El fabianismo es una rama del marxismo. Una vez que Marx desarrolla su filosofía marxista, la hacen suya los bolcheviques, pero la implementaron de una manera violenta: por la fuerza de las armas y del terror. Consistía en eliminar toda la estructura económica, política y social de una nación para posteriormente instaurar la dictadura del proletariado y un sistema de partido único y totalitario. El fabianismo pretende lo mismo, pero por un camino menos perceptible.

Surge en Inglaterra como una forma de desarrollo comunista más silenciosa y oculta y con miras a instaurar un nuevo orden mundial. Se podría decir que el comunismo bolchevique fue la primera etapa comunista y el fabianismo, la segunda. En 1889 se publicaron los “Ensayos Fabianos”, que contienen el programa de la Sociedad Fabiana.

Véase texto que explica el programa.

Los fundadores fueron el matrimonio compuesto por Sídney Webb y Beatrice Potter. Entre los miembros más destacados de la Sociedad Fabiana se encontraba el escritor George Bernard Shaw, reconocido eugenista. Muchos de sus miembros pertenecían a sociedades teosóficas y ocultistas. Los fabianos eran partidarios de la propiedad pública de los medios de producción. Los medios utilizados para tomar el control de los estados son distintos a los empleados por los bolcheviques.
Toman el nombre de fabianistas por Quinto Fabio Máximo, el denominado Cunctator (que significa «el que retrasa»), un general de la antigua Roma que había conseguido frenar los enfrentamientos directos contra Aníbal buscando desgastar al ejército del general cartaginés dejando pasar el tiempo, utilizando tácticas de hostigamiento y de guerrilla, es decir, utilizaron un método parecido al de la ventana de Oberton o al típico ejemplo de calentar la rana poco a poco. No utilizan un enfrentamiento directo. Por ponerlo más claro, el estilo de la masonería. Hoy en día, para los fabianistas, el nuevo ejército de Aníbal son las democracias y ellos son los fabios que las quieren derrocar para instaurar la dictadura.
En lugar de las armas, para conseguir un nuevo orden mundial, utilizan la educación, los sindicatos, los medios de comunicación, etc. Su arma es la infiltración. Es un marxismo evolutivo más que confrontativo y, a diferencia del comunismo, que es internacionalista, ellos son mundialistas. Tienen como lema avanzar tres pasos, aunque se retrocedan dos para ganar siempre uno. Ansían los medios de producción de la misma manera que el comunismo, pero en este caso, en vez de estar en manos del Estado, estarían en manos de grandes corporaciones o multinacionales a las órdenes de un grupo de poderosos que determinarían lo que se fabrica, lo que se come, lo que está bien y lo que está mal.
Llegan a Estados Unidos a principios del siglo XX. Una de sus máximas figuras fue el presidente Woodrow Wilson y, otra no menos importante, Franklin Delano Roosevelt que, no en vano, fue el primer promotor de la Unión Europea tras la Segunda Guerra Mundial. En la Sociedad Fabiana de Londres se exhibe un vitral donde dos hombres golpean la bola del mundo para remodelarla a su gusto y, no en vano, su escudo muestra la imagen de un lobo con piel de oveja. Podríamos hacer la conjetura de que los fabianos son otro grupo de poder, como la masonería, a las órdenes de ese pequeño grupo que gobierna el mundo.
