LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Publicado en abril 15, 2022, 3:56 pm

Todo lo que estamos viviendo ahora se asemeja en muchos sentidos a una película de ciencia ficción, pero no lo es, son temas que han aparecido abiertamente al público en los últimos cinco años, aunque no son temas nuevos, sino que los iniciadores y soportadores de los mismos han estado trabajando en lo oculto hasta el momento preciso, y ¿qué mejor momento que después de una pandemia mundial en la cual los ciudadanos del mundo se encuentran debilitados psicológica y espiritualmente?

   A estas alturas, cualquier cosa puede parecer una buena solución si te prometen que no existirá más la enfermedad, por ejemplo.

   “Tenemos la oportunidad de cambiar especies completas a voluntad”, nos declara la doctora Jennifer Kahn, mientras Klaus Schwab, creador del Foro Económico Mundial, afirma en una entrevista que dio a Charles Rose: “la cuarta revolución industrial no va a cambiar el mundo si no a los humanos en el mundo y esto va a tener un gran impacto en tu identidad”, a lo que el famoso entrevistador americano responde: “pero hay que tener en cuenta muchas consideraciones éticas con la implementación de esta revolución, mucha gente está preocupada que esto va a cambiar la definición de lo que significa ser humano”, y Schwab admite que es un problema que, aunque la manipulación genética para mejorar la especie va a ser ventajosa, en muchos niveles van a surgir muchas implicaciones éticas y legales y tenemos que estar preparados para ello, y eso es lo que tratamos en Davos”.

   Rose continúa preguntando acerca del avance tecnológico, principalmente, en este caso, en cuanto al reemplazo del trabajo humano por robots y cómo eso va a afectar el desempleo en la sociedad, ya que los robots son más eficientes, rápidos y no necesitan descansar ni comer, a lo que Schwab contesta: “es un gran interrogante, pero crearemos más trabajos, por ejemplo, para cuidar y mantener a los robots” (y a este hombre lo toman en serio).

   La unión de la inteligencia artificial y las máquinas, que ahora se unirán con la manipulación genética, no solo fuerza la robótica laboral, sino también el perfeccionamiento humano a través de seleccionar y manipular los genes y/o hibridar a humanos con robótica, ¿se acuerdan de la serie “El hombre biónico”?

  Ya existe un editor de texto como el que usamos en programación y computadoras, pero del código genético, y ya se están haciendo experimentos que por ahora son en ratas y monos, pero, como la misma doctora Dockery nos explica cuando habla de la tecnología CRISPR, que la motivación de toda esta ingeniería genética es mejorar ciertas características del cuerpo humano, por ejemplo, que sea resistente a los virus. Y aquí llegamos a la clave, a lo que en inglés se llama el “seller speech or the seller punch line”, esto es, cómo vamos a comprar todas estas ideas, en realidad, aceptarlas sin mucha oposición ni criticismo, porque después de todo este avance científico-tecnológico es algo muy bueno para la humanidad y ¿quién se opondría?, solo un retrógrado cavernario, ¿no es cierto?

  Hablan de diseñar humanos no solo en lo físico sino en la apariencia, ser más altos o cambiar el color de los ojos o la piel, aunque todavía no saben exactamente qué gen es el del color o cómo cambiarlo. Es importante saber que esta tecnología CRISPR les da las herramientas para llegar a ese conocimiento en humanos porque la bioingeniería de plantas y animales ya es una realidad, con diferentes niveles de éxito —agregaría yo—, y que después de ver estos animales creados en laboratorios, llamados quimeras, se ven no solo horrorosos sino alarmantes. Principalmente, esto ha avanzado a grandes pasos con el descubrimiento de la proteína Cas9 RNA, que es usada por los científicos para cambiar secciones de ADN e intercalarlas o desaparecerlas. Una de las desventajas es que estos cambios quedan permanentes, esas modificaciones no se van a poder rescindir; por ejemplo, si se le sacan a una mosca sus alas no podrá volar, ni ella ni sus descendientes y eventualmente ninguna, o sea, que el medio ambiente tendrá un impacto en cada cambio genético. Los tecnócratas reconocen que muchos desafíos vendrán de estas tecnologías y que tienen una gran responsabilidad, pero nos aseguran que los beneficios sobrepasan los efectos negativos.

   Consideraciones que hay que tener en cuenta sin profundizar demasiado: primero, ¿quién les da el derecho a cambiar nuestra humanidad y por qué? ¿Los científicos y líderes se han convertido en dioses sin enterarnos? Como ellos mismos admiten hay mucho que “descubrir” todavía, pero ¿cómo es que descubren?, ¿haciendo quimeras humanas, prueba y error? ¿Se acuerdan de la película Alien 3 cuando Ripley entra en el laboratorio y ve sus propias quimeras que le piden por favor que las maten?

  Segunda consideración: ¿quiénes van a gozar de esos mejoramientos? Se va a crear una raza de seres superiores, más inteligentes, más saludables, más “perfectos”, ¿no llamábamos a eso eugenismo?, ¿el mejoramiento de la raza mediante los “experimentos nazis” que ya los alemanes practicaban y que el mundo condenó con fiereza?, ¿cuál es la diferencia ahora? Oh, sí, no son impuestos, la gente va a aceptarlo. ¿Y los niños de laboratorio también firmarán consentimiento antes de que hagan experimentos con ellos? ¿Realmente creemos que tenemos la libertad de elegir y decir que no, después de la coerción que hemos pasado con esta “pandemia”?, ¿creen que va a ser todo tan civilizado?

   Tercera consideración: la biotecnología como arma de control. Se viene a la mente la película Terminator y la famosa frase “I’ll be back”, profética, ya que, mientras nosotros estamos entretenidos, todos estos experimentos siguen su curso y se están implementando paulatinamente como forma de normalización. China es un campo fértil ya que las consideraciones éticas y morales no tienen mucho peso en un país que es ateo por excelencia, así que los laboratorios americanos y europeos usan sus laboratorios chinos sin muchas restricciones y pueden seguir en este tren del terror.

  La decisión que debemos tomar es muy simple: ¿cuál va a ser nuestro grado de ingenuidad a sus promesas?

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

Leave a Reply

  • (no será publicado)