El protagonista de esta historia es Miguel Pellicer, o más comúnmente conocido como el “cojo de Calanda”. En el ámbito del catolicismo, a lo largo de la historia se han producido muchos milagros, pero lo curioso de este es que es el mejor documentado de la cristiandad. Este hecho sorprendente tuvo lugar en 1640. Literalmente, este milagro conmocionó Europa hasta el punto de que el mismo Rey de España Felipe IV mandó llamar a Miguel y mantuvieron una entrevista, en la cual acabó el rey arrodillándose frente a él. El filósofo empirista, David Hume, al hacerse eco del prodigio contribuyó con su divulgación por toda Europa.
La historia es como sigue y es narrada por nuestro querido padre Loring, jesuita ya fallecido y famoso en el mundo entero por su libro Para salvarte:
Contaba el joven Miguel Juan Pellicer 19 años cuando, trabajando en Castellón de la Plana, cayó de un carro cargado de trigo que conducía, y una rueda le aplastó la pierna derecha. Pasó 5 días en el Hospital de Valencia y pidió ser llevado al Hospital de Nuestra Señora de Gracia en Zaragoza.
Debido a este incidente fue necesario amputarle dicha pierna, dos dedos más abajo de la rodilla, lo que se hizo en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, en Zaragoza, por el cirujano D. Juan Estanga, siendo enterrada por el practicante Juan Lorenzo García.
Le ponen una pata de palo; con ella no puede ejercer sus funciones laborales, entonces se hizo mendigo en la puerta del templo de Nuestra Señora del Pilar, de la que era muy devoto desde su niñez, ya que existía una ermita con su advocación en Calanda, y a la que se había encomendado antes y después de su operación, confesando y comulgando en su santuario.
Cada día, el cojo Pellicer untaba el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas que ardían ante la Virgen del Pilar, mientras pedía limosna a la puerta del templo.
Así está dos años y medio. Todo Zaragoza le conoce como «el cojo de Calanda». Calanda era su pueblo. Pero el muchacho no quería ser mendigo toda su vida, y le pide a la Virgen del Pilar que él quiere trabajar.
Un día pasa por su casa un soldado. Como son pobres y no tienen cuarto de huéspedes, acuestan al soldado en la cama de Miguel y a él le ponen un jergón a los pies de la cama de matrimonio de sus padres.
Miguel está cansado y se va a dormir él primero. Cuando su madre se va a acostar da un grito. Viene su marido. Debajo de la manta que tapaba a su hijo, en lugar de una pierna, ve dos piernas. Despiertan al muchacho.
– ¿Por qué me despertáis? Estaba soñando con la Virgen del Pilar.
– ¡Chiquillo, qué tienes dos piernas!
– ¿Que tengo dos piernas?
Se pone de pie y tiene dos piernas. Y todo Zaragoza, que le había visto antes con la pierna cortada y la pata de palo, le ve ahora con las dos piernas.
Y van al sitio donde habían enterrado la pierna cortada, y allí no hay nada. Y la pierna que le ha crecido tiene la cicatriz de una mordedura de perro de cuando él era pequeño.
Este es un milagro único en la historia de la Iglesia por dos motivos. El primero, es que ni antes ni después existe ningún referente parecido, porque curaciones milagrosas hubo muchas, pero la reimplantación completa de un miembro no se ha dado jamás. Y la segunda, es que fue levantada acta notarial al efecto.
El notario de Mazaleón (Teruel) levantó acta del evento, y el documento se conserva en el archivo municipal de Zaragoza. Es un documento notarial que certifica que ha existido la suspensión de una ley física. El hecho fue estudiado a fondo, y un tribunal determinó la veracidad del milagro, ya que testificaron el médico que le amputó la pierna, el ayudante que la enterró, enfermeras, el capellán, el alcalde, un juez, sus padres, sus vecinos y muchísima gente que lo veía a diario en la puerta del Pilar.
La casa donde ocurrió el evento se conserva en forma de capilla. Lo más impresionante de este milagro es que vendría a darnos confirmación tangible, por la vía de los hechos, de la posibilidad de la resurrección de la carne. Cuestión que los creyentes sabemos por fe; aunque ya sabemos lo que dijo Cristo: Los que no quieren creer, no creerán aunque resucite un muerto.

Véase padre Loring relatando otro milagro del que levantó acta notarial
Véase tertulia comentando el milagro (Padre Carreira)



Claudia Gómez
Bella nota acerca del milagro. Bendiciones para todos