En los años 60 y 70 la vida en Afganistán era muy parecida a la de los países occidentales, siendo en ese entonces un país laico, relativamente próspero e independiente. Durante el gobierno del Rey Amanullah, entre 1919 y 1929, se promovió la libertad de las mujeres en la esfera pública para disminuir el control que las familias tenían sobre ellas. Se alentó la educación femenina, y en 1921 se abolió la ley del matrimonio forzado y el matrimonio infantil y se impusieron restricciones a la poligamia.

Debido a la situación estratégica de este país y a sus riquezas minerales, pronto fue el objetivo de las potencias dominantes, Rusia y Estados Unidos. Tras las injerencias, primero de Rusia y más tarde de Estados Unidos, no puede antes olvidarse que este último reclutó, armó, financió y entrenó a los muyahidines, más tarde conocidos como talibanes, y que también había financiado 5 años atrás a Saddam Hussein en su lucha contra Irán. Lo curioso es que, años más tarde, Israel y la Rusia de Mijaíl Gorbachov apoyaron la campaña de Estados Unidos contra Hussein. Gorbachov, si no lo saben, apoyaba el globalismo e intervino en el prólogo de la Carta de la Tierra, documento que quiere sustituir a los Diez Mandamientos no sabemos por qué otra cosa.

Estados Unidos no solo proporcionó armas, dinero y entrenamiento militar a los talibanes, también les proporcionó un líder, Osama Bin Laden, un aristócrata saudita que no tenía nada que ver con todo este asunto. ¿Qué sentido tenía que un empresario como Bin Laden se convirtiese en el recaudador, el ideólogo y en el líder de una guerrilla afgana financiada por Estados Unidos?

Bin Laden era un socio comercial de la familia Bush. La familia de Bin Laden compartía negocios con los Bush y también con Soros en el holding corporativo The Carlyle Group. El director y narrador, Michael Moore, afirma que Carlyle es esencialmente el mayor contratista militar (contratan mercenarios) de Estados Unidos, y que la guerra de Afganistán iba a beneficiar a sus socios y, entre ellos, a los Bush, la familia Bin Laden y Soros. Y no solo eso, sino que, en 1989, cuando Georges Bush padre ya era presidente, fundó una compañía petrolera llamada Arbusto Energi Oil, en Texas, y se asoció de manera directa con Salem Bin Laden, el hermano mayor de Osama. Tampoco olvidemos que los atentados del 11-S fueron el detonante que hizo que Estados Unidos invadiese Afganistán, y que fue Bin Laden el que reclamó la autoría del atentado.

Con estos datos sueltos pueden ustedes intuir la idea que subyace tras ellos.  Tampoco podemos confundir al pueblo americano con las enrevesadas maldades de sus gobernantes, ya que estos, como muchos otros de múltiples países, se han vendido al yugo masónico o forman parte de él.

Podemos hacernos una idea de porqué Soros quiere vaciar estos países e inundar Europa con estas personas. El motivo es doble, pues no hay que olvidar que Soros es un globalista empedernido, además de un especulador recalcitrante, y sus fundaciones no son para nada caritativas. Por un lado, anhela la riqueza mineral y de cualquier tipo de esas tierras para saciar su sed de poder. Y, por otro lado, esto contribuye a la descristianización de Europa y su debilitamiento, favoreciendo con la inmigración islámica a la destrucción de los Estados Nación y así avanzar hacia el dominio mundial y la globalización de las creencias.

Por un lado, los dueños de esas multinacionales, que al final son los que manejan el mundo, necesitan evitar que esos países potencialmente ricos en minerales se desarrollen industrialmente, con el objetivo de seguir agenciándose la riqueza y con lo cual sacian su necesidad de controlar la economía mundial. Pero, por otro lado, también quieren saciar su necesidad de controlar los Estados y la religión, y es aquí donde encaja ese interés por islamizar Europa. Un plan perfecto y que no tiene desperdicio, ya que a la vez que expulsan a la población de esos países ricos, también le dan todas las facilidades para llegar a Europa con la única intención de destruir sus raíces cristianas. Llevan mucho tiempo introduciendo en el jarro europeo las hormigas musulmanas, y cualquier día de estos le darán una patada al jarro. Aunque ya se están produciendo agresiones dentro del jarro.

Pero el asunto no acaba aquí. Es muy extraña la manera en que los Estados Unidos ha abandonado Afganistán, dejando tras de sí miles de millones de dólares en armamento de última generación. Tampoco hay que perder de vista el apoyo que durante las últimas décadas ha prestado China a los talibanes. El fundamentalismo islámico tiene un nexo común también con el comunismo. Un día después de que los talibanes llegaron a Kabul, China les dio la bienvenida y les ha prometido una ingente cantidad de dinero para reconstruir Afganistán. El vínculo entre talibanes y el Partido Comunista Chino es de hace décadas. China provee de armamento a estos grupos desde hace tiempo. En 1980, los chinos enviaron asesores militares a los fundamentalistas en Afganistán y también establecieron campos de entrenamientos militares. China siempre se ha opuesto a las sanciones que impuso Naciones Unidas a los talibanes.

Parece que China ha tomado el relevo de los Estados Unidos en Afganistán. Y no se ve muy claro aún porque Estados Unidos ha dejado allí tanto armamento y ha cedido el control sabiendo que China aprovechará todas estas cosas. El tiempo nos lo irá diciendo.

Corresponsal de España

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