Una multitud recordó en Santiago de Chile el primer aniversario del estallido social que ha cambiado el mapa político de ese país y ha abierto, a fuerza de ocupar las calles, las puertas de una consulta popular para reformar la Constitución, que se realizará el próxmo 25 de octubre. En esas mismas calles se respiró este domingo un clima de fiesta, con cantos, bailes y un llamado a votar a favor de terminar con la Carta Magna heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90). Pero también retornaron los gases lacrimógenos lanzados por la policía militarizada (Carabineros) y numerosos incidentes.
Las dos iglesias del centro capitalino, fueron el corazón de las protestas de fines de 2018. Primero ardió el templo de San Francisco de Borja, usada regularmente por el cuerpo policial de Carabineros para ceremonias institucionales. Horas más tarde las llamas alcanzaron a la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital, con más de un siglo y medio de antigüedad. Los episodios provocaron de inmediato la sospecha de que se trató de una provocación, teniendo en cuenta la cercanía del plebiscito. Algunas de las conjeturas se confirmaron de inmediato. Las autoridades informaron que uno de los cinco detenidos por el primero de los atentados es un funcionario activo de la Armada. Al ser arrestado, portaba una máscara y lentes de protección.
Fuente/Agencia EFE.
Iglesia San Francisco de Borja consumiéndose en llamas. Foto: Agencia EFE.

Iglesia de la Asunción uno de las estructuras icónicas de Santiago. Foto: Agencia EFE.