El viernes pasado, en la localidad de East Palestine, un tren que llevaba químicos peligrosos en algunos de sus vagones se descarriló, causando una catástrofe ambiental por la contaminación que esos químicos produjeron al romperse algunos de los vagones.
Alrededor de 2000 personas fueron evacuadas de esta localidad de Ohio, y después de tres días todavía el fuego seguía siendo alimentado aparentemente por los químicos, ya que seguía ardiendo y nada funcionaba, siendo uno de los químicos denominado como vinyl chlorine, que es altamente tóxico.
Las autoridades no han dado ninguna explicación, tan solo que de un tren de 140 vagones, cincuenta se descarrilaron.
La línea de trenes Norfolk Southern estaba transportando estos químicos desde Illinois a Pennsylvania, pero las causas del accidente no las sabemos, y a pesar de que no hubo pérdidas de vidas humanas el impacto ambiental sí es bastante grande. Varias personas ya se han reportado a los hospitales con intoxicación en sus pulmones y tosiendo sangre, y han aparecido peces muertos en el río aledaño a causa de la contaminación del agua, que las autoridades negaron, pero cuando uno de los senadores pidió que le demostraran al público que el agua estaba bien, tomándola ellos mismos, no hubo ninguna reacción a ese pedido. Es claro que nadie tomó del agua y la evacuación comenzó inmediatamente.
El día domingo aún se veían las llamas en el área, y después de un gran esfuerzo cooperativo de los bomberos de cuatro municipios llegaron a la conclusión de que era mejor que los químicos se evaporasen por sí mismos, ya que no se puede controlar lo que está en el aire. Ese es el peligro de las guerras biológicas y aeróbicas, que una vez en el aire no hay forma de control.
Una semana más tarde, el 17 de febrero, otro descarrilamiento sucede en la ciudad de Detroit, también mientras se transportaban químicos peligrosos. Las investigaciones de ambos accidentes continúan, y también surge la preocupación de la seguridad o falta de ella en el transporte de materiales peligrosos.
Algunas noticias explican el descarrilamiento a la falta de mantenimiento de las vías, pues parece ser que las ruedas se había desconectado de la vía, y uno de los vagones que contenía estos químicos fue removido enseguida de la escena para evitar otra catástrofe como la de Palestina Este.
Las autoridades, tratando de contener el caudal de especulaciones de los medios y los ciudadanos, salieron a declarar (minimizando la situación) que no había peligro inminente, pero en la actual era de la tecnología empezaron a circular videos de muchas personas que se vieron perjudicadas, ya sea inhalando el terrible humo remanente, o bien, se enfermaron de alguna manera, quienes al dar a conocer su situación provocó que personas de más alto rango tomaran cartas en el asunto.
Los técnicos que fueron llamados a escena en el caso de Ohio recomendaron una quema controlada, pero eso fue lo que aparentemente expuso los químicos, pues el Departamento de Energía y Medio Ambiente de Michigan descubrió que al hacer esta quema controlada se usó un agente químico que era utilizado para matar soldados en la Primera Guerra Mundial, y que se creía estaba ya fuera de uso desde los años cincuenta, aunque parece que no es así después de todo.
También hay reclamos por parte de residentes de mascotas enfermas y muertes de muchas otras.
Salió a la luz en las últimas horas que estos trenes están usando tecnología de la posguerra civil, expresión americana que denota que algo es bastante antiguo. La explicación ha sido que se trató de cambiar el sistema de freno de los vagones a un sistema de freno individual electrónico, o sea que está en cada vagón, y hubo planes para que este cambio fuera en todos los trenes que transportan químicos o materiales peligrosos, cuando tuvieran como mínimo 20 vagones, sorpresivamente no menos, aunque luego esta reglamentación se descartó alegando que el costo no justificaba hacerlo y que en realidad estos accidentes son raros.
Todas estas modificaciones y normas fueron concebidas después de que un tren en Dakota del Norte se descarriló hace más de 10 años produciendo el derramamiento de más de 500 mil galones de crudo y 13 millones de dólares en daños.
Al principio, estas precauciones de cambiar el sistema de frenado por uno electrónico, era pensado para todos los trenes, no solo para los que llevaran más de 20 vagones, aunque estos trenes a veces llevan más de 100 vagones, y con esa longitud no es fácil detener en pocos segundos a un tren de tal magnitud. En este caso, aunque les llegó la señal de que los carriles se estaban recalentando, no pudieron frenarlo a tiempo e impedir este accidente en el cual 50 vagones se salieron de curso.
La conclusión es siempre la misma, esto es, que cuando priorizamos las ganancias materiales sobre las personas la sociedad se debilita. Siempre hay una forma de hacer las cosas mejor y de manera más segura, pero la avaricia corporativa no se detiene con ningún freno, y tener amigos en Washington los ayuda a conseguir lo que quieren.