No es ningún secreto, o no debiera serlo, que casi todas las leyes malsanas y anticristianas que se votan en la mayoría de los países del mundo son leyes que se han fraguado con anterioridad en las logias masónicas. Serge Abad-Gallardo fue miembro de la masonería durante más de 25 años y llegó a ser maestro grado 14. Tras una peregrinación a Lourdes todo cambió e inició su proceso de conversión que lo llevó luego a escribir un libro. Nos cuenta cosas muy interesantes del interior de esta secta, aunque sospechamos que se queda muy corto, ya que solo avanzó hasta el grado 14.
Al decir que la masonería es una secta nos apoyamos en dos datos muy concretos. Por un lado, en la autoridad de uno de los papas que más claro habló de este tema como fue León XIII en su famosa encíclica Humanum Genus.Y en la autoridad de uno de los mejores historiadores que ha dado España y que conoció y tuvo amistad con infinidad de miembros de la masonería como es Ricardo de la Cierva.
León XIII dice lo siguiente en su famosa encíclica:
Los romanos pontífices, nuestros antecesores, velando solícitos por la salvación del pueblo cristiano, conocieron muy pronto quién era y qué quería este capital enemigo, apenas asomaba entre las tinieblas. Y, en efecto, puesta en claro la naturaleza e intento de la secta masónica por indicios manifiestos, por procesos instruidos, por la publicación de sus leyes, ritos y revistas. Allegándose a ello muchas veces las declaraciones mismas de los cómplices, esta Sede Apostólica denunció y proclamó abiertamente que la secta masónica, constituida contra todo derecho y conveniencia, era no menos perniciosa al Estado que a la religión cristiana.
Y el gran Ricardo de la Cierva, respondiendo a César Vidal en una entrevista hace algunos años cuando este le pidió que definiera a la masonería, dijo lo siguiente:
Te voy a contestar con la definición que un nieto mío le dio a un amigo suyo que le hizo esta misma pregunta (el nieto la escuchó de boca del mismo Ricardo de la Cierva). Mi nieto le dijo a su amigo que la masonería es “una secta satánica cuya misión principal es destruir a la Iglesia Católica”. Esta definición que me dio mi nieto es una definición que yo creo que es muy ajustada a la realidad.
Lo sorprendente de las declaraciones de León XIII cuando dice que la secta masónica es perniciosa para el Estado y para la religión, es que más de cien años después Ricardo de la Cierva nos confirma la peligrosidad que sigue teniendo para el catolicismo, y Serge Abad confirma la peligrosidad que sigue teniendo para el Estado.
Serge es arquitecto y entró en la logia masónica por un amigo, intentando encontrar en ella las respuestas a las preguntas más profundas del hombre. Abad-Gallardo cuenta que el camino para dejar la masonería fue difícil:
Durante un año o año y medio estuve convencido de que había encontrado la fe y no sabía si tenía que quedarme en la masonería, ese podía ser mi sitio en donde hablarles a los masones del Evangelio. Pero hablando con un sacerdote me hizo entender de que nada serviría hablarles si ellos no estaban dispuestos a escuchar.
También dice lo siguiente:
Además de las críticas a la Iglesia y al Papa descubrí que en el ritual del inicio del año masónico se le daba gloria a Lucifer. Ellos no dicen que se trata del diablo, sino que toman la etimología de la palabra y dicen que es “el portador de luz”.
Hace tan solo tres años que dejó la masonería de manera total, pero asegura que el control que esta tiene sobre la sociedad en Francia es creciente:
En mi primer trabajo el alcalde no lo decía, pero era masón. El director de su gabinete también, el encargado de urbanismo y yo también, así como otro de los arquitectos del ayuntamiento en el que trabajaba.
Cuando se trató de aprobar la última ley sobre la eutanasia, hay un párrafo que se refiere a la “sedación profunda”, que es la misma expresión que aparece en una plancha masónica de 2004 en donde se trata este tema. Es decir, que las leyes actuales en Francia están hechas en las logias masónicas, diez o quince años antes de que sean votadas.
La infiltración masónica es un hecho comprobado y es algo que viene de siglos atrás. Como bien dice León XIII: “perniciosa para el Estado y la religión”. Son los promotores de la mayoría de los males morales de nuestro tiempo, y están infiltrados en todas las organizaciones gubernamentales y en las instancias superiores de la Iglesia Católica. Aunque las puertas del infierno no prevalecerán sobre la Iglesia, el daño que le están haciendo y le harán es tremendo.