El tema de las vacunas está creando mucha controversia y el asunto no es de ahora. Las vacunas han salvado muchas vidas a lo largo de la historia. La historia de las vacunas comenzó cuando Pasteur, en 1881, en homenaje a Edward Jenner, quien en 1796 inventó la vacuna contra la viruela, le puso este nombre. Jenner observó que las ordeñadoras de vacas afectadas de viruela vacuna no se contagiaban de la viruela humana. De esta manera, inoculó pus de una lesión de una ordeñadora a un niño sano de 8 años; James Phipps, que así se llamaba el niño, desarrolló la enfermedad de forma leve y se recuperó totalmente a los pocos días. El problema surge cuando se utilizan las vacunas para dañar y manipular a las personas.
Los obispos católicos de Kenia, en 2014, acusaron a dos organizaciones de las Naciones Unidas de esterilizar a millones de niñas y mujeres al amparo de un programa de vacunación contra el tétanos, patrocinado por el gobierno de Kenia, lo que obligó a abrir una investigación.
Según una declaración publicada por la Asociación de Médicos Católicos de Kenia, la organización encontró un antígeno que causaba abortos involuntarios en una vacuna administrada a 2,3 millones de niñas y mujeres por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF. Según los informes, los sacerdotes de Kenia aconsejaron a sus congregaciones que rechazaran la vacuna.
Otra dantesca historia relacionada con las vacunas y la esterilización acaeció en Bolivia por los años 60, en una comunidad campesina que recibió atención médica de la agencia estadounidense «Cuerpo de paz». Los mismos campesinos se empezaron a dar cuenta de que las mujeres no podían tener hijos y sospechaban que esta «agencia» estaba esterilizando a las mujeres. Sobre este tema se hizo una película, “Sangre de Cóndores”, para denunciar la esterilización que los «cuerpos de paz» estadounidenses estaban llevando a cabo con las campesinas a través de las vacunas y sin su consentimiento, en la zona del lago Titicaca. Por medio de la película se logró que se investigara el tema y, al confirmarse los crímenes, la organización fue expulsada de Bolivia.
Véase comentario a película “Sangre de Cóndores”
Teniendo en cuenta estos antecedentes y muchos más que no podemos referir en este artículo, no se puede evitar el recelo existente contra las vacunas. No porque estas sean malas en sí mismas, sino porque están siendo utilizadas de manera torticera por muchos maltusianos (doctrina política y económica que defiende el control de natalidad) como Bill Gates, que culpa del aumento del CO2 en el mundo, entre otras cosas, a la cantidad de habitantes, cosa totalmente falsa y con la que no concuerdan científicos de primer orden que no salen en los medios de comunicación. También culpa a las vacas de esas emisiones, pero sabemos que Gates también está en el negocio de la mal llamada carne ética.
Bill Gates ya no esconde su inclinación maltusiana y en varias conferencias se atreve a conectar el asunto de la despoblación con el tema de las vacunas:
El mundo tiene actualmente 6.800 millones de personas, y está en camino de llegar a 9.000 millones. Ahora bien, si hacemos un gran trabajo en nuevas vacunas, cuidados de salud y servicios de salud reproductivos… podríamos reducir esa cifra en un 10 o 15%
Bill Gates se refiere a la generalización del aborto y los métodos anticonceptivos en todo el mundo. Varias campañas de vacunación de la OMS, financiadas por la fundación Gates, han sido denunciadas por incluir campañas encubiertas de esterilización. La OMS y gente como Bill Gates y otros han dejado de ser fiables. Y si entrásemos en el tema de las actuales vacunas contra el virus, habría que decir que no son vacunas, son “terapias génicas”. Si ya mienten en el nombre, imaginemos en que más mentirán y cuáles son los fines que persiguen con ellas.