La geopolítica es un método que estudia la política exterior para entender y predecir el comportamiento político internacional. También tiene en consideración los factores geográficos, demográficos y económicos que puedan influenciar esas políticas.

Kevin Barrett, en su artículo “China-Rusia y el Islam, el nuevo superpoder”, menciona a Samuel Huntington, un sociólogo americano especializado en política que en 1993 predijo que las guerras futuras serían entre civilizaciones no naciones.  Aunque él no se refería a un choque frontal entre todas las civilizaciones, sino específicamente a una declaración de guerra liderada por los EE. UU. representando el neoliberalismo secular de Occidente en contra del resto del mundo.

Parece que el resto del mundo está empezando a reaccionar, especialmente entre los más poderosos como Rusia y China. Por otro lado, la posición de Francis Fukuyama, como lo deja ver en su libro The end of History and the last man, propone que ya el Occidente neoliberal ha conquistado al resto del mundo. Las consecuencias de las políticas que surgieron después de la llamada Guerra Fría serían la permanente confrontación y muestra de poderes basados fundamentalmente en el poderío armamentista y no en aciertos comunes y deseos de paz mundial.

   El evento por antonomasia, explica Barrett, es la caída de las Torres Gemelas en New York, evento más conocido como 9/11(no casualmente 911 es el número de auxilio en EE.UU.) y que fue adjudicado a terroristas islámicos, aunque más tarde la mayoría de los nombres pertenecían a hombres de negocios saudíes con ciudadanía inglesa que llevaron sus casos a la Corte inglesa para que sus nombres fueran limpiados, y, agregado a esto, las inconsistencias de la investigación de dichos eventos se empezaron a apilar hasta que se dejó de investigar y se cerró el caso definitivamente.

   El 9/11 marcó un antes y un después en el equilibrio geopolítico mundial. Los EE.UU. todavía tiene “terroristas” en su base militar de Guantánamo que no han sido juzgados ni encontrados culpables, acción que va en contra de la Convención de Ginebra. Guantánamo es la parte sur de la isla de Cuba, territorio usado para base militar y centro de confinamiento para cualquiera que sea declarado enemigo de la seguridad americana, y exento de las regulaciones carcelarias del territorio continental de los EE.UU.

   La misma agenda en 2014 lanzó una guerra desafiando a Rusia cuando ayudó a derrocar a un presidente elegido legítimamente en Ucrania e instalando un gobierno neoliberal de corte nazi (Zelenskyy, excomediante y actor ucraniano), siendo el resultado una guerra en contra del 50 % de la población que son rusos étnicamente.

    En 2019, el ataque de turno fue liberar un virus Corona modificado, de acuerdo con Barrett, y usado como arma biológica en la población. La estrategia sería reducir la economía cada vez más imperante y poderosa de China obligándola a encerrar poblaciones enteras y cortar la producción. Es bueno recordar que China se convirtió en la fábrica del mundo por su mano de obra barata, principalmente por el accionar de los americanos que en los 70 y 80 trasladaron todos sus talleres y fábricas a China creando crisis económicas con nefastas consecuencias para sus ciudadanos, pero la avaricia es un pecado capital que enceguece.

    Esta información está basada en el libro de Ron Unz, Our Covid-19 catastrophe (Nuestra catástrofe del Covid-19) o el documental “Covid-19 Bio-attack smoking gun” (Cortinas de humo en el ataque biológico del Covid-19) por Kevin Barrett.

   El acierto sería imponer no ‘valores americanos’, sino más específicamente el neoliberalismo secular que algunos sectores en el poder de los EE.UU. predican.  Estos sectores responden a ciertos intereses internacionales que sería muy largo de mencionar aquí, pero hay que saber que no todo es tan simple ni es lo que parece (después de todo la política se ha convertido en la manipulación de los hechos y la verdad a través del ejercicio del engaño).

   Las repercusiones son peligrosas. Primero, que Rusia es una potencia en poder nuclear y no es aconsejable meterse con ella a menos que uno esté dispuesto al genocidio. Se sabe que Rusia y China están en negociación constante y que China tiene una capacidad de fabricación y la cantidad de población necesarias para abastecer sin interrupción a cualquier conflicto, y si reclutan a los países del Medio Oriente, con su alta riqueza en minerales como el petróleo, el destino del Occidente sería oscuro.

   El 20 de marzo, Xi (P.M. de China) voló a Moscú con un plan de 12 puntos para lograr la paz en Ucrania, que fue recibido con beneplácito por el presidente Putin, pero que el presidente americano Joe Biden rechazó. Al mismo tiempo, en el diario People’s Daily, el diario chino de más renombre, Putin expresa que “las relaciones entre China y Rusia han alcanzado un nivel de máxima expresión como nunca antes”.

   El punto álgido emergió después de las 2500 sanciones que los EE.UU., entre otros países, impuso a Rusia, pero, aparte de Europa y Japón, las sanciones fueron rechazadas por el resto del mundo. Claro que Europa también sufre esas sanciones especialmente después de que Biden amenazó con cortar el abastecimiento de gas ruso que llega por el caño del Atlántico norte y que fue averiado recientemente (todavía en investigación acerca de quiénes fueron “los culpables”).

   El intercambio económico entre Rusia, China y el también sancionado Irán, entre otros países, ha florecido exponencialmente, aunque también indirecta e irónicamente el resultado de las decisiones del poder que controla el destino de EE.UU.  También China entiende que si Rusia cae China será la siguiente en esta guerra encubierta, entonces China se está asegurando de que Rusia mantenga su soberanía nacional ante el inminente peligro.  Rusia, por otro lado, está ayudando a Irán para que salve a Siria, país que todavía está “mantenido” en conflicto con la ayuda de los EE.UU. a grupos rebeldes dentro del mismo país, claro que no abiertamente, ya que después de todo la guerra sigue siendo un muy buen negocio.

   La pregunta es si pelearán los EE.UU., más específicamente el estado profundo, hasta morir tratando de imponer sus ideologías de muerte o prevalecerá a costa de la destrucción del resto del mundo.

  Toda esta situación bélica que estamos viviendo tiene un solo aspecto positivo, y es que saca a la luz las verdades en cuanto a los engañosos 17 puntos de la Agenda 2030. La gente está abriendo sus ojos a no dejarse llevar por palabras bonitas e intenciones nobles, pues ninguno de esos puntos puede ser establecido en un mundo en guerra y conflicto constantes. Aunque los dioses del globalismo puedan aprovechar el resultado de los conflictos mencionados, o el ambiente de temor que todo esto genera, para imponerse con una paz tiránica a través de convencer a los ciudadanos a renunciar a sus derechos, incluyendo la libertad, a cambio de un falso estado de seguridad y protección, que eso sería para mí como designar el cuidado de los huevos de las gallinas a las comadrejas, o dejar el cuidado de la vid al zorro esperando que no se coma las uvas.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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