En EE.UU. nos entretienen con el escándalo que ocasionó la estrella hollywoodense Will Smith cuando le dio una bofetada a Chris Rock, el famoso comediante y actor. Mientras la mass-media estaba debatiendo las razones y armando polémicas banales, las elites internacionales se estaban reuniendo en lo que se llamó 2022 World Government Summit, en la ciudad de Dubai (en castellano, la cúspide del gobierno mundial). La misma incluye a la figurita repetida, presidente y parte creadora del Foro Económico Mundial o WEF, Klaus Schwab, y la no tan conocida pero también poderosa Kristalina Georgieva, ejecutiva del Fondo Monetario Internacional o IMF en sus siglas en inglés.
Lo más extraordinario de este evento es que los participantes no ocultan sus agendas globalistas y explican sus planes con certitud y exactitud, al mismo tiempo que se autoproclaman héroes o salvadores de la humanidad que, según ellos, esta en peligro de extinción y que, como ellos mismos aclaran, con la “pandemia” se han percatado de la urgencia en implementar todas estas agendas inmediatamente. Aplausos se escucharon en la sala, mientras ellos con sus cínicas sonrisas atraen a las multitudes, pero no son más que meros encantadores de serpientes.
¿Cuáles son sus magníficas ideas?
Todas sus ideas están basadas en la tecnología como medio, en centralizar el poder económico y, a través de ello, el poder sobre los países (léase centralizar como globalizar), la desaparición del dinero en efectivo, moneda y papel, pues cada acción monetaria la haremos desde un teléfono (léase “será monitoreada”). Tenemos ejemplos de esto en la misma RPC, República Popular de China, donde ya se están experimentando todas estas tecnologías, como reconocimiento facial a través de cámaras en los semáforos, un sistema de puntos donde una organización, no sabemos quién, nos da puntos de acuerdo con nuestro “grado de confiabilidad”, o sea, se meten en nuestra vida privada y saben todo lo que compramos, dónde vamos y conocen acerca de nuestra salud; si pagamos las deudas, si tenemos símbolos religiosos y finalmente si pensamos ideas que no son conformistas (ideas terroristas y subversivas en contra del poder).
¿No les hace acordar a la novela 1984?
Esto que parece ser sacado de una teoría conspirativa (pero como dice un famoso comediante americano: “voy a tener que buscar nuevas teorías conspirativas porque las que tenía ya se hicieron realidad”), no lo es, ya que abiertamente nos hablan de esas cosas, pues basta escucharlos en infinidad de videos y entrevistas. Uno de los secretarios de Klaus nos tranquiliza, bueno, no a nosotros pero sí a las elites, que lo que parecía impensable para los tiranos del pasado, con la tecnología actual es un sueño hecho realidad. El soft power o “poder suave” (sutil) ya llegó para quedarse.
Volviendo en los anales de la Historia vemos que esto del orden mundial no es nada nuevo, pues ya en 1961 se formó el Consejo del Atlántico de los EE.UU., que trabajó desde siempre para avanzar a los miembros de la OTAN (o NATO, en inglés). Esta organización trabaja como un think tank, o tanque de pensamiento, y ofrece a las naciones contactos y acceso a los militares, diplomáticos, políticos, senadores, que los pueden ayudar a crear las estrategias que estos países tienen en mente, básicamente ser parte de un control centralizado sobre el mundo, y no nos olvidemos del cuarto poder. Esta organización es solo una entre miles que abiertamente existen desde la época de Nixon, pero lo que cambió ahora es que ya tenemos fechas concretas como el 2030 y el 2050, donde ya todos los vuelos, entre otras cosas, van a ser reducidos a menos de la mitad, subiendo el costo de los mismos a tarifas que solo las elites o los ricos van a poder acceder. Después de todo, no nos tiene que importar, porque nosotros, simples mortales que trabajamos para vivir, no vamos a tener nada pero vamos a ser felices.
No debemos olvidarnos de que media o los medios de comunicación-propagación son un arma fundamental en la implementación de estas agendas, realmente son el cuarto poder, y las campañas de difamación o ocultamiento son llevadas por estos medios. Un ejemplo es el silencio durante la Cumbre de la transgresión contra los derechos humanos en ese país, la Unión de los Emiratos Árabes, país en el cual tampoco existe libertad de expresión o religión, y que es conocido por implementar elementos de la Ley Sharia. Menos aun podemos pensar por qué fue elegido Dubai para la Cumbre, quizás sea lo que ellos consideran un terreno más “neutral” que Europa o América, o quizás sea por los fantásticos hoteles que hay allí construidos para los ricos, aunque no pretendemos entrar en sus mentes y saber sus motivaciones (pero ellos sí están considerando saber lo que pensamos a través de la tecnología). Lo único que podemos ver es sus acciones y lo que expresan, y ninguna de ellas puede convencer a los amantes de la libertad individual y de la democracia ni a los amantes de la paz y la justicia, porque esta “transición” no va a pasar sin pérdida de vidas ni dominio total sobre la humanidad.
No quiero terminar con una nota sombría, hay mucho que se puede hacer.
