Fuera del contexto sajón y por medio de la transculturación (prevalentemente comercial), parece ser que nuestros países han adoptado, entre muchas otras cosas, tradiciones como el Halloween, que se celebra cada año el 31 de octubre. Un día antes del día cristiano de todos los santos y dos días antes del día cristiano de los muertos o fieles difuntos, que sí son celebrados por nuestra cultura hispana.
Pero, ¿de dónde viene esta celebración? Esta celebración viene de la creencia por parte de los celtas, dos mil años atrás, de que durante este día la separación entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos está a su mínima expresión, o sea, que casi se tocan, y por lo tanto las almas de los que han fallecido visitan sus casas en ese día, que es el día anterior al nuevo año que comenzaba el 1 de noviembre en el calendario celta. Esta cultura, también compartida por los escoceses, pensaba que en este día tenían que hacer ritos que aplacaran las fuerzas (espíritus) que controlaban la naturaleza y pedían por sus cosechas, especialmente.
Como otros ritos paganos, se creía que este día era especial para hacer adivinaciones del futuro, sortilegios y pedidos de naturaleza imposible. El festival en Irlanda se llamaba el festival de Samhain, y es todavía un festejo nacional. Las luces se usan para espantar a esos fantasmas y otros espíritus, y originalmente se ponían velas dentro de los nabos, pero cuando los irlandeses emigraron a América utilizaron calabazas, que son más comunes acá.
En los Estados Unidos, en sus comienzos un país puritano y protestante, no se festejaba Halloween hasta el siglo XIX. Su popularidad coincide con el crecimiento del espiritualismo en 1848. Diferentes aspectos de esta celebración se han incorporado de otras culturas, incluso costumbres católicas como el usar disfraces, ya que las iglesias medievales tenían la tradición de desplegar reliquias de los santos para el día de todos los santos, pero las iglesias más pobres no tenían reliquias y se disfrazaban de distintos santos, o de ángeles o de diablillos, y hacían un desfile alrededor de la iglesia.
Otra, es la costumbre de pedir algo a cambio de que los espíritus no te molesten, costumbre derivada de un rito Druida que incluye el uso de las máscaras para evitar que los malos espíritus te reconozcan, aunque también hay una mentalidad chamánica junto a esta costumbre. Debemos acordarnos de que en los ritos masónicos de las altas órdenes también se usan máscaras.
Por el otro lado, el día de los muertos en algunos países católicos se festeja profundamente, como México, país conocido por sus costumbres muy coloridas y que asimilan costumbres paganas convirtiéndolo más en un folklore que algo estrictamente religioso. Para el resto, es un día en que recordamos y honramos a nuestros muertos haciendo misas por ellos o rezando por sus almas. Este día dentro de la liturgia católica fue instaurado por ST Odilo of Cluny alrededor del año mil, el segundo día de noviembre, aunque originalmente era alrededor del domingo de Pentecostés. El día inicialmente fue instaurado para rezar por las almas del Purgatorio, para que los que están en Purgatorio sean liberados, así como ellos, en agradecimiento, van a rezar por nosotros desde el Cielo cuando lleguen. Benedicto XV (1914-1922) confirmó esta celebración y le dio un grado de gran honor en la liturgia.