Tras explicar en artículos anteriores como los Royuela se hacen con la información que destapa esta trama mafiosa, o llevada a cabo por el exfiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena Álvarez (según las pruebas que obran en poder de los Royuela), pasamos a relatar uno de los encargos de asesinato de este amplio expediente, del que se podría decir que, a modo de grandes almacenes, no carece en el terreno delictivo de ningún tipo de género, ya que esta mafia se dedicaba a todo tipo de crímenes y extorsiones que a cualquiera se le pueda ocurrir. Para los que no están al corriente de los capítulos anteriores dejo aquí un enlace al capítulo 0, que es resumen de todo este expediente.
En esta ocasión relataremos la verdadera historia que según las notas del expediente ocurrió con el “accidente” de helicóptero del expresidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. Como en otras ocasiones, el fiscal Mena se pone en contacto con el sargento Ruiz (guardia civil que llevaba a cabo los trabajos de sicariato). Según el documento en poder de los Royuela, Mena le da la siguiente orden a Ruiz:
Se ha encargado un tema de suma transcendencia: la eliminación física de Mariano Rajoy. De tal manera que nunca pueda parecer un atentado, ya que ningún grupo terrorista lo va a reivindicar si no lo ha cometido. Haz de preparar un accidente; cuanto antes mejor, ya que corre prisa. Traza el plan necesario y no escatimes en recursos humanos ni económicos; en el sobre que está en el cajón de mi escritorio tienes 180.000 en efectivo, adminístralo y haz tu trabajo, provéete de los mejores. Después de haber pagado, ha de quedarte un buen pellizco.
Tras las gestiones de Ruiz para encontrar la manera de tenderle la trampa a Rajoy para que pareciese un accidente, encuentra la forma de llevar a cabo el encargo. En una nota enviada a Mena le cuenta lo siguiente:
Sr. Fiscal Jefe: según me asegura un informador cercano a Gabriel Elorriaga, hombre de confianza de Mariano Rajoy (líder del partido popular), este se trasladará el próximo 1 de diciembre a la localidad madrileña de Móstoles, acompañado de Esperanza Aguirre, donde le van a mostrar un helicóptero perteneciente a la BESCAM (Brigadas Especiales de la Seguridad Ciudadana de Madrid), para mostrarle la efectividad del aparato que la comunidad ha contratado para las operaciones de dicha unidad.
Ruiz continúa relatando a Mena que el piloto habitual no podría pilotar ese día por hallarse ausente del país y que por lo tanto el piloto iba a ser otro que tenía muy pocas horas de vuelo con ese modelo de helicóptero. Tras consultar Ruiz con un colaborador habitual (Wolfgang Hugo Moescher) experto en temas aeronáuticos, le asegura que, debido a la poca experiencia del piloto con la aeronave, si recibiese dos impactos de bala (uno a cada flanco) con rifles de largo alcance con silenciador y con el helicóptero elevado a unos treinta metros, sería suficiente para provocar la muerte en caída libre.
El plan se lleva a cabo, aunque, como todos sabemos, no salió bien, cosa que Mena recriminara a Ruiz. Algo ocurrió que obligó al tirador o tiradores a disparar cuando la nave solo estaba a 4 o 5 metros de altura. Ruiz asegura a Mena que tiene a la policía científica de su lado y que el impacto dejaría al aparato tan dañado que solo se detectarían los balazos con una pericial del fuselaje, y que ya estaba pactado con su contacto de la científica argumentar cualquiera otra causa para explicar los impactos.
No nos extenderemos más con este artículo, y dejamos algunos enlaces para que quien lo desee consulte de manera más exhaustiva las pruebas documentales que respaldan dicho artículo. No hay que olvidar que esos documentos están avalados por tres periciales caligráficas, y que las tres dictaminaron que era la letra de Mena.
Véase video explicando el caso.