LAS IZQUIERDAS: SICARIOS DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Publicado en octubre 27, 2022, 11:42 am

Gustavo Petro (presidente de Colombia) decía en una entrevista en 2021, que “…cuando los pobres dejan de serlo se vuelven de derecha”. En honor a la verdad, hay que decir que no se refería a que había que mantener pobre a la población para que no se hiciera de derechas, sino que había que dejar de ser pobres, pero poniendo freno a la ambición. A continuación, ponía de ejemplo el caso de China y argumentaba que allí se había sacado a mucha gente de la pobreza. Un mal ejemplo el de China, pero que muestra claramente hacia donde le gustaría llevar a Colombia.

Véase vídeo completo

Mencionó también lo siguiente: En un mundo de cambio climático, donde nos tocó variar maneras de ser, hay que dejar de ser pobre, pero sin llegar a querer vivir como en Miami. A continuación, fue cuando puso el ejemplo de China como paradigma de su filosofía de cómo hay que vivir.

Cuando el Partido Comunista Chino tomó el poder por la fuerza en 1949, dictaminó la no existencia de Dios, y los valores tradicionales de la cultura ancestral china fueron abolidos. A partir de ese momento, China pasó a dar culto al materialismo, y las personas en ese país pasaron a ser pura mercancía de uso para el pequeño grupo de mandatarios chinos. La novela Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro, llevada al cine en 2010, muestra un futuro en el que se copian personas con el único objetivo de utilizar sus órganos para trasplantes. El Gobierno chino no tiene que copiarlas, solo tiene que acudir a la despensa carcelaria y sacrificar a los presos políticos o de religión. Por 80.000 dólares se consigue fácilmente un trasplante en China.

O la célebre campaña de hijo único en la que el Gobierno emitió y retiró permisos para tener un bebé, vigiló los ciclos menstruales de la gente y ordenó abortos.

Este es el ejemplo de dejar de ser pobre, de Petro, para convertirse en preso. Es curioso, también, que se considere de izquierdas y que utilice el ejemplo del cambio climático, siendo esta la misma excusa que ponen los globalistas que viven como en Miami y, mucho mejor aún, para defender su discurso comunista. Pero si nos paramos a pensar, no tiene nada de extraño que coincida con el nuevo orden mundial, ya que el cambio climático es la nueva estrategia para llevar a los países al comunismo sin pasar por la Revolución.

No sabemos cómo Gustavo Petro ganó las elecciones, pero sí sabemos que esel nuevo oxígeno “en la ecuación de Maduro y demás mafiosos del continente”. Y también sabemos que todos estos capos, como Maduro, Castro, etc., que apoyan a Petro, siguen gobernando esos países porque a las elites globalistas les interesa tenerlos en esos puestos. No es ningún secreto que el socialismo forma parte de la agenda anticristiana y mundialista.

En España no tenemos a Petro, pero tenemos a Pedro (Pedro Sánchez), aunque cierto es que el que mayor impulso dio a toda la agenda globalista, de ideología de género y que llevó el aborto a nuevos niveles fue Zapatero. No en vano está demostrado que pertenece a la masonería, sociedad secreta, que desde siglos atrás viene creando el caos con fines mundialistas y maltusianos.

Digno sucesor de Zapatero fue Sánchez, otro de esos gobernantes vendidos y promovidos por ese poder mundial y maltusiano que visita a Soros cada vez que puede. En cada país el proyecto masónico mundial funciona de manera distinta, pero indudablemente quieren implementar lo mismo en todas partes. Basta con exponer los severos efectos que ha causado dentro del orden internacional la reducción de los países medianamente democráticos a tan solo el cuarenta y nueve por ciento del total del territorio global. Mientras, muchos de los aún considerados moderadamente libres, acarician el totalitarismo de forma alarmante. España es uno de estos últimos.

La “plandemia” fue en España la jugada más importante para atentar contra las libertades. Veamos ahora como, poco a poco y de manera sibilina, vamos dando pasos hacia una suerte de dictadura sin Revolución. Podemos decir que se está actuando como en la célebre fábula de la rana y la olla: Había una olla, estaba llena de agua fría. La rana saltó dentro y se quedó tan tranquila en su charca. Poco a poco el agua se fue calentando, y el agua, antes fría, ahora era agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Tiempo después, poco a poco, el agua fue subiendo de temperatura hasta hervir. Llegó a estar tan caliente que la rana murió de calor. La rana no se había dado cuenta, pues se había acostumbrado al calor.

Por destacar algunos ejemplos, y ya que estamos hablando de agua, podemos empezar por este asunto.

Pilar Esquinas, abogada de Aranjuez, asesora a ayuntamientos, plataformas ciudadanas, asociaciones, ciudadanos concienciados… sobre los caminos legales que deben tomar para evitar que se privatice el agua de sus municipios, de sus comunidades de regantes y no caiga en manos de fondos de inversión, dice lo siguiente:

Tradicionalmente, las culturas y legislaciones han considerado el agua como un derecho fundamental, un bien común que debe estar al servicio de todos. Pero esta idea empieza a tambalearse a medida que surgen las multinacionales del agua, sujetas a fondos de inversión, que quieren hacerse con este imprescindible recurso para la vida, para rentabilizarlo.

El agua no es un bien escaso, es un bien al que le están aplicando las leyes del mercado y la idea de escasez para ponerle precio. Ahora mismo, la única agua que no genera otra vez agua es la que está confinada en una tubería de PVC, pendiente de un contador. Y eso es lo que están haciendo. Están prohibiendo que cojas el agua de los pozos porque lo que a ellos les interesa, a los fondos de inversión y a las grandes corporaciones, es que solamente puedas servirte del agua que ellos manejan para que tengas que pagar el precio que ellos fijan. Es un bien que, ahora mismo, está queriendo ser controlado por unos pocos para someter al resto.

Se entiende muy bien por qué el Gobierno de Pedro Sánchez se ha dedicado a destruir pantanos en los últimos tiempos con mil excusas de preservación de la fauna y de los ríos. Todas falacias que serían muy fácil de desmontar, pero alargaríamos mucho este artículo.

Lo curioso es que este fenómeno se está implementando a nivel mundial. Copiamos extracto de un artículo de Adri Mans, en Imperium News:

Mientras el ganado aparece muerto en los campos de Estados Unidos y veintiséis depósitos de alimentos se queman sin remedio, el agua se desperdicia en California tirándola al mar y negándosela a los granjeros; y ni hablar de construir reservas y diques para disponer de más agua. Lo anterior, unido a las medidas restrictivas a los granjeros de Europa y, en especial, más duramente, a los del país naranja donde la reina es argentina, sí, Holanda. A pesar del desperdicio, nuevos métodos de producir comida se crean, como la compañía israelí que produce microhorticultura en contenedores pod grandes, como los pod de café, y el ser humano siempre busca la forma de solucionar los nuevos desafíos.

No podemos alargar más este artículo, pero no les quepa duda de que la crisis del agua, la crisis alimentaria, la crisis energética y la crisis sanitaria, no han sido ninguna de ellas casuales, y todas se están implementando para llevar a nuestros países a un nuevo régimen totalitario mundial. Eso sí… sin Revolución.

La libertad de maniobra de que goza la ocupación de viviendas en nuestro país tampoco es casual, es un entrenamiento para acostumbrar a la población a la erradicación de la propiedad privada. Y lo más extraño de todo esto es que las elites mundiales están utilizando a las izquierdas como sicarios a su servicio para conseguir esta nueva dictadura global.

También colaboran con la secta mundialista algunos partidos llamados de “Derecha”, partidos que han abandonado la ley natural y no defienden ya las tradiciones (por lo que tenemos que enmarcarlos dentro de las izquierdas). En España tenemos una viva muestra en el Partido Popular, aunque dentro de este quedan aún algunas honrosas excepciones. Alguien ha llegado a decir que el PP se llama así porque el nombre del PSOE ya estaba cogido.

Corresponsal de España

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