Economía “socialista”: El caso de Venezuela y Noruega Parte I

Publicado en septiembre 17, 2020, 12:03 am

Como humanos, la percepción que tenemos de las cosas juega un papel muy importante a la hora de elegir y tomar decisiones. Cada cultura, a su vez, tiene una forma particular de analizar y racionalizar sus asuntos pertinentes a esa cultura.

   En un mundo tan conectado pareciera que todos comparten una percepción similar o, al menos, un parecido análisis de la realidad. Mirando objetivamente los hechos de la vida podemos sacar conclusiones certeras, y para eso no hay mejor comparación que la de los números cuando buscamos la efectividad de los sistemas políticos; después de todo, como la palabra lo indica, la economía es la administración de los recursos de la tierra o la casa.

   En los países “en desarrollo”, y particularmente en los países latinoamericanos que han experimentado diferentes ideologías y formas de gobierno, incluyendo dictaduras de derecha y de izquierda, pensar en Socialismo es sinónimo de corrupción, alto control estatal, elevados impuestos, obras públicas sin terminar o que no funcionan, un sistema burocrático que entorpece hasta el trámite más sencillo, inflación, dependencia social, alto índice de desempleo, hospitales que no tienen todo lo necesario para funcionar, pobreza, entre tantas otras cosas.

   Pero en el país del norte, donde el americano promedio no tiene pasión por la política, aunque en los últimos años el estadounidense ha experimentado la decadencia de su estilo de vida y ante esta amenaza ha salido a votar en las últimas elecciones, batiendo récord (el voto no es mandatorio), la candidata por el partido Demócrata, Hillary Clinton, prometió un seguro universal de salud, el perdón de las deudas de educación y otras cosas más al mejor estilo tercermundista, pero aclarando que sería similar al “socialismo” de los países nórdicos europeos, donde el “socialismo” funciona tan excelentemente.

   La gran mayoría de los demócratas creyeron eso, y muchas otras personas de diferentes países tienen esa idea acerca de los países del norte, como Suecia, Noruega y Finlandia. Pero nosotros, con más experiencia, sabemos que el “socialismo” nórdico no sería lo que va a ser implementado, entre otras cosas, por la corrupción que ha crecido en los últimos años rampantemente, por el capitalismo cronista, por el lobby (aunque hay leyes en contra, existe de facto) y el monopolio, también prohibido pero que también hay un modo de bypasear gracias a las relaciones de las grandes compañías y los gobiernos, o bien, el uso legal de las fundaciones exentas de impuestos.

    Jorge Jraissa, economista venezolano, en una clase magistral en la Universidad de Oxford habla acerca de las economías “socialistas” de ambos países, Noruega y Venezuela.

   En Noruega, el desarrollo social y económico es notable. Su producto doméstico per cápita (PDC) es más de sesenta y cinco mil dólares —sexto en el mundo—, en contraste con Venezuela que tiene una economía a punto de colapsar, con un PDC por debajo de un 75 % del índice mundial. Noruega tiene un índice de pobreza de menos del 9 %.  Un sueldo promedio de un venezolano es ahora de diez dólares por mes y el 95 % vive en pobreza y, de esos, el 70 % no puede pagar una comida de 2000 calorías por día.

   Noruega tiene un fondo de riqueza basado en su industria petrolera nacional de un trillón de dólares, o sea, doscientos mil dólares per cápita. Los noruegos están en constante crecimiento y desarrollando el nivel de vida de sus ciudadanos continuamente.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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