Joe Biden empieza hoy su primer viaje internacional como presidente de los EE.UU. Casi todo el mes de junio estará viajando cumpliendo numerosos compromisos en Europa como el encuentro del G7, en el cual siete de los países mas poderosos se encontrarán esta vez en Gran Bretaña, en la costa de Cornish, y allí hablarán principalmente del cambio climático y del coronavirus. Cabe mencionar que también se discutirá el pedido del PM de Inglaterra, Boris Johnson, de obligar a todo el mundo a que se vacune para el año 2022.
El 14 de junio es el encuentro de la NATO, en Bruselas, y allí se dirigirá Biden después del G7, para el 16 viajar a Ginebra donde se encontrará con Vladimir Putin, líder de Rusia. Un día antes, el 15 de junio, está planeada su visita con el líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, en Roma. No hay información de cuáles serán los temas a tratar. Mientras el presidente está atendiendo sus obligaciones en Europa, en los EE.UU. se está preparando la conferencia de obispos de los Estados Unidos y uno de los temas a tratar es la resolución de no administrar la eucaristía a ningún político o líder que, aunque se denomine católico, apoye ideas que se oponen al dogma y al canon de la Iglesia Católica.
Debemos acordarnos de que el canon 915 prohíbe dar la comunión a cualquier persona que esté a favor de actos e ideas que van en contra de la moral católica. El Papa Benedicto XVI, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió acerca de este tópico y en él aclara que “…cualquier político católico que soporte, emita o apruebe pecados mortales como el aborto y la eutanasia, comete pecado grave al recibir la eucaristía y por lo tanto la misma le tiene que ser negada”.
El arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, que oficia de presidente de la congregación de obispos, tiene una carta preparada que debe ser aprobada esta semana cuando se reúna con los demás obispos. En esta, el arzobispo explica que ante la decadencia del entendimiento de lo que realmente significa la eucaristía por los católicos americanos, ha preparado un documento que tendrá que ser leído en cada parroquia, y los sacerdotes tienen la obligación de discernir y propagar la importancia de ser coherentes con la moral cristiana y la administración de la comunión.
La oposición no tardó en llegar de parte de los obispos más conectados con el poder, ya que esto implicaría negarle la comunión al presidente de los Estados Unidos, así como a Nancy Pelosi, que es católica y líder de diputados, y ambos se conocen por asistir los domingos a misa y recibir la comunión, aunque ambos apoyan el aborto y la eutanasia. Algunos de los obispos que pidieron al presidente de la conferencia no tratar este tema de la administración de la eucaristía y lo que la eucaristía realmente implica, incluye a los obispos más políticos, como el Cardenal Blase Cupich de Chicago y el Obispo Wilton Gregory de Washington D.C.
EE.UU. es un país mayoritariamente protestante que no va a votar por un presidente católico, y la prueba está en que solo hubo dos presidentes católicos: J.F. Kennedy en los años 60 y ahora, después de más de cincuenta años, Joe Biden. Que un católico esté como líder pone bastante presión, no solo en la Iglesia Católica del país del Norte, sino en la relación que el Vaticano establecerá con el líder de uno de los países más poderosos del mundo. El hecho de que Biden haya llegado a la presidencia nos indica la cantidad de concesiones y compromisos que tuvo que hacer con la mayoría protestante, la cual tiene su peso político. Muchos de estos compromisos están en oposición total a la doctrina católica de que “la vida es sagrada” y el “alma es dada por Dios”. No se puede servir a dos amos, y la controversia sigue entre los católicos acerca de si el presidente tiene derecho a gozar de un privilegio, como es la comunión, cuando él no se comporta como un católico verdadero.