En el mundo de las apps no podía faltar la app para chequear la temperatura global. Por la app Temperature.Global sé que la temperatura en el momento en que estoy escribiendo este artículo es de 13.86 C. Esta temperatura promedio se obtiene de las 47.996 estaciones meteorológicas que están distribuidas alrededor del mundo, que están monitoreando constantemente y nos dan datos precisos por minuto. Este promedio tiene en cuenta todo el planeta, así que el resultado depende de ambos hemisferios estando en estaciones opuestas, la zona más alejada del sol al momento, siendo el hemisferio norte (invierno), y más cerca del sol, verano en el hemisferio sur.
La temperatura es componente de muchas otras mediciones que ayudan a los científicos a crear modelos, por ejemplo, en el cambio en los niveles del mar o línea de costa. Hay dos factores predominantes que producen este elevamiento oceánico, uno es el agua que se agrega por descongelamiento de los glaciares, un descongelamiento que no solo se debe a la temperatura sino a cierta ciclicidad que se dan entre estaciones; otro factor es la evaporación del mar y la caída consecuente de lluvias que agregada a factores de alta o baja presión pueden aumentar los caudales y sobrepasar el valor de evaporación. En un estudio de la NASA vemos que en un periodo de 25 años el aumento promedio por año es de 3 mililitros.
La predicción del IPCC, organismo gubernamental americano que chequea el aumento de la temperatura global del planeta, predice que la temperatura en el próximo siglo va a aumentar unos cinco grados, o sea, los lugares fríos de la Tierra van a gozar de inviernos menos duros y los lugares que ya son calientes van a ser más calientes, pero no debemos olvidar cuántas de estas predicciones nunca se cumplieron, como la bomba de la superpoblación para el año 2000 o la desaparición de la capa de ozono. También debemos considerar que hay otros factores que ayudan a mantener la vida en climas extremos. De hecho, hay gente que vive en esos climas extremos como ciudades en Siberia y también hay nómades que viven en el desierto.
Una de las consecuencias favorables de estos cambios, que por otro lado no son cambios que pasan abruptamente sino paulatinamente, es que varias áreas del planeta que están bajo permafrost van a dejar de serlo, más tierra va a quedar libre de nieve y lista para cultivar y producir más alimento. La gente se irá moviendo hacia nuevas áreas y alejándose de las costas, y, como sabemos, el ser humano siempre se ha adaptado a las condiciones más adversas, y sin tener ni siquiera tecnología que los advirtiera. Así que no tendría que ser diferente en nuestros días, al contrario, supuestamente estaríamos más preparados. Canadá es un ejemplo de país que se beneficiaría de un aumento en la temperatura, ya que siendo el país más grande del continente americano y el tercer territorio mas grande del mundo después de Rusia (el país más grande del mundo) y Antártida, que está en segundo lugar, solo puede usar menos del 20 % de su territorio. La mayoría de las ciudades canadienses están en las costas o pegadas a la frontera de los EE. UU.
Los paleohistoriadores nos muestran, analizando estrata obtenida de los árboles, fósiles o cortes geológicos de suelo, que la humanidad se ha enfrentado a desafíos climáticos vastos, pero se ha adaptado y aprendido a obtener recursos para la supervivencia. Por ejemplo, en la edad glacial de hace 15 mil años cuando el estrecho de Bering formaba un puente de hielo, humanos de la estepa rusa cruzaron al continente americano y son los nativos de este continente. La separación entre Alaska y Rusia es de solo 86 km y separada por dos islas, una pertenece a EEUU y otra a Rusia. Y así, hay miles de ejemplos que podemos aprender de la historia para dejar el miedo de lado y confiar en la sabiduría y fortaleza humanas.