Como todo el mundo, me gustaría vivir en un mundo libre de polución (quién produce esa polución, realmente es materia para otro artículo). También me gustaría ver a la raza humana vivir en armonía con la naturaleza, aun a riesgo de que me llamen ingenuo e idealista.
Mi experiencia me ha llevado a la conclusión de que hemos fallado en esto gracias a los oligarcas que hunden sus garras en todos los sistemas sociales, desde la cultura hasta la economía, pervirtiendo la sociedad para lograr sus fines, ¿y cuáles son sus intereses? Dinero, usura y avaricia, los pecados capitales que nos llevan a los problemas de la sociedad moderna.
Y ahora estamos enfrentando una deuda mundial sin precedentes en la historia de la humanidad. Estamos atrapados en un edificio que se está quemando, y las soluciones que nos ofrecen vienen de las manos de los pirómanos que desparraman el fuego desde la cúpula. Tristemente, muchas almas inocentes firman sus propias sentencias de muerte hacia una solución que es más mortal que la enfermedad que quieren prevenir.
Antes de ser acusado de dramático, déjenme mencionar un evento ocurrido el 3 de junio del año pasado, organizado por el Foro Económico Mundial (WEF), que se llamó The Great Reset (el gran reseteo), en el cual líderes del FMI, del Banco Mundial, del Reino Unido y de EE.UU. acordaron que la “crisis” originada por el virus Covid sentaba las bases perfectas para implementar un nuevo sistema económico operativo al que nombraron Green New Deal (Nuevo Trato Verde).
El proponente y silla directiva del Foro, Klaus Schwab, dijo: “el mundo debe actuar conjuntamente y cambiar todos los aspectos de la sociedad, y todos los países, desde USA a China, deben participar; en resumidas cuentas, necesitamos un gran reseteo del capitalismo”. Uno se pone a pensar, en primer lugar, por qué estos poderosos capitalistas quieren cambiar el sistema que les dio el poder del que gozan.
Hasta el Príncipe Charles, sucesor a la corona de Inglaterra, dice que “es una oportunidad dorada de modificar el comportamiento humano en maneras que años de ambientalismo no han podido. Esta pandemia hace que la gente esté más receptiva a los grandes cambios”.
Mientras que el Foro Económico Mundial es bien conocido por ser una corporación global de las élites, se ha transformado en los últimos años en el líder de coordinación de las epidemias y catástrofes mundiales. Fueron los que organizaron el Evento 201 y han incluido grupos anticapitalistas por antonomasia como Greenpeace, que participan regularmente de sus eventos, y cabe mencionar que Greenpeace ha sido criticado por ello.
¿Así que realmente les interesa el bienestar del mundo? ¿Un mundo que ha sido moldeado a sus intereses por lo menos desde la centuria pasada? Revisemos la historia de este grupo. La historia oficial es así: se ha creado un nuevo sistema durante la conferencia de dos semanas en Bretton Woods, New Hampshire en 1944 bajo el liderazgo de Franklin Roosevelt; este consiste en exportar el sistema americano que se usó para terminar con la Gran Depresión de los años 30, al resto del mundo, y el mundo necesita esto por las actuales condiciones, resultado de la Segunda Guerra Mundial.
Roosevelt promete en este tratado parar la dictadura de los bancos internacionales durante
1933, que aniquilaron la banca inglesa, y la liga de las naciones en la Conferencia de Londres; crea la ley Glass-Steagall, a través de la cual se imponen regulaciones a los especuladores de Wall Street; crea una protección de los ahorradores minoristas y pone a un montón de bancos de la élite a ser investigados bajo la Comisión Pecora; lanza proyectos de infraestructura bajo la
autoridad del Tennessee Valley, electrificación rural; comienza megaproyectos como la represa Hoover o la represa Grand Coulee, convirtiendo a los EE.UU. en un país agroindustrial capaz de crecimiento constante y, lo más importante, garantiza que todas estas ventajas sean implementadas en el resto del mundo, oponiéndose al imperio inglés.
(Continuará…)
