El estado de Georgia aprobó una regulación que exige que se pida identificación a los ciudadanos cuando van a votar. Una de las reacciones más ridículas fue del grupo deportivo MLB, el equipo de béisbol americano que amenaza abandonar su sede que se halla en ese estado. No es la primera vez que emite amenazas de este estilo. Otra reacción más ridícula todavía es la declaración de Biden cuando se enteró de esta noticia. El presidente de los Estados Unidos declaró: “los apoyo, son una fuerza de oposición, oposición en esteroides, la gente los sigue, apoyar la identificación del votante es antipatriótico”.
Al mismo tiempo que los demócratas estaban tan horrorizados por esta nueva regulación, están planeando imponer en el país un pasaporte de salud para todos los ciudadanos y que tendrán que presentar en circunstancias todavía en estudio, no aclaradas a la ciudadanía; el pasaporte será una app en el teléfono, ¿adivinen qué?: nombre completo y vacunación positiva.
La vacuna ya está a disposición de todo el mundo después de los 16 años de edad (aunque hay conversaciones de ponérsela a los chicos), pero la clasificación de “experimental” no ha cambiado en el país del Norte. Los hospitales, farmacias y aseguradoras médicas mandan e-mails incitando a la gente a que saquen una cita para su aplicación, a $60 por cabeza, y si consideramos que el 21 % de la población es menor de 16 años, la industria farmacéutica estará ganando con esta vacuna unos $ 15 960 000 000 000 de dólares solo en EE.UU., y súmenle el mundo. Un gran incentivo para que una “enfermedad” con una sobrevida del 98.9 % y un tratamiento efectivo comprobado y con un protocolo de prevención estipulado (pero que a nadie le interesa discutir), no desaparezca.
Después de más de un año de estar bajo confinamiento, la información acerca del virus corona no ha aumentado, todo lo contrario, es más confuso. Los doctores más cautos no se atreven a decir mucho, sólo nos aconsejan esperar, hay que esperar las reacciones, hay que esperar a ver cuántos meses la vacuna nos va a proteger, si será una vacuna anual como la de la gripe, y qué pasa con las “nuevas” cepas. Razón por la cual los vacunados tienen que seguir con las mascarillas y la distancia, prueba de lo dudosa que es la efectividad de esta “vacuna”. Lo más curioso (no, realmente) es que no hay muertes por gripe en el 2019, cuando en promedio mueren entre cincuenta mil y ochenta mil personas de gripe en los Estados Unidos. Una vez que el coronavirus está en el barrio, los otros virus se esconden y al mismo tiempo los casos de corona “aumentan”, ¿así que las máscaras funcionan para la gripe, pero no para el Covid? ¡Cuánta irracionalidad! O alguien está mintiendo.
¿Se convertirá esto en una carrera vertiginosa? ¿Un virus que se nos escurre entre los dedos? Como el dibujo del Epoch Times, un diario de noticias conservador americano, que muestra a dos viñetas con dos ratoncitos de laboratorio hablando. Uno le pregunta al otro si se puso la vacuna y este le contesta: “no, estamos esperando el resultado en los humanos”.
