“SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA”, ES LITERAL

Publicado en febrero 06, 2021, 8:34 am

El Evangelio es una fuente de sorpresas increíble y aunque no hubiese tantas evidencias histórico-científicas de su autenticidad, solo por la lógica intrínseca que se extrae al analizar su contenido, habría que dársela. En esta ocasión nos hacemos eco de una de las conferencias de nuestro querido padre Loring (sacerdote jesuita, ensayista y experto en apologética) sobre la tumba de San Pedro. Cuando Jesús dijo en el Evangelio: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, no solo se refería a que Pedro sería el primer Papa de manera alegórica, sino que también se refería a que, de manera literal, la tumba de San Pedro sería la primera piedra del Vaticano, ya que se encuentra bajo este, y hay que tener en cuenta que Jesús pronunció esas palabras tres siglos antes de que esto ocurriese.

En el caso que nos ocupa en este artículo se constata de manera fehaciente que la ciencia en muchísimas ocasiones confirma la fe, porque si observamos el pasaje bíblico de Sirácides (Eclesiástico, 1-4) donde dice: “La sabiduría fue creada antes de cualquier cosa, la inteligencia que todo lo dispone viene de más lejos que el principio del tiempo” es sorprendente que dicho pasaje esté en consonancia con las actuales teorías científicas sobre la creación del Universo. Aunque este no es el tema que nos ocupa hoy, de todas maneras dejamos un enlace a otro artículo que explica bien este asunto.

Véase artículo

Pero nos vamos a centrar hoy en la tumba de Pedro. Todos estamos acostumbrados a relacionar Vaticano con Iglesia católica, pero la palabra Vaticano (vaticinio o predicción) es de origen etrusco, y el Vaticano es una de las colinas de Roma. San Pedro fue martirizado por Nerón y después fue enterrado en el cementerio de la ladera del monte Vaticano, como cualquier otro. Más tarde, el Emperador Constantino se convierte al cristianismo porque en la batalla del Puente Milvio contra Majencio (312), Constantino tuvo una visión que le garantizó la victoria y lo inspiró a hacerse cristiano (esto lo narra San Silvestre, que decía haberlo oído de boca del mismo Constantino) y, tras su conversión, en agradecimiento, construyó varias basílicas.

Una de esas basílicas fue la de San Pedro, que Constantino levantó sobre la ladera del monte Vaticano y sobre la tumba de Pedro con muchas dificultades técnicas por la orografía del terreno, y además lo hizo aposta, porque tenía cerca una gran explanada donde la podía haber construido con menos dificultades. Y no solo eso, sino que además lo tuvo que hacer con la desaprobación de romanos y judíos porque enterró un cementerio para construir la basílica, y esto no fue del agrado de nadie (muchas familias romanas ricas tenían enterrados allí a sus familiares), pero pese a todos los inconvenientes la construyó en ese justo lugar.

Es decir, que encima del antiguo cementerio el emperador construyó su basílica, y encima de esa basílica se encuentra la actual. Este hecho histórico fue corroborado por la arqueología. En el año 1939, el Papa Pío XII ordenó que se efectuara una excavación en los subterráneos del Vaticano con el objeto de verificar si allí se hallaba la auténtica tumba de San Pedro. Las excavaciones duraron hasta el año 1949. Se encontraron cinco monumentos, el más antiguo del siglo II. Se incluía una parte de un edificio adosado a un muro revocado en rojo que servía de fondo para el más antiguo de los monumentos.

En este edificio pequeño se encontraron unas inscripciones anteriores a la época de Constantino. Una de las inscripciones señalaba «Petrus Eni» (Pedro está aquí). Asimismo, se descubrió un lugar donde debería encontrarse la tumba, pero no se halló nada adentro. En ese momento, Pío XII suspendió las excavaciones y anunció que se había encontrado la tumba de Pedro. Margherita Guarducci (arqueóloga y epigrafista italiana, especialista en epigrafía griega y epigrafía paleocristiana) prosiguió las investigaciones en el año 1952. Estudió y descifró el famoso muro de las inscripciones y descubrió los restos físicos de Pedro años después.

En 1964, las investigaciones de Guarducci terminaron y un año más tarde se publicó su libro Reliquie Di Pietro Sotto La Confossione della Basílica Vaticana («Las reliquias de Pedro bajo la confesión de la Basílica Vaticana»). En 1968, Pablo VI anunció que, según los estudios científicos realizados, había suficiente certeza de que se habían encontrado los restos del apóstol.

Las palabras de Cristo: “Y sobre esta piedra edificare mi Iglesia”, no fueron solamente alegóricas, sino que fueron también literales. Palabras dichas tres siglos antes de que Constantino comenzara la edificación de la primera basílica sobre la ladera del monte Vaticano. No se pueden hacer mejor las cosas.

Véase charla completa de Jorge Loring

Corresponsal de España

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