UN EX ESPIA DE LA KGB NOS PREVIENE DEL TOTALITARISMO

Publicado en enero 27, 2021, 9:27 am

Yuri Bezmenov (1939-1993), desertor de la KGB, infiltrado en la agencia de noticias soviética Novosti, hijo de un oficial de la Armada Roja y especialista en lenguas orientales, en 1970 se escapa vestido de hippie de una embajada del medio oriente y llega a los EE.UU., dedicando el resto de su vida a denunciar cómo opera el comunismo – marxismo en el mundo.

Bezmenov nos alerta en 1984 que una sociedad libre colapsa en cuatro etapas. La primera, es la desmoralización, un proceso que empieza con la infiltración de la dialéctica marxista en las escuelas, y se caracteriza por atacar el sentimiento patriótico y el cambio de los eventos en la enseñanza de la historia; los estudiantes reciben educación marxista que orada el mundo democrático Occidental. Se enfatiza la decadencia y decaimiento de la sociedad establecida, se cuestiona la eficacia de una sociedad donde se goza de la libertad individual como derecho y se establece el pensamiento de que la sociedad está perdida. Como el general Ming destaca: “te satisfaces con menos”.

La segunda etapa es la desestabilización, empezando con un declinamiento de la economía y el debilitamiento del poder militar, también en las relaciones internacionales de los países, como problemas de fronteras, de emigración o conflictos bélicos.

Tercera etapa: producir una crisis. Poner al país en el filo, creando inconformismo en las personas, resaltando los problemas sociales existentes y creados artificialmente, por ejemplo, acentuar a un grupo como el victimizador; ejemplo de esto, la policía.

Por último, la normalización, propagar una nueva normalidad, no lo que estaba, con nuevas formas de vivir; en el caso actual, el vaciamiento de los estadios o los bancos, obligar a las personas a que vean como antinatural algo que es natural, como visitar a los padres o a un enfermo, usando el miedo o la coerción; ejemplo de esto es la crisis del Covid.

Una nueva narrativa basada en la cancelación de la cultura imperante (cancel culture), la imposición de ser políticamente correcto como forma de censura y libertad de expresión, si esa expresión contradice la narrativa del establishment; la supresión de los valores tradicionales, haciendo que lo que antes era detestado o descartado se convierta en la nueva norma, ya sea suprimiendo o propagando el sentimiento de tolerancia para todas “las nuevas ideas o conductas sociales”.

   Otra forma de manipulación mediática, o a través de shows o películas, es apelar a lo que hay de bueno y decente en todas las personas, a los mejores sentimientos humanos y creando un sentimiento de culpa si no nos atenemos o cuestionamos lo que nos quieren imponer.

La lógica y el raciocinio brillan por su ausencia, todo se reduce a lo que “sentimos”; claro que una sociedad no puede sobrevivir solo por sentimientos, porque los sentimientos humanos cambian todo el tiempo, si no que deben ser basados en razón y sabiduría, aplicar principios que funcionan para el avance de la sociedad y sus ciudadanos, y conocer la historia para no cometer los mismos errores.

Los que ya pasaron por sociedades totalitarias, como Yuri, pueden sacarnos las vendas de los ojos. Alexander Solzhenitsyn, que fue otro crítico veraz del sistema totalitario conocido como comunismo, escritor de la famosa novela Archipiélago Gulag basada en su experiencia en los campos de concentración o campo de trabajo en Siberia, también es un buen ejemplo de una historia que no debemos repetir. Aunque las formas se han modernizado y la tecnología prácticamente ha reemplazado a la ciencia, la esencia no ha cambiado, sigue siendo la misma: la implementación de una utopía, de un mundo perfecto, y aunque ya sabemos el resultado de estas utopías, nos prometen los sabios del mundo que sí, que esta vez sí va a funcionar.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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