El Dr. Michel Yeadon, exvicepresidente de los Laboratorios Pfizer y director jefe de enfermedades alérgicas y respiratorias, declaró al principio de este año que no hay necesidad de una vacuna, que la pandemia está casi finalizada.
Mientras Pfizer anuncia el permiso otorgado por los gobiernos de vender la vacuna, el Dr. Yeadon rechaza la necesidad de ninguna vacuna para este virus. En sus propias palabras:
“Nunca he escuchado decir tantas cosas sin sentido acerca de una vacuna. No se vacuna a personas que no son de alto riesgo. Tampoco se planea la vacunación de millones de personas que están sanas y en buen estado con una vacuna que no ha sido extensamente experimentada en sujetos humanos en forma extensiva”.
El doctor nos recuerda que en las agencias gubernamentales que están determinando estas medidas draconianas no hay miembros expertos en el campo de epidemiología y, en consecuencia, han incurrido en dos errores fatales que han provocado la “tortura de la población por los doce últimos meses”.
El primer error garrafal: “presunción ridícula de susceptibilidad”, creer que toda la población es susceptible al virus y presuponer que ya no hay una inmunidad previa, ya que los Coronaviruses existen y muchos de ellos producen los conocidos resfriados. Todos los que han sufrido de resfriados o condiciones similares han sido expuestos a los Coronaviruses y tienen una inmunidad ya formada aun para virus como el SARs, que son virus relacionados. Agrega que por esta exposición las estadísticas demuestran que al menos 30% de las personas tienen inmunidad y pueden defenderse en contra del SARS.
El segundo error garrafal: un estimado de infección basado en los resultados positivos de un test que ha sido cambiado varias veces porque es probadamente ineficiente y, por el contrario, el grado de contacto con la infección es entre 20 y 30%, lo que muestra que el resto de la población, el 70%, tiene ya inmunidad.
Por último, el doctor Yeadon nos recuerda que nunca hasta ahora se ha podido hacer una vacuna para los Coronaviruses, todos los experimentos para una vacuna efectiva han fallado.
La otra problemática que surge con la vacuna de Pfizer es que usa una tecnología nunca probada en humanos, y que confía en el mensajero de ARN (mRNA). Laboratorios Moderna, que ha sido creado durante la pandemia, también está experimentando con esta tecnología, y ha esquivado los rigurosos cinco años de experimentación antes de ser lanzada al mercado.
En este momento, en el país del Norte solamente 22% de los americanos dicen que van a ponerse la vacuna de inmediato, y varía por Estado, y coincidentemente los estados socialistas son los que más confían en esta vacuna. Pero la mayoría de los americanos actualmente dicen que van a esperar a que pase más tiempo.
Claro que el tiempo se está acabando, como la primera ministro de Alemania, Angela Merkel, lo anunció recientemente: “no vamos a sacar las medidas hasta que la última persona en este mundo esté vacunada”. Coinciden conmigo que esta nueva tiranía suena aterradora. Bienvenidos al “New Normal”.