El presidente Trump y las declaraciones de Monseñor Viganó

Publicado en octubre 06, 2020, 9:21 am

En 2011, Benedicto XVI nombró a monseñor Viganó para la nunciatura estadounidense. Esa posición ya ha terminado su periodo, pero monseñor Viganó se ha establecido como la voz católica más controversial, ya sea por sus cartas al Pontífice en las cuales pide aclaración de cosas que el Papa Francisco declara y que van en contra de la Doctrina de la Iglesia, o como analista y divulgador de los errores del modernismo en el mundo actual, sus consecuencias a nivel político y el debilitamiento moral.

En una de sus últimas entrevistas, monseñor Viganó no deja de afirmar el gran desafío que los Estados Unidos enfrenta en esta elección, porque siendo uno de los países más poderosos del mundo, lo que sucede en el país del norte afecta al resto.

Él declara: “La Santa Sede se ve asaltada por fuerzas contrarias a la ética católica. Hablo como Obispo, como sucesor de los apóstoles; el silencio de los pastores es inquietante. Muchos prefieren apoyar el Nuevo Orden Mundial, sumándose a la postura de Bergoglio y el cardenal Parolin, asiduo participante de las reuniones del grupo Bilderberg, y que se han sometido servilmente a los dictados de este grupo como muchas figuras políticas y la mayoría de los medios de comunicación masiva”.

En junio, monseñor Viganó escribió una carta al presidente Trump denunciando todo lo que está pasando en el campo católico, como también afirmando la importancia de la envergadura y responsabilidad del presidente, no solo con el pueblo americano, sino con el mundo.

Y explica: “Lo que estamos viviendo en estos momentos en la Iglesia Católica es algo que empezó en los 60, especialmente por las universidades católicas de los jesuitas. El adoctrinamiento progresista (en lo político) y modernista (en lo religioso) han creado un apoyo ideológico al mayo del 68, que se inició con el Concilio Vaticano II. Así lo confirmó Benedicto XVI en su ensayo Teología de los Principios Católicos: ´La adhesión a un marxismo anarquista y utópico contó con el respaldo en primera línea de numerosos capellanes universitarios en los sucesos de mayo del 68 en Francia, donde tras las barricadas se encontraban dominicos y jesuitas, que creían que estos acontecimientos eran revelatorios y que inauguraban una nueva era del cristianismo”.

Vale la pena mencionar que los jesuitas y la intelectualidad católica de izquierda de la época veían a la China de Mao como una gran promotora de las aspiraciones de igualdad y renovación social en el mundo. No es de sorprender entonces que los jesuitas que han apoyado las guerrillas en Hispanoamérica y que en mayo del 68 estaban tras las barricadas, se sirven de los medios masivos de comunicación para plantear reivindicaciones análogas con la mirada puesta en Pekín y fomentar el rencor hacia los EE.UU.

El Vaticano ataca a Trump de no ser cristiano, por querer defender su soberanía, mientras calla ante la trata de humanos, la persecución de cristianos en el mundo, incluyendo China, donde los textos bíblicos están siendo cambiados, y también calla ante las profanaciones y ataques a sus iglesias, entre otras cosas.

Por último, recordemos las sabias palabras del arzobispo Fulton Sheen, prelado americano: “La tragedia de nuestro tiempo es que a quienes creen en la virtud les falta fuego y convicción, mientras que a los viciosos les sobra convicción”.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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