DE LA VENTA DE ÚTEROS A LA FABRICACIÓN EN CADENA DE SERES HUMANOS

Publicado en mayo 11, 2023, 10:52 am

Un ser humano no puede ser objeto de compra, de venta o mercantilización. No puede ser objeto de derechos, es sujeto de derechos. Tener un hijo no es derecho de nadie, el hijo es el que tiene derecho a tener los mejores padres posibles. Cualquier persona sensata será capaz de reconocer esto. Incluso muchos mafiosos, aunque no lo practiquen, también estarán de acuerdo.

Creíamos que la esclavitud ya no existía (en Occidente), pero existe. Eso sí, una esclavitud más hipócrita y disfrazada de bondad y sentimentalismo. También, todo el mundo sabe que no se debe matar a nadie, pero, por ejemplo, en España se eliminan cerca de cien mil niños al año a través del aborto. Claro que disfrazados bajo los eufemismos de interrupción voluntaria del embarazo (en el caso del aborto) y de maternidad subrogada en el caso de la compraventa de vientres de alquiler. Es decir, que algo tan antiguo como la compraventa de niños y el descarte de los mismos sigue más vigente que nunca, pero de manera más aseada por el lenguaje. No vemos grandes diferencias entre comprar un niño a sus padres o alquilar el vientre de una mujer. Viene a ser como los trajes: se pueden comprar hechos o encargarlos a medida.

En este artículo nos vamos a centrar en el asunto de la maternidad subrogada y las victimas de las donaciones de esperma. O, más diáfanamente dicho, la “compraventa de niños”. Como afirma el magistrado Joaquim Bosch, hay un vacío legal sobre esta cuestión en España, lo cual posibilita que se contrate en otros lugares y, tras el pago del precio estipulado, se puedan inscribir en nuestro país. Pero que exista un vacío legal no significa que exista un vacío moral. Los que no contemplen la moral como algo necesario para la vida pueden abstenerse de leer este artículo, pues va dirigido a los que aún conservan un poco de conciencia o algo mucho más básico: sentido común.

Que una mujer se quede embarazada de manera circunstancial y alguien se ofrezca a quedarse con el niño es algo loable, tanto por parte de la madre biológica (que no lo aborta) como por parte del matrimonio que acoge a ese niño. Eso es remediar una situación complicada haciendo el bien por ambas partes. Pero que se encargue un niño a una mujer que no quería ese niño para satisfacer el capricho de alguien que además en muchas ocasiones no es un matrimonio ni una pareja (hombre y mujer obviamente), eso no es de recibo. Porque el que tiene derecho a unos padres es el niño, no el encaprichado, ni la encaprichada, ni el encaprichade, ni la encaprichade. Y que además en todo esto medie el dinero, ya lo eleva a la categoría de muy lamentable. Sobre este particular existe un documento que redactó la ONU. El 20 de noviembre de 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño de manera unánime por todos los 78 Estados miembros de la ONU. Esta fue adoptada y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En su artículo 7-1, dice textualmente: El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.

No nos extenderemos más con este articulado, ya que la ONU no es un organismo que nos merezca el más mínimo respeto, sabiendo lo que sabemos los que sabemos, quién está tras esa estructura tenebrosa y los intereses que la mueven. Pero véase que dice que el niño tiene derecho a conocer a sus padres y ser cuidado por ellos. En el caso de niños por encargo se rompe totalmente con este principio, ya que se encarga un niño para uso y disfrute de un particular, bajo pago a la madre gestante. Una locura. No se trata aquí de remediar ningún tipo de circunstancia adversa (embarazo no deseado, muerte de los padres, etc.), más bien crea un problema donde no existía.

Hace muy poco tiempo que las víctimas de fecundaciones anónimas han empezado a organizarse. Se quejan de la manipulación de la que han sido objeto y están reclamando sus derechos. Con motivo de la ley de Colorado de 2022, que empieza a poner en el centro del debate a esas víctimas, Devorah Goldman, trabajadora social y exasesora en el senado estadounidense, además de colaboradora en numerosos medios de comunicación, ha expuesto algunos datos al respecto.

En junio de 2022, Colorado se convirtió en el primer estado en aprobar una ley que instituye protección para las «personas concebidas por donantes», individuos creados mediante donación anónima de esperma. La ley refleja la realidad de sus vidas: entre otras cosas, les concede el «derecho» a conocer la identidad de sus padres biológicos al cumplir los 18 años. También les permite conocer, antes de esa edad, su historial médico paterno. Las estadísticas sobre cuántos niños han nacido en Estados Unidos gracias a la donación anónima de esperma no están claras, pero en 1979 se estimaba que 250.000 personas habían sido concebidas de ese modo, y desde entonces han proliferado los bancos de esperma.

Durante mucho tiempo las únicas que se inseminaban eran mujeres casadas dentro de matrimonios heterosexuales. Que, aunque esto ya sea anómalo, vino a empeorarse, ya que las mujeres solteras y las que mantienen relaciones homosexuales recurren cada vez más a los bancos de esperma con la esperanza de ser madres. Los médicos han aceptado esta tendencia, y miles de niños han crecido sabiendo que sus padres nunca tuvieron la intención de conocerlos. Esto se asemeja mucho a la idea de la reproducción  de ganado. Estos donantes se convierten en cierta manera en sementales. Cabría preguntarse la relación que puede tener un niño con un padre que cedió su esperma a modo de semental, y que es padre de cien hijos más. Una “bonita” estrategia para acabar con la familia y convertir al ser humano en un elemento de consumo emocional y mercantilista.

Kianni Arroyo es oriunda de Florida, Estados Unidos, donde se crió sola junto a su madre, la que nunca le ocultó que fue concebida gracias a un donante de esperma. Sus orígenes siempre fueron un tema de interés para esta joven, quien a los 16 años se propuso una tarea muy particular: descubrir si tenía más hermanos alrededor del mundo y encontrar a cada uno de ellos. Su investigación la llevó a un revelador descubrimiento, ya que la joven resultó ser la mayor de, ni más ni menos, que 40 hermanos. Entre sus parientes hay cuatro grupos de gemelos, y algunos de ellos nacieron en Australia, Nueva Zelanda y Canadá.

El holandés Ivo van Halen, de 34 años, ingeniero de sistemas nacido en Róterdam, vivió la mayor parte de su vida pensando que era un hijo como cualquiera y que tenía solo un hermano. Pero cinco años atrás sus padres le revelaron que lo concibieron con la ayuda de un donante.

Van Halen se lanzó a investigar para dar con el paradero de su padre biológico. En la clínica de donación se chocó con la pared del anonimato, pero no lo detuvo. Por medio de Family Tree DNA, una de tantas compañías que contrastan el ADN de un usuario con el de otros que también hayan tomado el servicio, comenzó su aventura. Gastó 60 euros en la prueba, envió su muestra de saliva y esperó pacientemente los resultados del test. La empresa contrastó la información de Van Halen con la de bases de datos genéticas para averiguar con quién comparte ADN y en qué medida. El porcentaje determina el parentesco: la gente comparte 50 por ciento de su mapa genético con un padre o madre, y cerca de 25 por ciento con un medio hermano. Van Halen consultó sus resultados en internet dos meses después y descubrió que en Holanda tenía casi 60 medio hermanos.

Está claro que toda esta deriva acabará en la Ectogénesis, la nueva tecnología que permite desarrollar embriones en úteros artificiales como ya nos anunciaba la novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz, escritor y filósofo británico, novela que más bien parece una profecía de lo que acontece en los últimos tiempos.

La novela nos presenta un mundo nada deseable donde a través del control de la natalidad, el adoctrinamiento desde la niñez, las drogas y la tecnología se consigue cambiar radicalmente la sociedad. Las élites consiguen un cambio radical de paradigma social a través de estos y otros medios. Un mundo homogéneo, ecologista, hipersexualizado, polígamo, donde han desaparecido la familia, la libertad, la propiedad privada, la privacidad, la diversidad cultural, la literatura, la religión, la filosofía y el amor.

Los seres humanos se reproducen de manera industrial, y desde el nacimiento son designados a una casta en concreto. Desde el nacimiento se determina el lugar que cada individuo ocupará. A través de ingeniería genética cada ser humano será prefabricado para desarrollar las capacidades que le correspondan según su casta (una especie de hormiguero donde unos son obreros, otros soldados o dirigentes). A los de la casta más baja se les priva de oxígeno durante la gestación para que no desarrollen demasiadas capacidades intelectuales.

Todo esto se complementa con un fuerte adoctrinamiento desde la niñez. A los niños se les aplica una técnica llamada «hipnopedia», que consiste en que durante el sueño y a través de un altavoz se les repiten una serie de consignas y se les adoctrina para que acepten con agrado su destino social.

Lo trágico de todo esto es que, si se analizan cada una de las características de la sociedad de la novela, podemos llegar a la conclusión de que muchas de ellas, de una manera u otra, se están aplicando en la nuestra. A nadie se le escapa que muchos gobiernos en nuestra sociedad real están intentando suplantar a los padres en la educación de los niños para someterlos a esta hipotética «hipnopedia», no a través del sueño, sino a través de sistemas educativos que quieren implantar por la fuerza de la ley.

Otro caso curioso es el de la reproducción. Los avances técnicos de los que se dispone hoy en día se asemejarían a los de la novela. La ectogénesis (desarrollar un feto fuera del cuerpo humano en un útero artificial) es algo ya real en nuestros días.

Empezamos por los anticonceptivos, que nos llevaron a los microabortos (DIU y otros), de ellos pasamos a los abortos y, todo eso, casi sin enterarnos. En el campo de la reproducción empezamos por la inseminación in vitro, pasamos a la maternidad subrogada para matrimonios, de ahí a los niños para quien los quiera, sean matrimonio o no lo sean, y el próximo paso será, y ya es, la producción de criaturas en cadenas de montaje. El ser humano se está deshumanizando. Y esa deshumanización es causada por haber perdido la Fe. La ley natural no se sustenta por sí misma cuando se pierde la Fe. Eso es algo totalmente comprobado históricamente.

Corresponsal de España

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