El diario www.diariolasamericas.com realizó una nota al diputado costarricense Dragos Dolanescu que nos tomamos el atrevimiento de reproducir, ya que vale la pena analizar los signos de una democracia enferma como la costarricense.
El legislador costarricense Dragos Dolanescu estima que su país hoy encaja en los preceptos del Foro de Sao Paulo y del socialismo del siglo XXI.
El Partido Acción Ciudadana (PAC), un movimiento que se sitúa en el espectro político de la izquierda, gobierna a Costa Rica desde 2014, primero con Luis Guillermo Solís y actualmente bajo la orientación de Carlos Alvarado.
Dragos Dolanescu, diputado costarricense de derecha, en declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMÉRICAS afirmó que las políticas implementadas por el gobierno de turno se enmarcan en los preceptos del Foro de Sao Paulo y en el llamado socialismo del siglo XXI, con lo que sustenta la tesis de “que Costa Rica se convierta en otra Venezuela”.
Dolanescu cuestionó la posibilidad de llevar maestros cubanos a Costa Rica y se mostró preocupado por un programa para acceder a “datos sensibles” de la población, al tiempo que observa un crecimiento del desempleo, lo que identifica como signos similares a los que se han experimentado en Cuba y Venezuela.
Se comenta que existe la posibilidad de que su nombre sea puesto en consideración de los costarricenses para aspirar a la presidencia de su país. ¿Es esto cierto?
En este momento estamos conformando un nuevo partido que hemos llamado Costa Rica Justa (CRJ). Somos socialcristianos, de la doctrina social de la Iglesia católica, conservadores, y cuando esté conformado el partido, vamos a ver qué es lo que se aprueba porque para las elecciones presidenciales faltan unos dos años. Ahora vamos a seguir siendo una oposición seria y vehemente contra la línea que trae el Gobierno de la república, que se ajusta a los lineamientos del Foro de Sao Paulo.
¿Esa línea que usted percibe hacia la izquierda radical o el comunismo lo motivaría a aspirar a la presidencia de Costa Rica?
Mi origen es rumano. Mi padre era de Rumanía y mi madre costarricense, y dos de mis tíos estuvieron en una cárcel comunista. ¿Por qué? Porque mis tíos eran campesinos, sembraban trigo en las llanuras [de Rumanía] y en los años 80 iban con dos carretas de trigo, haladas por bueyes, a intercambiar ese producto por manzanas. Unos policías los detuvieron, les preguntaron qué iban a hacer con ese trigo, mis tíos respondieron que se disponían a intercambiarlo y los policías les dijeron que cómo iban a hacer eso, que ese es el germen del capitalismo. Entonces, por haber intentado intercambiar trigo por manzanas, les cayeron tres años de prisión.
Mis tíos no eran políticos, no sabían que estaban haciendo algo indebido, ni nada por el estilo. Yo voy a seguir haciendo una lucha concienzuda de denuncia en contra del Gobierno de la república porque está siguiendo exactamente todos los ocho puntos para coger a un país democrático, como ha sido Costa Rica, y transformarlo en un país del socialismo del siglo XXI. El Gobierno está haciendo ataques directos hacia todas las iglesias y principalmente a la católica. Hubo un aumento desmedido de la pobreza y pasamos de un 12% a más de 20% de pobres en pocos años.
El desempleo está tocando cifras de casi un 28% y creemos que va a poder llegar a final de año a un 34%. Cuando en 1928 se dio la crisis en Estados Unidos, el tope de desempleo fue de un 27,5%. En Costa Rica ya estamos sobre ese tope. Nos tienen confinados en las casas. No se puede abrir los negocios y con una ayuda que se les está haciendo a 200 mil familias entre cinco millones de costarricenses, en el orden de 100 a 200 dólares, la gente no puede vivir con eso. Los estamos matando de hambre y eso conlleva a un aumento de la inseguridad ciudadana con asaltos, bandas armadas, gente que se nos está suicidando porque no sabe qué hacer para poder llegar al final de mes y sustentar a la familia; llevar a sus hogares, como decimos en Costa Rica, el arroz y los frijoles.
Efectivamente, para nosotros es muy evidente que cada vez hay más influencia (de Cuba). Recordemos que hace un año el Gobierno de la república firmó un memorando con el régimen cubano para traer maestros, por lo que tuvimos que hacer una denuncia formal en la Asamblea Legislativa y trajimos gente de Estados Unidos, específicamente desde Miami, para que nos explicaran cómo era que se empezaba a instrumentalizar y a meter médicos (cubanos), a traer maestros para empezar a hacer células en las barriadas y empezar a implementar el socialismo del siglo XXI desde las barriadas. Nosotros nos opusimos porque creemos que no tenemos absolutamente nada que aprender del régimen totalitario y comunista de los Castro.
Acá en Costa Rica, que ha sido ejemplo de democracia y transiciones pacíficas, ahora esta gente del Partido Acción Ciudadana (PAC) no solamente trata de traer maestros, sino que cuando se fue el embajador cubano le dieron unas de las más altas insignias que se le puede dar a un ciudadano civil extranjero, una medalla al mérito.
El presidente Carlos Alvarado puso en marcha una unidad para analizar datos de los costarricenses que, a juicio de la oposición, no era más que un plan para acceder a datos sensibles de la comunidad. Por esto, el Gobierno está siendo investigado. ¿Qué opinión le merece ese hecho?
Sí. Esto se descubrió hace unos cuantos meses. Es el escándalo de la UPAD (Unidad Presidencial de Análisis de Datos), que es el más sonado del país, un caso que involucró a la misma Fiscalía General de la República, que en 200 años de historia nunca había allanado la Casa Presidencial y que se vio en la obligación de decomisar toda la información que había de todo un grupo de personas que estaban trabajando directamente para el presidente de la república, recopilando información sensible de los costarricenses. El Gobierno de la república ya dio sus excusas, pero esto nos parece muy extraño, es algo muy parecido a lo que pasa en Nicaragua, o lo que pasa en Venezuela.