En esta ocasión nos vemos en la obligación moral de volver a destacar los horrores del Expediente Royuela. Aunque sabemos que para muchos ya no es una cuestión de desconocimiento, sí es una cuestión de cobardía o de falta de arrestos para investigarlo. La mayoría de los ciudadanos medios que lo conocen no se atreven a difundirlo en sus redes. La mayoría de los medios de comunicación no se hacen eco de él. La mayoría de los políticos que lo conocen no se atreven a plantearlo dentro de sus partidos. Y un gran porcentaje de esos políticos están involucrados en ese expediente, sobre todo los del Partido Socialista según reza en dicho expediente. Incluso Felipe VI calla y no mueve un dedo después de ver cómo han extorsionado a la Casa Real y han investigado a su esposa.
Nadie puede ampararse ya en la hipótesis de que sea falso. Porque la gravedad de las denuncias debería dar como resultado que, al menos, los implicados en ellas se vean en la obligación de denunciarlo. Y el sistema judicial está en la obligación de admitirlo a trámite para investigarlo, en lugar de dar carpetazo tras carpetazo. Han denunciado el asesinato de Gutiérrez Mellado, el atentado del helicóptero de Rajoy, el asesinato del periodista Antonio Herrero, el asesinato del hermano de Alfonso Guerra encargado por su propio hermano Juan. Y tantos y tantos otros que hacen que este expediente sea el mayor escándalo de corrupción mafiosa de la historia de España.
A modo de Juan el Bautista (una voz que clama en el desierto), este medio tiene la obligación de difundirlo, y hay que reconocer que muchos otros medios alternativos también lo están haciendo (El Diestro, El Mundo al Rojo, etc.), pero entre todos suman poca agua para despertar a este país que duerme y se hace el tonto, pues apenas nadie se atreve a pagar el precio de enfrentarse a semejante contubernio en el que están implicadas muchas autoridades gubernamentales. Incluso podemos ver ya pegatinas en las paradas de los autobuses pidiendo que se juzgue este expediente. Pero la justicia duerme y no se da por aludida; pero los partidos políticos duermen y no se dan por aludidos; pero los medios de comunicación duermen y no se dan por aludidos. Y la mayoría de la ciudadanía duerme y nadie se da por aludido. Cabría decir que este país llorará como mujer lo que no ha sabido defender como hombre. Sin entrar a cuestionar si la célebre frase fue cierta o no, o si es políticamente correcta o no.
Este expediente se ha convertido en una novela que no cesa de producir capítulos cada vez más graves y esperpénticos, pero nadie con poder quiere ponerle fin.
Ahora veamos como Mena contacta con la ministra Margarita Robles para pedirle información sobre la reina consorte:
Nota del exfiscal Mena a Margarita Robles:
A la atención de Margarita Robles.
Amiga y compañera: la organización pide un informe confidencial y retrospectivo de sobre Letizia Ortiz. La organización no sé en realidad con qué finalidad quiere una copia de ese informe. Principalmente en lo que concierne a las relaciones carnales que hubiese podido mantener tras su divorcio, de las que el CNI tuviera pruebas fehacientes. Dime algo cuanto antes.
Tras la petición de informes reclamada por Mena a Margarita Robles, esta le contesta que no existen dichos informes, tras lo que Mena, enfadado, le dice lo siguiente:
A la atención de Margarita Robles.
De verdad que no lo entiendo, por no decirte que no me lo creo. No digo que me estés mintiendo, solo apunto a que me parece inconcebible que el CNI no hubiera elaborado un solo informe sobre la novia de quien, como hijo del Rey, le sucediera algún día en la Jefatura del Estado.
Mena obliga a Margarita Robles a que investigue sobre el hipotético informe, pues Mena se empecina (como buen conocedor de todas las intrigas de las cloacas del Estado) en que dicho documento debe existir. Lo más interesante es lo que a continuación le reprocha Mena a la ministra:
Lo siento, créeme. Porque, aunque yo juré por mi vida ante la Organización que el CNI no elaboró ningún informe, no se lo van a creer y vas a quedar en muy mal lugar. Una ocasión para que te recuerden por “quién” y para qué estás donde estás.
En notas posteriores, Mena sigue presionando a Margarita para que busque bien el documento, y tras varias pesquisas de la ministra da con la persona que lo tiene. Una vez localizada la persona, Mena le explica a la ministra que los cuatro informes están ya en su poder y que el agente que los tenía “…quedó algo magullado, pero sigue vivo”.
Según se desprende de este nuevo episodio del culebrón Royuela, existe una Organización que manda más que el Gobierno y que tiene a Mena a su servicio, y que fue dicha Organización quien puso a Margarita Robles en el lugar que ocupa. Dejamos aquí también un enlace al expediente donde Juan Guerra encarga el asesinato de su hermano Antonio, ambos hermanos del vicepresidente Alfonso Guerra. Según la nota, Juan Guerra manda a asesinar a su hermano Antonio porque dice que está dispuesto a tirar de la manta y desvelar qué dirigentes del PSOE estaban conchabados con Juan Guerra en los negocios que tenía y gestionaba a través de su despacho en Sevilla. Eso sí, al tratarse de su hermano, pide que la muerte no sea traumática y que no se entere su hermano Alfonso.
Este país está podrido por dentro. Mientras tanto, todos duermen o dormitamos en los laureles. Menudo percal vamos a dejar a nuestros hijos, pues ellos llorarán lo que nosotros no hemos sido capaces de defender. Eso, en el mejor de los casos; en el peor, todos lloraremos: nuestros hijos y nosotros.
Véase caso Juan Guerra: https://www.youtube.com/watch?v=7OtsBSOZTYI