En los últimos días el mundo del fútbol se mantiene en vilo. Y es que el astro del Barcelona Leo Messi ha manifestado su interés de salir del club catalán. Los rumores han llegado de diferentes partes de Europa, pero aún no se oficializa nada en torno a cual será el futuro del emblemático futbolista argentino.
Algunos Medios españoles lo vinculan al club inglés Manchester City por su cercanía con Sergio Agüero y su buena relación con Joseph Guardiola. Otros se suman a la idea de que podría darse la utópica situación de arribar a la Juventus de Turín junto al ‘Comandante’ Cristiano Ronaldo. De igual manera otros especialistas lo ubican llegando a París para vestir la camisa del PSG.
Incluso archirrivales como Sergio Ramos se han atrevido a brindar su criterio, de cara al futuro del crack sudamericano.
«Se ha ganado el derecho a decidir, no sé si lo estará haciendo de la mejor manera», afirmó a los Medios el capitán blanco Ramos.
Lo cierto del caso es que desde el descalabre sufrido por el cuadro culé en Champions Messi y compañía no han tenido paz. Salidas de nombres importantes como el charrúa Luis Suarez o el croata Iván Rakitic forman parte de la lista negra del nuevo técnico blaugrana el holandés Ronald Koeman. En las últimas horas la agrietada relación con la directiva del club catalán es más que evidente desde el exterior.
Manifestaciones de aficionados algunos a favor y otros en contra forman parte de los días de tensión en las afueras del Camp Nou. ¿Ángel o demonio? ¿Víctima o culpable? ¿Derecho o privilegio? ¿Estrella maltratada o divo con ínfulas? ¿Puerta grande o puerta de atrás? Las dos caras de una misma camiseta, polos opuestos en una afición y un entorno en el que por primera vez está aflorando la crítica al 10, hasta ahora intocable, al menos de manera pública, porque hay quien desde hace tiempo ha mirado con recelo a Leo y su núcleo, tanto fuera como dentro del club, pero siempre de manera privada. De la misma manera que los hay, y seguramente sean mayoría, los que defienden a Messi como si fueran escudos humanos, eternamente agradecidos con su fútbol, enervadamente contrarios con Bartomeu y su directiva. La reunión, por ahora, no ha desbloqueado nada.
Aun no hay una respuesta a tantos rumores, el silencio es la nota habitual en relación al futuro de la carrera del zurdo Messi.
