LA CORRECCIÓN POLÍTICA:

Publicado en mayo 25, 2022, 9:06 am

UNA HERRAMIENTA PARA VOLVER LOCOS A LOS CUERDOS

La corrección política es el arma que utilizan los inquisidores de la democracia para someter nuestra libertad y así convertirnos en animales domesticados. Se puede ser libre estando encarcelado y estar encarcelado en plena libertad. La libertad no es física, es mental y espiritual. Cuando se deja de llamar a las cosas por su nombre y se adoptan expresiones que no las definen, para definirlas… Es cuestión de tiempo acabar aceptando en el fuero interno la bondad de lo que antes parecía malo.

Es decir: cuando, por ejemplo, en vez de llamar aborto al aborto se le llama “interrupción del embarazo”, en poco tiempo se acaba pensando que es bueno lo que antes parecía malo (o, como mínimo, se termina justificando como mal menor). No es lo mismo pensar que se interrumpe algo a pensar que se está matando a alguien. Los eufemismos son la herramienta perfecta para endurecer los corazones de quienes antes lo tenían de carne y los van convirtiendo poco a poco en corazones de piedra. Son el instrumento para transformar en lícito lo ilícito. Hay que recordar las palabras del escritor francés Blaise Pascal: Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas. En el caso que nos ocupa, habría que transformar la célebre frase cambiando la palabra “actuar” por “hablar”: Si no hablas como piensas, vas a terminar pensando como hablas.

Otro ejemplo sería la transformación de la palabra “sexo” por el sofisma “género”.  Es una obviedad científica que se es hombre o mujer desde antes del nacimiento, y que el sexo no lo determina el gusto, sino que es una condición inherente al ser humano ante la cual no se tiene derecho a voto. El término “género” es un concepto gramatical que se emplea para determinar si un sustantivo es masculino o femenino. Los sustantivos son palabras que designan elementos materiales o inmateriales que hay en la realidad (por ejemplo, “el libro”, “la mesa”) o que son construcciones del pensamiento (como “el tiempo”, “la libertad”). Luego… Podríamos concluir que “género” es la manera en que el ser humano determina las cosas, y “sexo” es la manera en que la naturaleza determina al ser humano. Cuando empleamos de manera cotidiana la palabra “género” para definir el “sexo” de una persona, poco a poco se va asimilando la idea de que no existen los sexos (algo que es anticientífico), es decir, la aceptación de una mala definición es la herramienta para conseguir que, de manera inconsciente, se cambie una realidad por una falsedad. Imponer la verdad ya es algo inaceptable, pero imponer la mentira es aún peor como en el caso de los dos ejemplos anteriores.

Todo esto se consigue controlando la educación (desde parvularios, pasando por institutos y terminando en las universidades), los medios de comunicación y la judicatura (algo que es una realidad al día de hoy en un alto porcentaje). Y todo este control es necesario para transformar el sentido común de las personas. Podríamos definir sentido común como: el conjunto de conocimientos, creencias y explicaciones fundamentados en la experiencia personal o la sabiduría popular que son compartidos por una comunidad. El sentido común es la dirección coordinada en la que camina un grupo de personas. Es la dirección correcta o incorrecta en la que avanza una sociedad. Pueden ir todos hacia el progreso o hacia el precipicio, y en ambos casos se seguirá llamando SENTIDO COMÚN (es la dirección que toman el común de los miembros de un grupo, ya sea buena o mala). Normalmente se consensúa a través de la búsqueda de la verdad. Esta verdad se transmite llamando a las cosas por su nombre y definiéndolas de manera correcta y sin trampas. En ese caso, se avanzará hacia el progreso. Cuando a las cosas se las llama como no se definen, se está engañando a la gente y se las encamina hacia el precipicio. No llamar a las cosas por su nombre es darle un significado distinto al que en realidad tienen. La ideología de género es un ejemplo claro de sentido común falso y perjudicial, ya que define al ser humano de manera equivocada y malintencionada sin respaldo científico de ningún tipo. Cada vez que nos expresamos con palabras falsas (o sofismas) estamos contribuyendo a crear una falsa realidad que nos encamina hacia nuestra propia destrucción. Por eso, podemos decir, con toda honestidad, que el aborto no es la interrupción del embarazo. En todo aborto se mata a un ser humano. Y que las personas no tienen “género”, tienen “sexo”, y que solo existen dos sexos.

Cuando se falsea la realidad se comienza a construir un “falso sentido común”, y creemos que es lo que está ocurriendo en el momento histórico que estamos viviendo.  El sentido común se tiene que fundamentar en la realidad de las cosas. La corrección política es un conjunto de normas que se fundamentan en el capricho de los que las imponen o fabrican, o ambas cosas, sin ningún fundamento serio. Las letras con las que están fabricadas las canciones se llaman notas. Dichas notas tienen que ser ordenadas de manera lógica y armoniosa, y por eso suenan bien.  Hay verdad armónica tras una bella canción, hay fundamento musical.

Si un mono escogiese notas al azar, el resultado sería ruido, y no habría orden, ni fundamento, ni lógica. Llamamos corrección política a todo aquello que se instala en una cultura y que no tiene seriedad científica, ni lógica, ni verdad. Si las tuviese habría que llamarlo CERTEZA, y como no es verdad se le llama corrección política. Luego… La corrección política es la manera de llamar a la mentira que se impone sin fundamento de ningún tipo. Lo correctamente político es el arma que se está empleando para establecer una nueva forma de vida que no deriva de ninguna evolución natural ni científica. Al no poderse llevar a cabo a través de argumentos lógicos y veraces, hay que imponerla. La manera de imponerla es marginando a todo aquel que no esté alineado con ella o que quiera defenderse de esa mentira. La herramienta para marginar a esas personas es acomplejarlas. Para acomplejarlas se utiliza una forma de consenso inventada que se ha dado en llamar CORRECCIÓN POLÍTICA.

Quien altera el lenguaje altera el pensamiento. Quien altera el pensamiento altera el sentimiento. Y quien altera el lenguaje, el pensamiento y el sentimiento, altera el deseo. Todo esto es un trabajo de ingeniería social que al día de hoy está muy avanzado. Locos son los que hacen cosas sin sentido. Al cambiar el sentido común de las nuevas generaciones, poco a poco los locos serán los que no se sumen a este cambio de sentido que se nos está imponiendo desde las instituciones. Dentro de unos años los que piensen que solo existen dos sexos y crean que abortar es matar serán tomados por locos y serán excluidos del sistema (cosa que ya empieza a ocurrir). Cobran cada vez más sentido las palabras de la Biblia, que dicen:

¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! (Isaías, 5-20).

Curiosamente, podría parecer exagerado otro pasaje bíblico. El que relata la experiencia de Lot con los ángeles que fueron a visitarle y que fueron abordados por los habitantes de Sodoma:

No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción. Llamaron a voces a Lot y le dijeron: “¿Dónde están los hombres que han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos”. Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta detrás de sí, y dijo: “Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad. Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las sacaré y haced con ellas como bien os parezca, pero a estos hombres no les hagáis nada, que para eso han venido al amparo de mi techo”. Mas ellos respondieron: ¡Quita allá! Uno que ha venido a avecindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de romper la puerta. Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí, adentro de la casa, cerraron la puerta, y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar la entrada. (Génesis 19, 4-11) 

El que escribe este artículo tiene que reconocer que la primera vez que leyó este pasaje bíblico tuvo dudas de que algo así fuese posible (que un pueblo entero, desde el mozo hasta el viejo, se hubiesen vuelto homosexuales o bisexuales), que podía tratarse de una exageración. Pero viendo la realidad que padecemos y los recursos materiales y económicos que están empleando los gobiernos para sacar adelante esta perversa ideología, ya no cabe duda de que eso fue posible. Don Higinio Marín (eminente filósofo) cuenta una anécdota muy curiosa sobre este particular. Comenta que una amiga suya escuchaba, sin ser vista, a su hija en conversación con unos amigos. Estos le preguntaron si ella se sentía homosexual o heterosexual. La niña contestó con mucho pudor: no no, yo por lo pronto soy bisexual. Es decir, la bisexualidad se está ya estableciendo como la nueva normalidad. El episodio de Sodoma, visto a día de hoy, cobra más sentido que años atrás. Lo que allí ocurrió fue que adquirieron un NUEVO SENTIDO COMÚN.

Véase conferencia Higinio Marín.

Corresponsal de España

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