Las tradiciones son costumbres que el pueblo llano fue amasando poco a poco a lo largo de la historia. Se fueron consolidando desde abajo (pueblo) hacia arriba (fiestas populares, ferias, bailes tradicionales, cantos, dulces o comidas regionales, etc.), pero esto ha cambiado. En los últimos tiempos el fenómeno se ha invertido. Desde instancias superiores se está reprogramando a la población con hábitos y costumbres que no surgen de la sabiduría popular, sino que, más bien, lo que buscan es controlar y teledirigir a la población.
Desde esta perspectiva queremos analizar algo que está sonando cada vez más y más fuerte. Este algo es la mal llamada “carne ética”. La finalidad de la Agenda 2030 (las nuevas costumbres o formas de vida que el foro económico mundial quiere implantar en el planeta), en la cual tienen intereses más de 1000 multinacionales y que para pertenecer a este grupo es requisito indispensable tener más de 5000 millones de dólares cada una, es implantar el consumo de carne de laboratorio en lugar de carne animal. Es decir, acabar con la ganadería tradicional y fabricar carne in-vitro. Uno de los mayores promotores de esta carne es, como no podría ser de otra manera, el célebre Bill Gates.
No es la primera cosa antinatural que se está tratando de imponer con apariencia “buenista”, porque ya pasamos el “Rubicón” de los vegetales y los cereales “transgénicos “. En nuestros días es difícil encontrar algún vegetal o cereal que no esté modificado genéticamente. Desde su aparición hace más de 15 años los cultivos y alimentos transgénicos no han demostrado los supuestos beneficios prometidos por la industria biotecnológica.
Los impactos sobre el medio ambiente de estos cultivos son cada día más evidentes: un aumento drástico del empleo de agrotóxicos en el campo, una creciente resistencia por parte de insectos y malezas, contaminación del suelo, contaminación genética de especies silvestres o pérdida de biodiversidad, entre otros impactos. Unas pocas empresas acaparan el 100 % del mercado de semillas transgénicas: Dupont, Bayer, Monsanto, Syngenta, BASF y Dow. Pero, además, controlan casi toda la investigación en biotecnología y el 76 % de las ventas de herbicidas y pesticidas a nivel mundial.
Podemos deducir fácilmente que prácticamente todo lo relacionado con la agricultura está en manos de las empresas que pertenecen a la Agenda 2030. Muy lejos de aportar soluciones al hambre en el mundo, la introducción de la biotecnología en la agricultura incrementa las situaciones de pobreza. No hay que olvidar, tampoco, que las semillas transgénicas producidas por estas compañías están patentadas y no se pueden utilizar alegremente, pues hay que comprárselas cada año junto con los pesticidas correspondientes.
Pero siguen avanzando y ahora van por el negocio de la ganadería. Es decir, la finalidad es acabar con la industria ganadera e implantar una industria de laboratorio cárnico. Todo esto se está tratando de llevar a cabo bajo una supuesta campaña de concienciación con el medio ambiente porque culpan a la ganadería de emitir una cantidad de CO2 a la atmósfera, lo que no es real. Es una falacia para beneficiar a los negocios de las multinacionales anteriormente citadas. Lo cierto es que este tipo de carne no tiene ninguna aceptación, no es algo que esté creciendo desde abajo hacia arriba, por lo que se está intentando implantar de arriba hacia abajo. Están obligando a los gobiernos a promocionar todo esto sin que nadie lo haya pedido y ni tan siquiera lo desee.
La promoción de esta insensatez se haría obligando a los gobiernos a invertir en las empresas que las están fabricando que, dicho sea de paso, son las grandes multinacionales que pertenecen a esta Agenda y que, como ya dijimos, tienen que tener un capital mayor a 5000 millones de dólares. Es decir, patrocinar a los más ricos en detrimento de los ganaderos más pobres.
Recapitulando: La carne “ética” se espera que entre en España este año. La expresión “ética” es un eufemismo para no llamarla de laboratorio y así intentar que la gente se sienta mal al comer la de toda la vida.
Ciertamente, la transformación antinatural de los cereales y los vegetales, como la de la carne, no son positivas para el común de la población. Se observa un cambio en la propiedad, ya que poco a poco toda la industria y todas las propiedades están pasando de manos de la clase media a estos grandes conglomerados financieros. Se están apropiando de la riqueza que antes estaba distribuida entre pequeños agricultores y ganaderos. Pretenden gestionar todos los bienes de la tierra.
El Secretario General de la ONU, el Sr. Antonio Guterrez, ha afirmado que necesitamos una gobernanza global. En el fondo, la Agenda 2030 es el mapa para encaminarnos hacia esa gobernanza. Dentro de algún tiempo todo estará en manos de unas pocas familias, y el resto, para poder comer, tendremos que asumir esta nueva dictadura. Esto no es nada bueno y se le ha llamado desde hace tiempo como Fabianismo. El mundo camina hacia una dictadura global y la Agenda 2030 es la herramienta que se ha implementado para conseguirlo.