El mundo ha dado por sentado, probablemente por efecto de la narrativa imperante y el poder propagandístico de los países más poderosos, que Ucrania es la víctima y Rusia la agresora.
Después de ver multitud de imágenes de combates y bombardeos que son adjudicados al “demonio” de Putin, pocas dudas quedan de la parcialidad hacia la república ucraniana. En recientes declaraciones nos informa Reuters que el presidente de Ucrania, un exactor y excomediante ucraniano llamado Volodymyr Zelenskyy, ha rechazado la ayuda de los EE.UU. para sacarlo del territorio con el fin de protegerlo. El hombre es tratado como un héroe gracias a esta movida, y fotos de Zelenskyy en ropa de fajina militar (incluyendo algunas de años atrás) plagan los medios informáticos.
Todo se ve tan fabricado que ya varios periodistas de investigación se han puesto a analizar las imágenes y han encontrado que la mayoría de ellas son de conflictos anteriores en los Balcanes y otras regiones, e incluso hasta personas jóvenes del pueblo han reconocido imágenes de videojuegos en estas supuestas batallas.
Ambos países, aunque Rusia sola y Ucrania como el hijo adoptivo de EE.UU. y la OTAN, junto con la mayoría del resto del mundo, usan de la propaganda. Nadie es inocente, y discernir lo que realmente está pasando no es un juego de niños, aunque ellos sí parecieran estar “jugando” a la guerra.
El jefe de prensa ruso, en una reciente entrevista, explica las motivaciones de la “defensiva” rusa. Él afirma: “…tenemos información de que el Pentágono tiene dos biolaboratorios en Ucrania, Kiev y Odessa, y que están desarrollando patógenos muy peligrosos. El Pentágono está preocupado de perder el control de Ucrania y quizás eso pase porque los americanos han declinado la inspección que nosotros les hemos pedido, ya que estos laboratorios están muy cerca de nuestra frontera”. También menciona a la CIA (que está en Ucrania entrenando soldados ucranianos por un supuesto “conflicto” con Polonia), y agrega: “Cuando los americanos se sintieron amenazados por lo sucedido en septiembre 11 y llevaron sus tropas a todo el Medio Oriente a millones de millas de su territorio nadie levantó la voz, ahora nosotros también nos sentimos amenazados por las actividades que pasan, no a miles de kilómetros, pero en nuestra propia frontera. Las armas biológicas no son fáciles de controlar como las físicas, es un área de preocupación muy grande para el presidente Putin, que su prioridad es proteger al pueblo ruso”. Y concluye: “Nosotros vamos a decidir lo que es mejor para nosotros, para proteger a Rusia, y no el mundo”.
Tenemos que entender que esos territorios tienen otro tipo de conflictos regionales y una historia común desde hace ya mucho tiempo, que incluye el conflicto de Crimea por citar uno. Se habla de grupos nazis en Ucrania, en realidad militares nacionalistas, pero también se sabe que la supuesta “democracia” ucraniana ha encarcelado a muchos periodistas, soldados y personas que no se alinean con la historia oficial.
George Soros declaró que hay que unirse para defender la democracia en Ucrania, una declaración que nos da qué sospechar acerca de los verdaderos motivos del “conflicto”.
Pero si de algo podemos estar seguros es de que lo que está pasando con Ucrania y Rusia desplazó a la “estrella del show” por los dos últimos años: el Covid-19. Algunos ya están hablando del comienzo de una tercera guerra mundial provocada para producir una gran tragedia y así poder imponer un orden mundial sin mayor resistencia. El uso del terror como arma continúa.
Así que reclinémonos en las butacas y con el cono de pochoclo en la mano, y estemos listos para disfrutar de este película, aunque esperemos que no sea muy larga.