Los DAF o AFLDS, en inglés, advierten de cómo proteínas contenidas en las vacunas de experimentación y terapia genética Covid-19 tienen la capacidad, primero, de pasar a la corriente sanguínea cerebral produciendo daño neurológico; segundo, los vacunados desprenden partículas que tienen el potencial de enfermar a los que están en contacto, y tercero, causar hemorragias en mujeres. Se han reportado casos en que mujeres ya menopáusicas, sin ninguna menstruación, han tenido descargas de sangre después de la aplicación de esta vacuna.
La vacuna Covid en los EE.UU. no está aprobada por la FDA, organización federal que monitorea todo lo relacionado con comida y drogas en este país, sólo ha dado una autorización momentánea por el caso de emergencia nacional allí experimentada, y se le llama a esta excepción EUA emergency use authorization.
Ya, a meses de empezar las vacunaciones, se han reportado casos en la organización gubernamental VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System), entidad que se ocupa de recibir datos y denuncias acerca de la efectividad o efectos secundarios de las vacunas en general.
En las vacunas convencionales, por todos conocidas, se aplica un antígeno atenuado, mayoritariamente el mismo virus (en este caso no ha sido aislado, así que menos se puede usar para una vacuna); en la vacuna experimental Covid se usa una proteína llamada spike protein, que induce una respuesta en nuestro sistema ante el contacto con el citado virus.
Como la Dra. Gold declara: “lleva años para saber los efectos de estas tecnologías genéticas y para hacer ajustes, y lo peor es que no se pueden revertir los daños una vez que ocurren, por eso el status de experimental. La gente tendría que saber la gravedad de este término; básicamente, se está experimentando en la ciudadanía y se los incentiva haciéndoles creer que todo va a volver a la normalidad una vez que todos estén vacunados. Así que, una cuestión que debería ser puramente de salud, desarrolla un aspecto político sin precedentes”.
Otro componente de la vacuna son los nano-lípidos, partículas que entran en la corriente sanguínea y afectan principalmente al cerebro, mayoritariamente produciendo embolias, es decir, coágulos en la corriente sanguínea. Otros efectos que se han experimentado entre los vacunados son inflamación crónica, trombosis, temblores, letargia, ataque cardiovascular, Bell’s paralysis y síntomas de ALS. Especialmente, las nanopartículas tienen la posibilidad de fusionarse con las células cerebrales resultando en una enfermedad degenerativa neurológica. Las proteínas mRNA se pueden unir fuertemente al tejido cerebral de diez a veinte veces más fuerte que una proteína de virus natural.
Las farmacéuticas saben todo esto, incluso que los vacunados pueden infectar a otros, ya que una de las advertencias que por ley tienen que hacer indica que los esposos vacunados tienen que mantenerse alejados de sus esposas embarazadas, aunque el CDC recomienda que las embarazadas se vacunen, aun cuando ya hay casos de mujeres que perdieron sus bebés después de vacunarse. Toda esta información se puede encontrar en el VAERS. Esta acción por contacto se produce a través de contacto de piel o inhalación cercana con una persona vacunada.
Este tipo de proteínas patógenas son causantes de enfermedad como el mismo virus y producen cuadros de inmunodeficiencia donde el cuerpo ataca su propio tejido. Los casos más vulnerables son los niños que normalmente no contraen Covid fácil, pero que al estar con padres o maestros vacunados pueden recibir estas proteínas por contacto directo, y estas proteínas están por millones.
La FDA no cita como efectos secundarios ninguna de las posibles implicaciones en la salud de la mujer, ni la posibilidad de abortos espontáneos ni de hemorragias. Lamentablemente, en el mundo materialista en que vivimos, los incentivos monetarios de las farmacológicas oscurecen toda posibilidad de razón y precaución, y los ciudadanos somos los últimos en enterarnos, ya que no nos llega la información exacta de lo que nos están poniendo en el cuerpo y sus efectos a corto y largo plazo. ¡A usar la precaución!