En 1815 se supuso la victoria definitiva de la coalición liderada por el Reino Unido sobre el Imperio Francés de Napoleón Bonaparte. Napoleón siempre decía que para ganar una guerra necesitaba dinero, dinero y dinero. En el Congreso de Viena, los Rothschild hicieron saber su contribución a la victoria, ya que habían financiado a Inglaterra durante los más de 20 años de guerras napoleónicas. Lo que no dijeron fue que también habían financiado a Napoleón. Tras la guerra, se celebra el Congreso de Viena, el primer ensayo de asamblea de naciones. Para estas fechas, los Rothschild ya contaban con cinco bancos operando en Europa.
Pero algo no les fue muy bien en ese congreso a los Rothschild que, aprovechando el control financiero que poseían en varios estados europeos, intentaron imponer una forma de gobierno mundial. Muchos gobiernos estaban en deuda con ellos, por lo que intentaron utilizarlo como una herramienta de negociación. Sin embargo, el Zar Alejandro I, que no tenía ninguna deuda, no estuvo de acuerdo con el plan, con lo que fracasó este primer intento de gobierno mundial. Enfurecido por este revés, Nathan Mayer Rothschild juró que, algún día, él o sus descendientes destruirían a toda la familia del Zar. Más de cien años más tarde patrocinaron el movimiento bolchevique, dándole cumplimiento a esta amenaza. Podemos intuir también que algo tuvo que ver en el desenlace de esta venganza el apoyo que Alejandro II prestara a otro enemigo de los Rothschild, a Abraham Lincoln.
Como ya sabemos (por el anterior artículo), en 1861 Lincoln andaba buscando financiación para costear la guerra civil, pero los bancos Rothschild, en rebeldía por no haberles renovado la concesión del banco central, aprovecharon la oportunidad para imponer a esos préstamos unos intereses abusivos. Lincoln no se arredra y decide emitir su propia moneda. Así que para abril de 1862 ya había emitido y distribuido títulos de deuda con valor de moneda de libre circulación por valor de quinientos millones de dólares. El presidente llegó a decir, tras esta gesta:
Le dimos a la gente de esta república la mayor bendición que ha tenido, su propio papel moneda para pagar sus propias deudas.
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Ese mismo año, el periódico “The Times”, de Londres, publicó la siguiente declaración:
Si esa astuta política financiera, que tiene su origen en la República de Norte América se llega a consolidar, entonces ese gobierno podría proporcionarse su propio dinero sin costo alguno y por lo tanto podrá pagar su deuda sin endeudarse.
En 1863, Lincoln se entera de que el Zar de Rusia Alejandro II tiene problemas con los Rothschild, ya que se negaba a los continuos intentos por parte de estos para crear el Banco Central de Rusia. El Zar ofrece su apoyo a Lincoln asegurándole que si Francia o Inglaterra llegasen a ofrecer su apoyo al ejército del Sur, lo tomaría como una declaración de guerra y se pondría del lado de Lincoln. El Zar, como medida disuasoria, envió parte de su flota del Pacifico a San Francisco y la otra a Nueva York. Lo que unió a estos dos grandes personajes históricos, fue que enfrentaban un problema común: luchaban por el control de la moneda en sus respectivos países. Control que se veía amenazado por la presión de la familia Rothschild.
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En ese mismo año, aparece en el escenario de los Estados Unidos un personaje de todos conocido en la actualidad. Los Rothschild empiezan a ampliar sus negocios, pasando de las finanzas a la industria, y envían a uno de los suyos, John D. Rockefeller, para iniciarse en el negocio del petróleo, fundando la “Standard Oíl”.
En 1865, el presidente Lincoln hizo las siguientes declaraciones:
Tengo dos grandes enemigos, el Ejército del Sur frente a mí, y las instituciones financieras por detrás. De los dos, el de atrás, es mi mayor enemigo.
Ese mismo año, Lincoln fue asesinado. También sabemos cómo años más tarde terminó la familia del Zar. Si prestamos atención al doble detalle, por un lado, la amenaza de Nathan Mayer Rothschild a la familia del Zar, y por otro, el apoyo que este prestó a Lincoln. No hay que ser demasiado conspirador para llegar a la conclusión de que las elites tuvieron mucho que ver con ambos asesinatos, el de Lincoln y el de la familia del Zar. A nadie que conozca bien la historia de la revolución bolchevique se le escapa el detalle de que esta fue financiada por la masonería.
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