Divya Garg, una maestra de Nueva Delhi, recientemente escribió una carta al lector en la revista Guerras Culturales, en el fascículo de mayo del 2021, para contar la situación en la que se encuentra India. Es relevante porque nos muestra otra realidad diferente a la que vemos reflejada en los medios masivos de noticias, y la misma doctora hace responsable a las compañías Google y Yahoo como agraviadores de toda la situación india. Lo que sigue es la traducción de esta.

   “¿Es el sufrimiento de India por Covid un drama puesto en escena con el propósito de causar histeria masiva? ¿Es real que los países mandan oxígeno a India porque no se consigue? ¿Es una forma de guerra psicológica? ¿Ha contribuido la vacuna del Covid en India al aumento de las muertes? Aun así, y que he conocido cinco pacientes por Covid, todavía me pregunto cuál fue el verdadero asesino. Durante mi niñez cuando padecíamos malestares menores éramos curados con hierbas que no costaban casi nada y no tenían efectos secundarios, y se creía en generar una inmunidad para lo demás, en estar “fuertes”. En la actualidad, hasta el pueblo más pequeño en India ha dejado esas prácticas y prefieren ser atendidos en un hospital. En los hospitales les dan antibióticos por casi todo, hasta por un mínimo resfriado. El resultado es que en mi país la medicina se ha convertido en una gran estafa donde las farmacéuticas crean nuevas drogas y se las ofrecen a los doctores para que ellos las prescriban ganando una comisión por cada droga que formulan. A través de los años, le han hecho creer al indio que la única forma de curar es con medicina prescrita por un doctor en un hospital, contrario al conocimiento sabio de cuidar el cuerpo con buena alimentación, ejercicio y buenas horas de sueño, lo que fortalece el sistema inmunológico.

Covid ha sido convertido en un instrumento de control en India por el cual los gobiernos reciben dinero de las farmacéuticas por dejarles hacer sus negocios y también experimentar nuevas drogas usando al ciudadano como conejillo de indias y sin consecuencias. En el calendario indio el primer mes es Chaitra; en el libro ayurvédico Epic, que tiene más de 3000 años, está escrito que en este mes nacen multimicroorganismos que producen neumonía, fiebre de heno y también resfríos por el cambio de temperatura; otras enfermedades comunes a este mes son tifus, malaria y dengue. Sin embargo, en los periodos 2020 y 2021 no ha habido ninguna de estas enfermedades bien conocidas y comunes a la población india, simplemente porque todas han sido diagnosticadas como Covid.

El pánico que la prensa ha creado hace que la gente corra a testearse, y los testeos no son rápidos por la cantidad de tráfico. Los que están con síntomas también tienen que esperar por los resultados y no reciben tratamiento a tiempo, aunque no sea Covid la causa de sus síntomas, pero aun así esperan por los resultados de un test de Covid. Los resultados son muertes por otras enfermedades, ya que se les niega tratamiento hasta que sean diagnosticados. Por otro lado, sabemos ya que los test PCR no son precisos y tienen muchos falsos positivos; una persona puede estar enferma de dengue y con Covid positivo, y ser tratada por Covid agravando el dengue y, finalmente, falleciendo.

Las noticias no hacen más que mostrar imágenes donde se conectan pacientes a tubos de oxígeno sin controlar antes el estado de sus pulmones. Cuando respiramos, solo un porcentaje de oxígeno entra en los pulmones, mientras que con un tanque entra el 100% de oxígeno, y una persona con los pulmones afectados por neumonía no puede soportar eso y los pulmones colapsan. Ahí tenemos otra muerte.

India es un país donde casi el 70% de la población vive en pobreza, lo que significa gente mal nutrida, con sistemas inmunológicos suprimidos, y cuando reciben la vacuna que comanda su ADN no es sorprendente que la muerte ocurra. Todo puede caer bajo el embrujo del virus Covid, ¿pero no es curioso que la mass-media que exagera el peligro del virus minimice los problemas que surgen de la vacuna? La clase media, que es el 27%, y la clase alta que es un 3%, están pegados a la TV y condicionados a tener que vacunarse, pero no solo ellos, sino todos los que le sirven y a quienes despiden si no se vacunan. Esta gente que pertenece al 70% se ve obligada a elegir entre perder sus trabajos o perder sus vidas.

El productor doméstico de la vacuna en India, COVOSHIELD, se ha ido a Londres porque ha recibido amenazas de muerte para producir más vacunas para los poderosos y acomodados, unos 400 millones de personas. La corrupción es tan grande que hay que tener conexiones para ingresar en algunos hospitales. En el mercado negro se venden medicinas a precios exorbitantes y los tubos de oxígeno se acaparan. Los mogoles mediáticos, políticos, farmacéuticas y hospitales privados están todos explotando esta situación para su beneficio. Los sacerdotes tienen que arreglar con los ambulancieros para que lleven los cuerpos y los cremen.

Hay tantas cosas que son desconocidas, pues ni siquiera sabemos de qué está muriendo en realidad la gente. Por esa misma razón la gente esta siendo tratada como cobayos. No sabemos el porcentaje todavía de los que mueren por la vacuna, aunque es alto, pero de eso no se habla. Tampoco se sabe que la vacuna sea eficaz porque aún las pruebas PCR dan positivas en forma alarmante, y aunque las personas no tengan síntomas corren a los hospitales para ser medicados, y si no lo consiguen compran en el mercado negro, los que pueden.

Todo esto es muy triste. Mientras no sabemos con precisión cuántos mueren de Covid, ya que las noticias no son fiables, sí tenemos los números de quienes mueren por falta de trabajo: 7,35 millones de indios han perdido sus trabajos en el mes de abril, y los que conservan su trabajo tienen que aceptar que su salario sea reducido a la mitad. Los chicos están confinados en pequeños apartamentos o casas, y la falta de contacto por muchos meses con otras personas hace que su inmunidad sea afectada; estos serán los que sufran las consecuencias en los años por venir después de este acostumbramiento en la pasividad de sus hogares viendo la vida pasar, pero solo en una pantalla de televisor”.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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