se hizo eco del reclamo de una ciudad.
El gobierno de la provincia de Santa Cruz está alineado con el gobierno nacional, la gobernadora es pariente de la actual vicepresidente de la Nación. Ambas instancias apoyan la intención de legalizar el aborto en todo el país. Mientras tanto, encubren y toleran oficialmente los abortos que se llevan a cabo en forma total y absolutamente ilegal, sobre la base de una Resolución Administrativa de los Ministerios de Salud nacional y provincial.
Aunque los funcionarios de ambos gobiernos -nacional y provincial- se llenan la boca con los derechos humanos, poco y nada se respeta la vida naciente. Es que la ideología antinatalista y abortista no sólo le quita la vida a quienes quieren nacer, también le seca el alma a quienes llevan adelante esa propuesta siniestra.
Días pasados en la ciudad de Buenos Aires ocurrió un hecho idéntico: una joven con un embarazo a término tampoco fue atendida en el hospital público al que concurrió, y terminó perdiendo a su bebé y luego falleció ella también.
Gobierno de signo político contrario al de la provincia de Santa Cruz, pero unidos en la desidia y en la falta de atención a quienes quieren tener hijos, como si éstos fueran una maldición.