EL PROBLEMA DE QUERER SER OTRO

Publicado en diciembre 05, 2021, 6:37 pm

Específicamente, en este caso voy a escribir acerca de querer ser del género opuesto, porque en esta nueva realidad virtual en la que vivimos eso parece posible. Los ideólogos de esta nueva locura aclaran que lo que ellos quieren es cambiar la sociedad para producir una revolución, terminar con los “viejos” estereotipos, destruir la idea de familia como unidad biológica e inmutable y alegan que el sexo es fluido, una mera construcción social. Los más osados se atreven a culpar al patriarcado del hombre blanco y occidental, y los estudiantes universitarios, en una última encuesta, admiten que no es real, que es un invento al que ellos se subscriben. ¿Las razones? Para otro día.

En otra época, donde la sociedad estaba sostenida por valores éticos fuertes, primaba la sensatez, y la educación estaba basada en enseñar a los alumnos el pensamiento crítico e independiente sobre todas las cosas e instruir en el uso de la lógica de la filosofía griega como herramienta de razonamiento intelectual. En una sociedad pasada, como digo, estos ideólogos alucinados modernos hubieran acabado en una institución mental.

Pero Alas, que en el liberalismo del WOKE (como se los llama en los EE.UU. a los que aceptan cualquier novedad sin ningún cuestionamiento o impresión) estos personajes son el parangón de la sensatez, hablan de inclusividad cuando lo único que logran es separar a todos y no incluir a los que piensan diferente. Estos nuevos genios mediáticos usan los influenciadores para desparramar un relativismo donde mi verdad vale tanto como tu verdad, siendo la Verdad, con mayúscula, olvidada. Estos desquiciados son aplaudidos y tomados como genios gurús de la filosofía deconstructista y la formación de una nueva sociedad más superficial, más intolerante y alienada. No hay un norte adónde ir ni un cielo al cual mirar.

Cualquier lectura, aun la menos profunda, nos lleva a pensar que esto no es casualidad, que todas estas no tan “nuevas” ideas están recibiendo atención premium, no por su genialidad, sino por ser medios para alcanzar un fin, y en el medio de esta transformación hacia una sociedad tecnocrática, también se cuela una sociedad transhumanista. Una cantidad importante de libros explican como esto será llevado a cabo, libros como Beyond Humanity, Limits to grow, The First Global Dominition y The Problematique, entre otros, que no son más que versiones sofisticadas de una agenda global que empezó con el marxismo y se plasmó en forma tangible en varias partes de la tierra como la Unión Soviética, Cuba, la ahora Venezuela y la China comunista, todos experimentos que fallaron en diferentes maneras y niveles.

El tema del transgenerismo y su imposición en la sociedad tiene un fin desestabilizador como cualquier ideología absurda. ¿Por qué la llamo absurda? Porque las personas aparecemos en la tierra después de su creación, pues los humanos no creamos este planeta ni, a decir verdad, nada en el mundo natural, ni los planetas ni las estrellas; podemos crear vida, sí, pero hasta esa función fabulosa donde más nos asemejamos a Dios está en peligro de extinción en manos de la manipulación genética. Cuando nacemos recibimos un mundo con sus propias leyes y no podemos tirarnos por un precipicio y pretender que nada nos va a pasar, o permanecer debajo del agua más de algunos minutos y no ahogarnos, y no hay niños en los vientres de los hombres.

Estas ideologías quieren convencernos de que el humano puede cambiar el orden natural establecido, y por supuesto que a un nivel superficial puede parecer que así es, pero el problema más grande para mí son las víctimas de este engaño, los seres más vulnerables de la sociedad, que a su vez son productos de una sociedad debilitada por las guerras y luchas políticas, por los grupos de poder, muchos de ellos con agendas eugenistas de antaño, control de la población, eutanasia, aborto, transgerismo, que es una forma de esterilizar, convertir a muchos en eunucos, aceptar la pedofilia y otras locuras de ese calibre.

En charlas con la hija de una amiga que quiere “transicionar” al sexo opuesto me percate de que el modo de tratar la disforia de género, como los psicólogos la llamaban hasta hace poco, no es cosa fácil, ya que la sociedad empuja a estas personas a decisiones impulsivas. Después de leer el libro Cuando Harry se convirtió en Sally,por Ryan Anderson, concluí que las mujeres y los hombres más vulnerables siguen siendo víctimas de una sociedad que la única respuesta que les puede dar es una solución cosmetológica, de cirugía estética o de tratamiento médico y que, como ya muchos transicionados arrepentidos lo han expresado, la raíz del problema no ha desaparecido.

A la persona transgénero no se le dan muchas opciones y su transición tomará el rol más importante en su vida y la invadirá, ya que en el momento en que deja de tratar de modificar su naturaleza, o sea, deja los tratamientos hormonales, la naturaleza retoma su curso con huellas profundas, ya que muchos hombres se castran para descubrir unos años después que eso no era lo que querían, pero que cuando buscaron ayuda pocas opciones les presentaron y ninguna incluía el buscar la fuente de disconformidad, sino afirmarlos en su error.

La respuesta y ayuda a los cada vez más vulnerables miembros de la sociedad está entretejida con las intenciones de las elites globales que usan estas ideologías para desestabilizar las sociedades occidentales que fueron formateadas bajo el ideal cristiano, sociedad occidental de la cual solo quedan vestigios. Leí un slogan propagandístico recientemente: “Todos somos transgéneros”, y hay algo de verdad, ya que todos estamos transicionando en esta sociedad actual, estamos transicionando a la deshumanización de la vida y a un suicidio colectivo muy favorable a los promulgadores de la superpoblación, el ideal eugenista y el cambio climático.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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