En este artículo expondremos las razones no científicas, las que son de sentido común, por las cuales una persona normal y no formada en medicina tendría fundamentos sólidos para no ponerse la famosa vacuna contra la COVID-19, empezando por desmentir que se trata de una vacuna porque no se inocula ningún virus atenuado. ¿Quién compraría una casa sin verla, sin cuestionar el precio y sin saber en qué zona de la ciudad se encuentra? Pues ponerse la famosa vacuna es un acto de fe más grande que el de comprar dicha casa.
En primer lugar, algo que tendría que hacer sospechar a propios y extraños es la cantidad de profesionales de la medicina, de alto nivel, que están manifestándose en contra de la “vacuna”, como científicos de la talla de María José Martínez Albarracín, Natalia Prego Cancelo, Alejandro Sousa, Fernando López Mirones, Máximo Sandin, Almudena Zaragoza y otros. Y así, hasta un total de 79. En un manifiesto conjunto declaran lo siguiente:
En el presente documento, firmado por 79 médicos y 51 biólogos, se exponen argumentos de peso avalados por estudios científicos previos y reportes de casos reales sobre muertes y efectos adversos registrados a las agencias del medicamento de todo el mundo; información empírica y objetiva en la que los abajo firmantes nos respaldamos para pedir el CESE INMEDIATO DE LAS CAMPAÑAS DE VACUNACIÓN destinadas a implementar productos génicos en la población sana, con la excusa del virus SARS CoV 2. Creemos firmemente que los riesgos no son asumibles, ni un solo efecto adverso o muerte debe ser tolerado. Entendemos que es imprescindible demostrar sin ningún lugar a dudas, el aislamiento del virus SARS CoV 2, su cultivo directo de pacientes con RT PCR positivas, para asegurar al 100% su presencia y demostrar su conexión directa con la enfermedad denominada COVID 19, antes de exponer a la población a cualquier ensayo clínico. Consideramos una absoluta barbaridad la experimentación con productos génicos en las personas sanas, ya que supone un ataque directo al código deontológico de nuestra profesión, la cual se fundamenta en la preservación de la salud.
Véase nombre de los médicos y número de colegiado
No se entiende por qué tal cantidad de médicos no son tomados en cuenta y por qué las televisiones los tienen marginados, y en lugar de propiciar debates con los médicos que están a favor del discurso oficialista, los ridiculizan y los marginan.
No se entiende cómo una enfermedad en la que el 98% de los afectados sobrevive sin problemas, y en la mayoría de los casos sin síntomas, ha creado un estado de alarma tan grande.
No se entiende cómo una “vacuna”, que no es vacuna porque no se trabaja con virus atenuados como tradicionalmente se venía haciendo, sino que es un concepto totalmente nuevo que está más cerca de ser una terapia génica, y que cada vez que se probó con animales murieron una gran cantidad de ellos, se está aplicando a la población sin estar aprobada.
No se entiende cómo, para comprar una simple caja de Voltaren se necesita receta porque puede tener contraindicaciones para ciertos pacientes, se esté llamando por teléfono a la gente para inocularles la “vacuna” sin tener en cuenta las patologías previas que puedan tener sin que antes lo haya aprobado su médico.
No se entiende cómo una prueba PCR llevada a cabo en un establecimiento público a una persona da positivo, y otra hecha en uno privado a la misma persona y el mismo día dé negativo.
Sara Concepción Álvarez es una diputada del grupo parlamentario VOX, y dice lo siguiente:
Según la Ley, estas “vacunas” son fármacos sujetos a prescripción médica y necesitan un consentimiento firmado, una vez conocidos los riesgos. Es así como habitualmente se trabaja y sin embargo en este caso no. ¿Por qué se han saltado todos estos procedimientos en el caso de las vacunas?
Ustedes nos piden a todos un acto de fe con la vacunación, cuando a la vez nos niegan una información detallada y eluden su responsabilidad de prescripción. Lo que se está haciendo es inadmisible, porque cada vacuna tendría que ser prescrita por un médico.
Tenemos la seguridad total de que ningún médico va a responsabilizarse de la inoculación de la “vacuna” a ningún paciente, y habría que preguntarse: ¿por qué?
Carlo Magno
Me puse la vacuna Sinopharm, soy de argentina… tengo reacciones adversas graves (terminé en la guardia dos semanas después porque no podia comer de una inflamación en el cuello). Estoy con corticoides fuertes hasta la espera de estudios definitivos. El 148 y el seguimiento de vacunación via app son inútiles, te pinchan y arreglate como puedas. Los laboratorios en complicidad con los gobiernos son la peor mafia, no se vacunen, cometí el error de confiar y ahora no sé que tipo de problemas de salud me deparan. Lo unico que digo es que antes de vacunarme era una persona sana.
José Ruiz
Pues si. Así es. Conozco multitud de casos como el suyo, algunos mucho más graves. Hay que informar a la gente, casi nadie sabe que la «vacuna», que no es vacuna es terapia génica no esta aprobada porque se encuentra en fase tres, es decir: esta en el periodo en el que se evalúan los efectos secundarios. Están utilizando a las personas como cobayas.