LAS GRANDES CARENCIAS QUE TIENE EL SISTEMA DE SELECCIÓN DE PROFESORES EN ANDALUCÍA

Publicado en julio 25, 2021, 9:20 am

Que el sistema educativo español es uno de los peores de la OCDE no admite réplica. Los indicadores del informe PISA son bastante elocuentes al respecto y arrojan datos preocupantes. Los continuos bandazos legislativos paralelos a la alternancia política, el empeño de igualar por lo bajo a los alumnos, el desprestigio de la figura del docente, la pérdida de la excelencia, la nueva pedagogía y la pestilencia ideológica que impregna la educación son sólo algunas de las causas de este fracaso. Pero el análisis de estas circunstancias no es el tema que nos ocupa. Vamos a analizar cómo es el proceso de selección de los docentes (sistema de oposiciones) en la comunidad autónoma de Andalucía, en España, para el acceso a una plaza de maestro en la Educación Primaria. Veremos como este eslabón de la estructura del sistema educativo es una de las causas desconocidas de la baja calidad del mismo.

En primer lugar quiero dejar muy claro que en nuestro sistema educativo hay magníficos profesionales de la educación. El problema radica en que, por un lado, el sistema de valoración no mide lo que realmente debería medir y, por otro, que el factor suerte es demasiado grande dejando fuera, a menudo, a personal con gran vocación docente. Por otro lado, genera un incentivo perverso, ya que no son pocos los que optan por estas oposiciones al no ser excesivamente difíciles (en comparación con otras, como las de juez o médico) y conseguir un trabajo de por vida dejando en segundo plano la grave responsabilidad de enseñar. Aun así, insistimos, trabajo con magníficos profesionales que deberían cobrar más y otros que deberían estar enseñando, pero debido a este sistema, desgraciadamente, la sociedad no se beneficia de ellos.

Para entender esto quisiera antes explicar el término de “fiabilidad” de un instrumento de medida. Si usted desea comprar un metro puede ir a una tienda de chinos o a una mercería profesional. ¿Qué metro será más fiable? La respuesta es obvia: el de la mercería. ¿Por qué? Porque el instrumento de medida (en este caso, el metro) es más fiable. Probablemente sea más caro, pero estará hecho de mejor material y será más preciso a la hora de medir. A esto se le llama fiabilidad.

Con este sencillo ejemplo de base vamos a argumentar por qué el sistema de acceso al funcionariado mediante concurso-oposición no es fiable en la comunidad autónoma de Andalucía.

Para empezar, tenemos que tener claro qué significa concurso-oposición. El acceso a la función pública en nuestro sistema educativo está estructurado, por una parte, de oposición, formada a su vez por dos partes:

-Primera parte. Examen teórico: el aspirante tiene que desarrollar un tema entre 3 escogidos al azar de un total de 25. Después de hacer este examen debe desarrollar un caso práctico. Esta parte es eliminatoria, es decir, si no se supera esta parte no se puede pasar a la segunda (anteriormente esta parte no era eliminatoria). Aquí finalizaría el proceso.

-Segunda parte. Examen práctico: una vez superada la primera parte, la segunda consiste en desarrollar durante una hora, con el uso de una pizarra y tiza y delante de un tribunal, la defensa de una programación y una unidad didáctica de tres obtenidas al azar de un total de 15.

Por otro lado, tenemos la parte de concurso donde se le añaden al aspirante los méritos académicos (otras carreras, experiencia laboral docente, cursos, publicaciones, nota del expediente académico, etc.). Esta parte sólo puede ser añadida si el aspirante supera la parte de oposición. Constituye un 40% de la nota final.

Como se convocan un número limitado de plazas, las personas que han superado las dos partes, pero no han obtenido la nota suficiente para obtener una plaza, pasan a engrosar una lista de interinos. Los interinos deben trabajar y al mismo tiempo estudiar para volver a presentarse a la siguiente convocatoria.

Una vez hemos expuesto las bases generales del proceso vamos a pasar a analizar punto por punto lo que, a nuestro juicio, consideramos sus deficiencias, lo que le lleva a ser un sistema injusto, no fiable y, por lo tanto, ineficaz porque no mide lo que realmente tiene que medir.

  1. Si he superado la carrera de docente, ¿por qué tengo que volver a examinarme de lo mismo? Podemos entender que la legislación vaya actualizándose al igual que los métodos de enseñanza, lo cual necesitaría un reciclaje, pero, a nuestro parecer, la gran mayoría de los contenidos de la carrera permanecen inalterables dentro de un periodo de tiempo extenso. Otra cosa es que hablemos de una persona que haya obtenido la titulación en el 2021 y se presente a la oposición en el 2045, por ejemplo. En este periodo de tiempo puede haber habido cambios muy profundos y significativos, además de que habría olvidado los contenidos, lo cual justificaría una nueva evaluación de los mismos. Hay que tener en cuenta, además, que el aspirante debe invertir una gran cantidad de esfuerzo y dinero en preparar el temario en una academia o con un preparador personal.
  2. Existe un entramado construido en torno a los cursos de formación donde los sindicatos tienen el monopolio. Estos cursos evidentemente no son gratuitos, pero son más baratos para afiliados. Entre las academias y los cursos se ha edificado un gran emporio en colaboración con la Junta de Andalucía y que está sostenido económicamente por los opositores. No tenemos nada en contra de estas organizaciones, pero muchos opositores deben invertir mucho tiempo y dinero en estos cursos cuando se supone que la universidad ya los ha formado.
  3. Todos sabemos que existe un macronegocio en torno a las titulaciones de lenguas extranjeras. Las academias han proliferado como setas en todo el territorio nacional, tanto públicas como privadas. Estas titulaciones se regulan a través del CEFR (Common European Framework of Reference) y los centros de enseñanza tienen convenios con Cambridge, Trinity… y la Escuela Oficial de Idiomas. Si los que me leen son extranjeros, debo explicar que España está formada por 17 comunidades autónomas (reinos de taifas) y en cada comunidad se puede requerir un título expedido por cualquier institución. Es decir, si, por ejemplo, tengo mi titulación oficial de Cambridge obtenida en Andalucía, pero quiero presentarme en las oposiciones de la comunidad Valenciana, además de demostrar oficialmente mi dominio del valenciano, debo obtener mi titulación de inglés a través de la EOI (Escuela Oficial de Idiomas) si en dicha comunidad exigen el título de inglés por la EOI (cuando los dos títulos son oficiales). Es decir, tengo que hacer dos veces lo mismo con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero.
  4. Al hilo del apartado anterior, todos los ciudadanos españoles pueden presentarse a las oposiciones de cualquier comunidad autónoma. Sin embargo: si yo, que soy de Andalucía quiero presentarme en Valencia, Galicia, País Vasco, Cataluña, etc., tengo que demostrar el dominio del idioma mediante un examen oficial. Sin embargo, las personas de las comunidades mencionadas anteriormente no necesitan hacer ningún examen si se quieren presentar en Andalucía, lo cual constituye un serio agravio comparativo y un flagrante atentado a la igualdad.
  5. Se valora más la parte memorística que la práctica. Nos parece paradójico que el sistema educativo, por una lado, defenestre el esfuerzo memorístico en Primaria y Secundaria, pero por otro lado se sobrevalore en las oposiciones. Consideramos que la memoria es esencial para un desarrollo educativo de calidad, pero, como hemos comentado antes, los conocimientos han sido demostrados previamente. La docencia es una profesión esencialmente práctica y muy vocacional que requiere mucha experiencia para lograr la excelencia y por esto consideramos que la parte dedicada a la defensa oral debería de tener más peso en lugar que la teórica.
  6. El factor suerte es muy grande. Por un lado, cuantos más temas te sepas, más posibilidades tendrás de hacer un buen examen. Lo mismo ocurre con las unidades didácticas. Por otro lado, si tienes la mala suerte de estar en un tribunal donde hay muchos interinos “pata negra” (interinos con mucho tiempo de servicio y muchos méritos) aunque tengas un 9 en las dos pruebas, tendrás muy pocas posibilidades.
  7. En la prueba escrita no se puede utilizar típex, no se pueden hacer marcas, no se pueden hacer guiones ni asteriscos, no se puede subrayar, no se pueden usar fosforescentes, no se pueden usar colores. No se pueden hacer esquemas, ni llaves para explicar contenidos, ni dibujos, los números de página deben ir en un lugar específico… Todo el examen debe estar impregnado de una asepsia paranoica, y cualquier sospecha de marca conlleva inmediatamente a que dejen de corregir el examen. Estas reglas generan un estrés añadido innecesariamente que influye en el resultado final y coarta la creatividad.
  8. La corrección del examen teórico es muy subjetiva. Siendo una prueba en la que los aspirantes han invertido mucho tiempo y dinero, parecería más justo que se aplicara un examen tipo test, ya que carecería de influencias subjetivas por parte de la persona que corrige el examen.
  9. El sistema universitario español debería conceder más tiempo a la parte práctica de formación de los nuevos docentes, permitiendo una participación real de su futura profesión porque: ¿cuándo supieron ustedes realmente a conducir: cuando les dieron la licencia o cuando llevaban un año o dos conduciendo?

El sistema educativo español debería atraer la excelencia, premiando a aquellos profesionales con una verdadera vocación. Naturalmente, trabajar para el Estado es una decisión libre, pero la enseñanza debería ser considerada como la medicina o el derecho. Seguramente, cuando nos van a operar deseamos que nos opere el mejor médico. La salud es un ámbito muy serio que requiere una formación muy exigente y extensa. Con la educación debe pasar exactamente lo mismo. El sistema educativo español debería apostar por la excelencia: premiar a los que hacen bien su trabajo y facilitar el acceso a aquellos que realmente tienen vocación y están comprometidos.

Existen sistemas educativos mucho mejores que el nuestro y debemos tomar ejemplo de ellos para mejorar, depurando nuestro sistema de cualquier colonización ideológica para que deje de ser un instrumento de fabricación de futuros votantes. El objetivo de cualquier estado serio debe ser formar a las personas en libertad y desarrollar plenamente sus capacidades para construir una sociedad más justa, libre e igualitaria.

Corresponsal de España

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