SEMINARIO DE SAN RAFAEL Y LOS ENEMIGOS DE LA FE

Publicado en febrero 02, 2021, 9:32 am

Gentileza del P. Jardin.

Conviene preguntarse qué hubiese ocurrido si se hubiera aceptado la imposición de Taussig, de la comunión en la mano. Hay quienes pueden creer que el seminario hubiera seguido funcionando, francamente creo que sí, pero no más de una semana. Yo no soy estratega, pero sé que en una guerra lo primero es conocer la propia fuerza y conocer al enemigo. El enemigo no es sólo Taussig y sus secuaces.

Colombo, desde Mendoza, lo impulsaba. Pero detrás de Colombo y Taussig se yergue la figura siniestra de Bergoglio y la mafia sin código ni leyes que lo rodea. Se caracterizan por perseguir tres fines: dinero, poder y placer.

Bergoglio, experto en moral de situación, desde mucho tiempo atrás ha detestado la Tradición y la piedad. Por eso, ha podido inventar la falsa misericordia que premia a los malos y castiga a los buenos. Abundan los ejemplos, ¿es necesario repetirlos?

La voluntad de cerrar el seminario de San Rafael (como todo seminario, instituto o congregación que respete y ame la Tradición) está muy viva en Bergoglio, tanto como la de proteger a clérigos con graves faltas morales a quienes maneja a su antojo.

El genial Alejandro Solyenitzin, en Archipiélago Gulag, libro muy actual, denuncia que los integrantes del comité central de la URSS conocían muy bien la corrupción escandalosa de varios generales de su ejército; no los castigaban, sino que les servían para tenerlos como peones sumisos. Bergoglio, en Argentina, se entrenó sobradamente en esos turbios manejos. Esto no significa que Taussig sea inocente de lo hecho, obedeció con diligencia de peón obsecuente a Colombo y Bergoglio agregando una dosis amplia de crueldad, sadismo, cinismo burlón y despectivo. Quizás algunos crean que es denigrar a la Iglesia descubrir a Bergoglio y su comparsa, pero es necesario decir la verdad para evitar que la Iglesia siga siendo el juguete de estos herejes. Sostengo que hay dos iglesias: la iglesia de la publicidad, la de Bergoglio y sus cómplices (mitrados o no) y la Iglesia de Cristo, que murió y resucitó para nuestra salvación. Iglesia cuyos fieles aman a la Ssma. Virgen, hacen penitencia por todos, justos y pecadores, rezan por Bergoglio, sus obispos y demás cómplices, rogando por su salvación eterna porque “odian el pecado pero aman al pecador”.

Ahora, veamos algunos hechos de Bergoglio y los suyos. Reivindican y exaltan a Martín Lutero, hereje condenado por la Iglesia de Cristo hace cinco siglos. Rinden culto a la Pachamama y otros ídolos, diciendo que esas idolatrías son “culturas” (recordemos que, sin embargo, la Iglesia dice que los ídolos son instrumentos de los demonios). Piden que obedezcamos a la Naciones Unidas, nido de los enemigos de la Fe y del patriotismo. Nos quieren hacer aceptar vacunas que no tienen ni las debidas pruebas ni el tiempo decisivo de investigación, fabricadas por laboratorios de los reyes de este mundo, algunas de las cuales han provocado enfermedades y muertes en Argentina y en otras naciones. Asocian a la Iglesia con los potentados económicos del mundo que financian el crimen del aborto: Rockfeller, Rostchild, Soros y cuantos quieren asesinar a los niños en el vientre de su madre. Llaman a esto capitalismo inclusivo. Predican que todas las religiones son iguales, desconociendo a la única y verdadera religión Católica, Apostólica y Romana sin la cual no hay salvación. Cierran seminarios fecundos y fieles. Apoyaron y apoyan a las verdes (mujeres abortistas). Y podríamos seguir con hechos que buscan destruir a la Iglesia Católica asimilándola al mundo como una forma de ser aceptada por este «nuevo orden» que la utiliza, la desprecia y la demuele.

Bergoglio, al integrar la Iglesia en el capitalismo inclusivo, no sólo comete el pecado que el Apocalipsis llama “fornicar con los reyes de la tierra” sino que al convocar a los poderosos del mundo, los reyes de la tierra, a integrarse con la Iglesia en el capitalismo inclusivo también se perfila como aquello que el Apocalipsis llama “la fiera o la bestia de la tierra”. Ante esta traición demoniaca a Dios Uno y Trino, a la Iglesia de Cristo, a los fieles y a la Patria, ¿debemos callar? ¿ser cómplices por omisión?

Es Cristo la Verdad, es quien nos hace libres. No es sino esclavitud este compromiso satánico con el mundo. Es este compromiso con el mundo precisamente el que impidió que tanto Bergoglio como los obispos argentinos no hayan condenado con vigor, energía, contundencia, como varones de Dios, la ley asesina, canallesca e infame sancionada recientemente como un acto de sumisión de nuestra patria, a Soros, Rockefeller, Rostchild, los que son “los reyes de la tierra”, agentes de Satanás en el mundo actual. Nuestra Señora, la Virgen Ssma., destructora de todas las herejías, sea nuestra Capitana.

P. Luis Moisès Jardìn Lahetjuzàn

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